Federer escucha a su cuerpo y se retira de Roland Garros
Lo anticipaba en la madrugada del domingo. Quizá había sido ese, ante Dominik Koepfer, su último partido en París. Roger Federer tenía que escuchar a su cuerpo al día siguiente, levantado del esfuerzo de tres horas y media de pelea directa con el alemán que se alargó hasta pasada la medianoche en una Philippe Chatrier encendida para él aunque vacía de aplausos por el toque de queda. El suizo, no obstante, había dejado otra lección. «Para los que nos estén viendo por televisión. Y gracias por no quedaros dormidos», bromeaba antes de deslizar que no jugaría los octavos de final contra Matteo Berrettini. La confirmación llegó ayer sobre las cinco de la tarde, chasco en Roland Garros porque había ganas de más Federer. Pero son casi 40 años, dos operaciones de rodilla en el último año y solo seis partidos desde las semifinales del Abierto de Australia 2020. «Es importante no presionar demasiado a mi cuerpo y demasiado rápido en la rehabilitación. Estoy encantado de estas tres victorias, no hay mejor sensación que haber vuelto a la pista», admitía el suizo, ya su mente puesta en la gira de hierba. Halle comienza el lunes 14 y Wimbledon, su gran objetivo, el 28.
Berrettini, sin jugar, está en cuartos, como Alejandro Davidovich, roto su techo al batir a Federico Delbonis (6-4, 6-4, 4-6 y 6-4) con otra muestra de solidez mental y capacidad física para seguir consolidando un presente de ensueño. Se despidió, sin embargo, Pablo Carreño ante Tsitsipas (6-3, 6-2 y 7-5). Rafael Nadal busca su plaza hoy (no antes de las 16.00 h., Eurosport) ante Jannik Sinner. Y antes, Novak Djokovic contra Lorenzo Musetti.