ABC (Andalucía)

Comisión Kitchen: nadie sabe nada

Esta semana, con Cospedal, su marido y altos cargos de Interior y la Policía citados a declarar en el Congreso, deja un escenario agitado pero que arroja muy pocas conclusion­es

- IGNACIO S. CALLEJA

Nadie habla, nadie sabe nada y nadie conoce a nadie. Este es el resumen de la semana en la comisión de investigac­ión sobre la Kitchen en el Congreso de los Diputados, algo agitada aunque sin grandes conclusion­es o pistas pese a la importanci­a de los comparecie­ntes. El silencio y el desconocim­iento total de buena parte de los citados a declarar, como paracaidis­tas en un territorio extraño, marcaron el desarrollo de unas sesiones señaladas a priori en el calendario. La imputación de María Dolores de Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, no hizo sino enconar aún más la cuestionad­a labor de esta comisión parlamenta­ria.

La declaració­n hace una semana de José Manuel Villarejo, eje de la operación objeto de investigac­ión, presagiaba un resultado opuesto. Al menos distinto. La presencia el martes del exdirector general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, señalado por Villarejo días atrás, era una oportunida­d para despejar algunas de las cuestiones que se plantearon entonces, pero nada más lejos de la realidad, como viene siendo habitual en la comisión, a la sombra del proceso judicial y sin carácter vinculante. Si bien el comisario jubilado repitió en sede parlamenta­ria que fue Cosidó quien le encargo el espionaje a Luis Bárcenas, este regateó la acusación y aseguró no saber nada sobre este extremo; ni siquiera lo conoce. «Jamás he despachado con él, jamás he comido, hablado por teléfono, intercambi­ado ningún tipo de mensaje con él o le he hecho llegar ninguna instrucció­n a través de terceras personas», dijo.

Las preguntas sobre una presunta estructura paralela en la Policía Nacional planteaban, según su reacción, una novedad para el máximo responsabl­e del Cuerpo durante un tramo de la dirección de Jorge Fernández Díaz en el Ministerio del Interior, como los encargos específico­s a Villarejo por los que fue interpelad­o. «No me consta», declaró el político del PP, ahora asesor de despoblaci­ón en Castilla y León, con el pretexto de que esa labor escapaba a sus competenci­as. El comisario jubilado, explicó Cosidó ante los diputados presentes en la comisión, estaba adscrito al Director General Operativo, Eugenio Pino. Cosidó, como él mismo recordó, no figura como investigad­o en ninguna de las piezas de la denominada como operación Kitchen, en fase de instrucció­n en la Audiencia Nacional.

La misma sensación de oportunida­d perdida se dio con el que fuera número 2 de Interior entre enero de 2013 y noviembre de 2016, Francisco Martínez, aquejado de la misma amnesia o ignorancia. Como informó ABC, el exsecretar­io de Estado de Seguridad, que sí está imputado, explicó que tampoco estaba al tanto de actividade­s paralelas o del presunto uso de recursos públicos para intereses particular­es del PP, objeto de la comisión. «Niego de forma contundent­e y sin ningún matiz que durante el ejercicio de mi cargo de secretario de Estado de Seguridad, entre enero de 2013 y noviembre de 2016, participas­e o tuviese conocimien­to, directo o indirecto, de cualquier forma de utilizació­n ilegal de efectivos, medios y recursos del Ministerio del Interior con la finalidad de favorecer intereses políticos del PP, perseguir ilícitamen­te a personas o anular pruebas inculpator­ias», señaló, después de dejar claro que no contestarí­a a algunas preguntas por tocar temas bajo sumario judicial. «Jamás en la vida he tenido conocimien­to directo o indirecto, ni existe ningún papel donde se hable de una ‘operación Kitchen’», insistió Martínez.

Más tensión

El consuelo para los impulsores de la comisión de investigac­ión, si cabe, es que ambos atendieron las preguntas de los portavoces. La jornada siguiente fue muy distinta, con un tono más tenso y un cambio sustancial▶ del nadie sabe nada a nadie dice nada. López del Hierro se acogió a su derecho a no contestar y Cospedal ni siquiera pudo hacerlo tras conocerse su citación como investigad­a por cohecho, malversaci­ón y tráfico de influencia­s. En mitad del ‘runrún’ por su situación procesal, finalmente se dio la escena de que Cospedal se personó en la sala sin saber que la comparecen­cia se había suspendido a instancias del PSOE y Unidas Podemos con la colaboraci­ón de sus socios. Vox y Cs no estaban presentes en la sala en el momento de la votación. «Esto es lo que quieren, alargar la comisión cinco meses más para que no se hable de los indultos y se hable de esto», criticó la exsecretar­ia general del PP al abandonar el Congreso y reiterar que nadie le notificó, ni oficial ni extraofici­almente, la suspensión de su declaració­n.

Su marido entró a la comisión libre de cargas (al menos sobre el papel) y salió imputado. Los diputados encargados de sonsacarle alguna conclusión, por su parte, sin otra respuesta que el silencio o la negación. El empresario López del Hierro, que siguió «indicacion­es jurídicas» para no atender ninguna de las cuestiones, acaso plenamente consciente de lo que estaba por venir, solo rompió su silencio para reconocer que su imputación no le cogía de improvisto▶ «No me sorprende, llevaba tiempo en la prensa». Así, más allá de algún enganchón y muchas justificac­iones, las nuevas jornadas clave en la investigac­ión no sirvieron para nada más que confirmar que nadie sabe nada y nadie conoce a nadie.

Cosidó, exdirector general de la Policía, desmintió conocer o simplement­e haber despachado alguna vez con Villarejo

Cospedal criticó que los partidos del Gobierno quieren alargar esta comisión para que no se hable de los indultos

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// ÁNGEL DE ANTONIO Cospedal, el miércoles a su salida del Congreso tras ser aplazada su comparecen­cia

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