ABC (Andalucía)

Las primarias en Andalucía medirán la fuerza de Sánchez

∑Una victoria de Susana Díaz sobre el candidato ‘sanchista’ será un batacazo para el presidente, que prepara para otoño una renovación del partido

- VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN

Queda menos de una semana para que se celebren las primarias andaluzas (el domingo). Es una cita determinan­te para el futuro de Pedro Sánchez y el PSOE, porque no solo decidirán quien es el candidato a las próximas elecciones en Andalucía, la federación más importante de los socialista­s por haber gobernado históricam­ente, sino porque medirán la fuerza del presidente del Gobierno y secretario general del partido. Sánchez tiene previsto para otoño el Congreso Federal del PSOE, al que sucederán los cónclaves regionales. Y ya está preparando para después del verano una remodelaci­ón orgánica y una crisis de Gobierno.

Las primarias andaluzas enfrentan a una Susana Díaz debilitada desde que salió de la Junta y al candidato ‘sanchista’ y alcalde de Sevilla, Juan Espadas. A este último no solo le apoya el ‘sanchismo’ andaluz que amparó a Sánchez en las primarias de 2017, sino que además la candidatur­a de Espadas se ve reforzada porque antiguos apoyos ‘susanistas’ están ahora de su lado. El propio Espadas fue de hecho un apoyo de la expresiden­ta Díaz.

Tanto en Ferraz como en La Moncloa están convencido­s de que ganará su candidato, aunque en el entorno de Díaz son también optimistas. La sensación de los últimos días es que la cosa puede estar más ajustada de lo que se creía inicialmen­te, porque, según trasladan, los mítines de la expresiden­ta andaluza están atrayendo a bastante gente. Si bien saben que eso no es un termómetro del todo fiable, sí que supone un chute de motivación.

A pesar de que Espadas no ha querido demasiada presencia de altos dirigentes de La Moncloa y Ferraz, manteniend­o así una campaña en clave andaluza, es evidente que el candidato del presidente del Gobierno es él. Por eso una victoria de Díaz sería interpreta­da como una derrota de Sánchez. El triunfo de la líder andaluza sería además otro golpe duro después del batacazo en la Comunidad de Madrid. Díaz ha sabido utilizar precisamen­te ese declive en las últimas semanas, incidiendo en la importanci­a de la autonomía del PSOE andaluz y en el error que significó la tutela de Ferraz en la campaña madrileña. Lo esperado aun así es que gane Espadas. Lo contrario sería un ‘shock’ para Ferraz y Moncloa.

Si gana Díaz, ella seguirá siendo la líder del partido socialista andaluz, pero si gana Espadas se abrirá un proceso de bicefalia (la primera prueba orgánica) con él siendo el candidato y Díaz siendo la secretaria general del partido regional hasta el congreso regional donde se produzca el relevo. Se estima que este cónclave se convoque antes de que finalice el año, después del federal del 15 y del 17 de octubre.

‘Una revolución sanchista’

Se cumplen tres años del PSOE en el Gobierno, en un aniversari­o marcado por el desgaste tras el 4-M y las malas encuestas

Cada uno de estos escenarios marcarán el rumbo de forma distinta. Aunque Sánchez tenga un plan trazado que seguirá sí o sí, no es lo mismo hacerlo reforzado que tras otro disgusto. El presidente cumplió estos días tres años en Moncloa, pero la situación no va tan bien como ha venido promociona­ndo. Sigue atado a ‘Frankenste­in’, ahora por detrás del PP en la mayoría de los sondeos. Y fueron superados en votos por Más Madrid.

Sánchez necesita estar estable para lo que viene en otoño: una revolución en el partido. Se trata de una remodelaci­ón orgánica como la que realizó en 2017 al ganar las primarias. Probableme­nte entre los cambios que efectúe sea reducir el tamaño de la Ejecutiva. Pero también se esperan nuevas incorporac­iones y movimiento­s. Hay algunas incógnitas, como la de quién será el portavoz en Ferraz. Hoy lo es José Luis Ábalos, en calidad de secretario de Organizaci­ón. Pero podría cambiar. El momento político perfecto para esto será otoño: con un 70 por ciento de la población vacunada, los indultos a los presos del ‘procés’ concedidos y casi a la vez que remodela el Gobierno de coalición. La clave será en qué situación llegará a esta etapa.

Hay escenarios abiertos y movimiento­s más claros en los liderazgos de las federacion­es. Lo previsible es que todos los socialista­s que son presidente­s de su comunidad continúen. Hay más dudas en el caso de Javier Lambán, que está en su segundo mandato y en estos momentos está superando una enfermedad. Por otro lado, en el PSOE madrileño se esperan muchos cambios. Los nombres con más protagonis­mo son los de Hana Jalloul, la nueva portavoz del PSOE en la Asamblea, tras la salida de Ángel Gabilondo, y el de Juan Lobato, portavoz adjunto. Hay intención de cambio para Castilla y León, donde dirige el partido Luis Tudanca, muy cuestionad­o a estas alturas. Ganó las últimas elecciones pero no pudo gobernar por el acuerdo de PP y Cs. Oscar Puentes, alcalde de Valladolid, es una persona muy cercana a la actual dirección y un perfil muy mediático que ha ganado enteros, aunque él mismo ha señalado que no aspira a hacer política regional todavía. Javier Izquierdo, delegado del Gobierno allí, otro candidato muy vinculado a la dirección, podría ser otra opción viable. Está abierto. Pero es previsible que Tudanca no siga.

También se esperan cambios en Galicia, donde los resultados fueron malos y les superó el BNG. Y en el País Vasco. Ambos territorio­s tuvieron un apoyo similar al de 2016, cuando el PSOE se encontraba en uno de sus peores momentos. Lo que significa que algo está fallando si después de cuatro años y tras llegar al Gobierno no mejoran. Gonzalo Caballero e Idoia Mendia han salido debilitado­s. Por otro lado, Guillermo Fernández Vara (Extremadur­a) y Emiliano García-Page (CastillaLa­Mancha) son perfiles incómodos para Ferraz, pero no tienen capacidad para apartarlos. En definitiva, la fuerza de Sánchez para la ‘revolución’ dependerá de estas primarias andaluzas.

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