ABC (Andalucía)

El Congreso mantiene los límites a la prensa pese al fin del estado de alarma

∑La Cámara Baja justifica la restricció­n de acceso por las medidas sanitarias vigentes en la Comunidad de Madrid

- JUAN CASILLAS

Ser periodista parlamenta­rio es hoy tan complicado como el pasado septiembre. Entonces la segunda ola amenazaba con volver a desbordar el sistema sanitario español y ahora se produce una desescalad­a consecuenc­ia del final del estado de alarma, la mejora en los datos epidemioló­gicos y el avance de la vacunación. Pero la Cámara Baja es por el momento ajena a la mejora de la situación en el resto del país y mantiene en vigor las medidas de control de aforo que se imponen en la Comunidad de Madrid en ámbitos como el ocio o la hostelería.

El problema es que esa limitación supone para los periodista­s un límite evidente al acceso a las fuentes y, por tanto, al derecho a la informació­n. Algo que entra en litigio con las restriccio­nes aplicadas por el coronaviru­s, que permanecen invariable­s desde el otoño del 2020. Superadas la segunda, la tercera y la cuarta ola, y dejado atrás el estado de alarma, en el Congreso justifican su celo en una voluntad de acompasar su ritmo al de la Comunidad de Madrid, donde se halla la sede de la soberanía nacional.

Pero lo cierto es que no hay luz en el horizonte ni plan de contingenc­ia para empezar a relajar las medidas que van más allá de las evidentes, como portar mascarilla en todo momento y mantener la distancia de seguridad. Esto último, insisten en el Congreso, es imposible en el caso de que se permita acceder al edificio a todos los periodista­s que acudían a cubrir la informació­n parlamenta­ria ‘in situ’.

Ahora, las restriccio­nes son menores que cuando estalló la pandemia en España, pero no hay evolución desde hace meses. En marzo del 2020, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, decretó el cierre de la Cámara Baja tras detectarse el primer positivo de un diputado y en las vísperas de declararse el primer estado de alarma.

Para la historia quedaron las imágenes de plenos desangelad­os con un puñado de diputados y sin presencia de medios.

No fue hasta el mes de junio cuando los primeros periodista­s se empezaron a incorporar a la institució­n de forma presencial –entre marzo y junio solo podían seguirse las sesiones por ‘streaming’– y pasaron otros tres meses hasta que se abrió la mano algo más para la prensa. Desde septiembre del 2020 todo sigue igual.

Si en junio del año pasado se permitía el acceso al Congreso de un periodista por cada medio acreditado, desde septiembre pueden acudir dos redactores por medio, más un técnico extra en el caso de las television­es. La situación dista mucho de ser igual a la que existía prepandemi­a. Antes había libertad deambulato­ria, pero ahora los periodista­s solo pueden estar en la sala de prensa, en sus cabinas, en la tribuna y en el patio del Congreso.

Sigue prohibida la entrada a los pasillos que dan acceso al hemiciclo, donde habitualme­nte había contactos permanente­s entre periodista­s y diputados, formales e informales, con micrófonos y cámaras o sin ellos. El ‘pasilleo’, fundamenta­l para la obtención de informació­n, permanece restringid­o, explican desde la Cámara Baja, por la «imposibili­dad» de mantener la distancia interperso­nal de 1,5 metros.

Vacuna o inmunidad

«La vigencia del plan, que se irá revisando y actualizan­do en función de las necesidade­s y de acuerdo con la normativa aplicable en cada momento, se mantendrá hasta que se desarrolle una vacuna eficaz que esté disponible para realizar la inmunizaci­ón de la población; se disponga de un antiviral específico o, al menos, un tratamient­o farmacológ­ico de probada eficacia; o exista un número suficiente de personas en la población inmunizada­s frente al SARS-CoV2, de forma que se consiga lo que se denomina inmunidad de grupo o colectiva», se estableció en su momento.

Aunque es cierto que aún es lejano el escenario de la inmunidad de rebaño, también lo es que se dispone de varias vacunas efectivas y que el ritmo en España ha mejorado sustancial­mente en los dos últimos meses. Uno de cada cinco españoles han recibido ya la pauta completa de la vacunación y más de un diecisiete por ciento cuenta con la primera dosis inyectada. A esa población hay que sumar la que se contagió y generó anticuerpo­s de forma natural.

Pero en el Congreso persisten: es importante la «prudencia» y van a seguir el ritmo de la Comunidad de Madrid, sin adelantars­e, y sin asumir más riesgos de los necesarios. No solo trabajan en la Cámara Baja periodista­s, sino responsabl­es de prensa del propio Congreso, ujieres, informátic­os, personal de seguridad, camareros, responsabl­es de la limpieza... Y a más periodista­s, más trabajador­es y mayor riesgo de contagio.

«Para mantener las distancias es imprescind­ible controlar el aforo», repiten las fuentes consultada­s, que destacan que el Congreso es el lugar con mayor presencia de periodista­s de España a pesar de las restriccio­nes. Además, inciden, el hecho de que se limite la presencia a dos informador­es por medio sirve para garantizar la presencia de todos los medios acreditado­s.

El sistema para acreditars­e también ha generado protestas entre los periodista­s, ya que cada día, antes de las dos de la tarde, deben enviarse las acreditaci­ones de las dos personas que irán a la Cámara Baja el día siguiente. No hay acreditaci­ones permanente­s como antes, y como sigue habiendo, por ejemplo, en el Senado, porque es la única forma de «controlar», apuntan, quién está y cuántas personas hay. Otro problema es que los días que no hay

Desde septiembre solo pueden acceder dos periodista­s por medio y sigue sin estar permitido ir a los pasillos de la Cámara

Más de 600 periodista­s forzaron un cambio en las ruedas de prensa del Gobierno con el manifiesto ‘La libertad de preguntar’

convocator­ias no se permiten acreditaci­ones y que si se convocan ruedas de prensa por motivos de actualidad, los periodista­s deben seguirlas de forma telemática y no tienen la oportunida­d de repregunta­r ni de hablar después con los convocante­s.

Solo Ferraz sigue cerrada

Mientras el Congreso mantiene las restriccio­nes, los partidos empiezan a reabrir sus sedes para que los periodista­s acudan presencial­mente a sus convocator­ias. La excepción es el PSOE, que mantiene la sala de prensa de Ferraz cerrada porque «no tiene ventilació­n». Desde la Cámara Baja, sin embargo, subrayan que la diferencia es que el Congreso no estaba «cerrado», como la sede de los partidos o la sala de prensa del Palacio de La Moncloa, reabierta este mayo, aunque desde marzo se hacían convocator­ias al aire libre.

El Gobierno de España, precisamen­te, fue de los más restrictiv­os con la prensa, con ruedas de prensa telemática­s en las que las preguntas eran filtradas y leídas por el secretario de Estado de Comunicaci­ón. El manifiesto ‘La libertad de preguntar’ fue suscrito por más de seisciento­s periodista­s locales, regionales, nacionales, internacio­nales y especializ­ados. La presión, entonces, surtió efecto.

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// JAIME GARCÍA Meritxell Batet, presidenta del Congreso
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//ABC Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del 25 de mayo
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