«Sin el trasvase, gran parte de los vergeles serán desiertos»
Dicen de Antonio Luengo (San Javier, Murcia, 1980) que siempre invita a sus interlocutores a visitar su tierra. Y es cierto. El consejero murciano, ingeniero en Automática, vive pegado a su mar Menor tanto que es capaz de dibujar de memoria los canales, esclusas y depuradoras que rodean la laguna salada. Fue, también, su primera gran crisis al frente de la cartera de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, a la que un mes después se sumó el primer choque con el Gobierno por el trasvase Tajo-Segura. Ahora un cambio en las reglas del trasvase y el aumento de los caudales son sus principales preocupaciones. —¿Qué significan para Murcia los cambios que plantea el ministerio? —Una reducción importante en la agricultura, que puede rondar el 50% de la producción agrícola. Actualmente llegan 300 hm3 al Segura, y 100 van destinados a consumo humano. La propuesta del ministerio supondría una reducción, con la modificación de las reglas de explotación, de 13 hm3; y con la subida de caudales ecológicos otros 80 hm3. ¿Y por qué quiere subir los caudales ecológicos? Para mejorar la salubridad del río. El Tajo tiene un problema de contaminación. Hay muchos municipios que no tienen inversiones hechas en depuración, que están vertiendo aguas residuales contaminadas. ¿Qué propone el ministerio? Subir los caudales para diluir esa contaminación. Eso va en contra de cualquier principio medioambiental.
—¿El trasvase es sostenible?
—Totalmente. Si fuera necesario el aumento de los caudales a medio y largo plazo porque varía la morfología del río, que se haga, pero de forma consensuada y con criterios técnicos. Hay informes que fijan el caudal que ahora circula por el río, a 6 m3/s en Talavera, que garantiza la salud del río. Nosotros planteamos un plan hidrológico nacional, que se lleve a cabo una distribución homogénea del agua y que se haga a un precio armonizado. El coste medio del agua en España está en torno a 0,02 euros, pero allí estamos por encima de los 45 céntimos, con la desalación por encima de los 60 céntimos el m3. Hay un agravio comparativo importante. —Hay quien dice que el problema es que no quieren pagar más por el agua.
—Eso no es cierto porque de hecho ya están pagando. Hoy los regantes tienen un déficit hídrico que supera los 400 hm3 al año. Se cubre con los 200 hm3 del trasvase, 120 hm3 de agua regenerada y el resto viene de la desalación. Y no hablamos solo de regadío. Si se llevara a cabo la propuesta del ministerio, el precio del agua se encarecería para consumo humano un 30% y en torno a un 48% para el regadío. Esto cortaría el desarrollo económico, social y medioambiental de la región. También hemos pedido al ministerio que aplique la ley, que indica que el precio máximo del agua desalada tiene que ser 0,3 euros m3, y que mejore la eficiencia. Entendemos la desalación como un complemento, pero no podemos depender solo de eso. Por el coste energético y el impacto ambiental.
—¿Ha rebajado el ministerio su propuesta inicial de caudales?
—Hay dos datos que dan algún tipo de indicio. La Confederación Hidrográfica del Segura, dependiente del ministerio, ha dicho que si el caudal se fijara por encima de 7 m3/s haría inviable garantizar el regadío de toda la zona de Levante. El otro dato es que la Mancomunidad de Canales de Taibilla, que se encarga de la distribución de agua de abastecimiento en la zona, ha dicho que esa propuesta podría provocar problemas de abastecimiento en algunos municipios. ¿Eso puede ser un indicio de que el ministerio pueda rebajar la propuesta de 8 m3/s? No lo sabemos. Nosotros queremos que se mantenga lo que hay actualmente. Y si hubiera que subirlo en un futuro, por supuesto, pero hay que trabajar para poder reutilizar el agua también de otras comunidades como Castilla-La Mancha o Madrid.
—¿La propuesta del ministerio supondría el fin del trasvase?
—Lo dijo el presidente del Gobierno el 19 de abril de 2019▶ «Nuestro objetivo es el fin de los trasvases». No lo digo yo. Luego está la contestación sobre que las demarcaciones hidrográficas tienen que ser autosuficientes. ¿Quiere decir que no podemos seguir regando o que la población no puede seguir creciendo?
—¿Usted por qué apostaría?
—El ministerio tiene un objetivo que es cerrar el trasvase Tajo-Segura. Pero riega más del 70% de las hortalizas que exporta España a Europa. Si desaparece, gran parte de los vergeles se convertirían en desiertos.
—¿Ha estado alguna vez en Entrepeñas y Buendía?
—Físicamente no
—¿Qué le diría a quienes viven allí del turismo o para quienes el embalse es su forma de vida?
—Esa es la demagogia que nos quieren imponer. Entendemos que tiene que haber un volumen mínimo en Entrepeñas y Buendía, porque hay un desarrollo turístico. Lo que hay que evitar es quien intenta decir que el Levante está robándole agua a alguien.
—¿El conflicto es inevitable?
—Nosotros no queremos conflictos. Lo que hay que hacer es unir esfuerzos y empezar a hablar de soluciones para los regantes de Castilla-La Mancha.
—La Comunidad Valenciana del PSOE defiende también del trasvase
—Lo vemos lógico. Este no es un problema de comunidades. El agua que va por un río es de todos los españoles. Vemos entre Murcia, Valencia y Andalucía diferentes colores políticos y defendemos todos lo mismo. Nuestro presidente, Fernando López Miras, en otra época tuvo que manifestarse frente al presente Mariano Rajoy.
√ «Hay que trabajar también para reutilizar el agua de otras comunidades como Castilla-La Mancha o Madrid»