Un tal Pérez
EN las elecciones municipales de 2019, Sebastián Pérez se empeñó en que tenía que ser el candidato del PP a la alcaldía de Granada. Pintaban bastos, muy bastos, para una formación que ya llevaba casi un año fuera de La Moncloa y a la que Vox y especialmente Ciudadanos pisaban los talones. Eso, a nivel general. En el ámbito local, los populares se enfrentaban a las urnas por primera vez después de haber perdido la plaza por la moción de censura desatada tras la abrupta detención del muchas veces encausado por diversas corruptelas José Torres Hurtado. Sobre la que siempre pendió la sombra de la sospecha en torno a la mano que pudo tener su estrecho discípulo.
En definitiva, se anunciaba piñazo. Pero pese a todo Sebastián Pérez consideró que era el mejor cabeza de cartel. Y le permitieron serlo. Quizás sobrevaloró sus facultades por aquello de que en 2011 se había convertido en el primer presidente popular de la Diputación granadina. Un cargo que, como todo el mundo sabe, no es precisamente de elección directa.
Total, que en 2019 Pérez obtuvo el peor resultado histórico de su formación en Granada. Un estacazo que podría haberse disimulado si no hubiera sido por el pequeño detalle de que compañeros de partido suyos como los regidores de Málaga o Almería consiguieron revalidar sus puestos e incluso en Córdoba recuperar la alcaldía. En todas partes no fue tan fiero el león.
Ahora Pérez, dolido porque no le dejan ser alcalde, abandona el PP. Pero en lugar de recoger sus trastos y salir dignamente de la plaza del Carmen —se presentó en una lista cerrada— resulta que tiene el botón nuclear para dinamitar la estabilidad del Consistorio. Cuando menos falta hace zarandear tableros. Peor aún es que haya grupos que en lugar de aislar a quien escoge el camino de la indecencia estén dispuestos a echarse en sus brazos con tal de obtener rédito partidista. A millones de años luz, el interés de los ciudadanos. Entre los que habrá también muchos Pérez. Que mirarán cada vez con más asco y descrédito a quienes les representan. Se apelliden como lo hagan.