Salinger ya tiene quien le escriba
‘SUEÑOS DE UNA ESCRITORA EN NUEVA YORK
Director: Philippe Falardeau. Intérpretes: Sigourney Weaver, Margaret Qualley, Douglas Booth...
El título original es el mismo que el de la novela de Joanna Rakoff en que se basa, ‘Mi año con Salinger’, la historia de una joven cuando trabajó en la agencia literaria que llevaba los derechos del autor de ‘El guardián entre el centeno’. Un relato vitalista, ilusionado, de una aspirante a escritora que se dedicó a responder rutinariamente (o no) a la numerosa correspondencia que le llegaba al escritor, tan interesado en su ‘fans’ como en el resto del mundo. El argumento se centra en ella, en sus sueños y su carácter delicado e ingenuo, y solo trata la figura de Salinger con alcance de teleobjetivo; la película se beneficia del carisma de su protagonista, Margarett Qualley (hija innegable de Andie MacDowell), y del impacto visual que produce en la pantalla Sigourney Weaver, una actriz que sabe mirar a la cámara como si le hubiera endosado un cheque sin fondos.
Ella es la dueña de la agencia y da un recital de filo, malicia y estilo que le ponen roce de ortiga, chispa, a la crónica y composición. Es una película agradablemente convencional y alentadora, y no es difícil dejarse cautivar por ella y su protagonista, siempre y cuando no se pretenda llegar a escritor torturado y (aún peor) torturador de lectores.