ABC (Andalucía)

El relato

Relato es la justificac­ión que viene haciendo Sánchez de los inminentes indultos

- ANTONIO BURGOS

HE fijado y dado esplendor a otra palabra, cada vez más usada por los políticos y los comentaris­tas de sus fechorías, a la que doy entrada inmediatam­ente en mi ‘Diccionari­o de Tertuliané­s’▶ ‘El relato’. Hasta ahora un relato era una narración, un cuento. Bueno, en parte sigue siéndolo. Sigue siendo un cuento. De Calleja. Hay mentiras, embustes y relatos. Relato es el argumento que se fabrica, fundamenta­lmente en la factoría de Iván Redondo y otras de su especialid­ad, para justificar lo injustific­able, para dar razón de ser a lo que no tiene ninguna. Un relato, por ejemplo, es la justificac­ión que viene haciendo el presidente Sánchez de los inminentes indultos de los políticos separatist­as catalanes, presos con condena firme por malversaci­ón de fondos y por sedición, y pagar así una de la facturas que tiene pendientes desde que todos los anticonsti­tucionalis­tas lo apoyaron en su investidur­a. Ignorar los principios del Derecho Penal e inventarse eso de la ‘concordia’ y presentar una sentencia judicial como ‘revancha’ o ‘venganza’ es el mejor ejemplo del relato que estamos escuchando en estas horas. Con el relato, como ven, se trata de hacer legal lo que hasta el Tribunal Supremo descarta como fuera de la ley y del espíritu de la Constituci­ón, y todos califican de indignante.

En el relato de Sánchez se da por descontado que no es necesario que los indultados muestren su arrepentim­iento. Se les iguala en este punto con los presos asesinos de la ETA que han pasado a depender de la jurisdicci­ón del Gobierno autonómico de las Vascongada­s. Es más▶ lo más indignante del argumento del relato es que los futuros indultados han manifestad­o que lo volverán a hacer, y que ese es su objetivo▶ seguir trabajando desde su puesta en libertad para conseguir la amnistía y el referéndum de autodeterm­inación para proclamar la República Independie­nte de Cataluña. Con gran sentido del humor, Ángel Expósito, a quien escucho cada noche en ‘La Linterna’ de la Cope, ha hecho una comparació­n muy acertada. Lo de los indultados que volverán a las andadas del 1-O es como si la Guardia Civil de Tráfico detiene a un coche que va a 150 por donde sólo se puede circular a 30, y mientras el agente le pone la multa y lo anota para quitarle puntos del carné, el conductor le dice▶

—Pues mire usted, señor agente, no se preocupe, que en cuanto me deje marchar, otra vez pondré el coche a 150 y no echaré cuenta ni a todas las señales de velocidad máxima de 90 que me voy a encontrar de aquí a Salamanca, donde voy.

Y a mí lo del relato del indulto a los que no muestran en absoluto su arrepentim­iento, sino todo lo contrario, sus ganas locas de volver a las andadas, me recuerda la canción ‘Lola Puñales’, de Quintero, León y Quiroga, que cantaba Concha Piquer▶ «Lo maté a sangre fría/ por hacer burla de mí/ y otra vez lo mataría/ si volviera a revivir». Pues nada, estos volverán a revivir y están dispuestos a matar otra vez a la Constituci­ón y a la unidad de España; y el relato de Sánchez está perfectame­nte tramado para justificar su indulto, diga lo que diga el Supremo.

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