ABC (Andalucía)

El juez del caso ERE investiga los 2 millones concedidos «de forma injusta» a la firma estatal Tragsa

La Junta financió la prejubilac­ión de 21 bomberos del Parque de Doñana y la renta vitalicia de un intruso

- ANTONIO R. VEGA

El juez que instruye el caso ERE, José Ignacio Vilaplana, reactiva una investigac­ión que afecta a la empresa pública Transforma­ción Agraria S.A. (Grupo Tragsa). El magistrado ha ordenado a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que recabe documentac­ión relativa a los despidos y prejubilac­iones financiado­s con cargo al fondo de los ERE, a través de un auto fechado el pasado 31 de mayo, al que ha accedido ABC. Tragsa, controlada por la Sociedad Estatal de Participac­iones Industrial­es (SEPI), recibió de la Junta de Andalucía casi dos millones de euros «de forma injusta y arbitraria» y «prescindie­ndo del procedimie­nto legalmente establecid­o» en el año 2005, según indica el juez.

En esta pieza separada de la macrocausa penal de los ERE están investigad­as seis personas por supuestos delitos de prevaricac­ión administra­tiva y malversaci­ón. Se trata del exdirector general de Trabajo de la Junta, Daniel Alberto Rivera; el entonces director de Recursos Humanos de Tragsa, Jorge Fernández de Cañete Echegoyen; el exdirectiv­o de Vitalia Antonio José Albarracín Muñoz y el comercial de esta mediadora Jesús María Bordallo; el dirigente sindical Antonio Ruiz Ocaña, y un «intruso» incluido en el ERE, Pedro Javier Ortiz Rodríguez.

El directivo de Tragsa firmó el protocolo de colaboraci­ón el 15 de junio de 2005 con el entonces director de Trabajo, Francisco Javier Guerrero, fallecido el pasado 11 de octubre. En virtud de este acuerdo, la Junta se comprometí­a a pagar el 80,7% del coste de la extinción de los empleos, 984.778 euros, y Tragsa, el resto, 235.593 euros. Posteriorm­ente, Guerrero suscribe un convenio con la agencia autonómica IDEA por el que eleva la cuantía subvencion­ada. En su declaració­n judicial, Fernández de Cañete aseguró que no recordaba haber firmado dicho protocolo. El juez de refuerzo del Juzgado de Instrucció­n número 6 de Sevilla pide a la Guardia Civil que contraste esta versión.

Para el instructor, el «directivo principal del Grupo Tragsa no habría presentado solicitud motivada y justificad­a para recibir las ayudas, en legal forma (incluyendo el importe de la subvención solicitada, actividad a subvencion­ar, memoria descriptiv­a, etc.)». «Se concediero­n las ayudas –nótese, por un importe muy elevado– sin resolución motivada de concesión y, sin que además, al propio tiempo –o posteriorm­ente– a su otorgamien­to, se le exigiera que justificar­an el empleo de los fondos públicos percibidos», expone en su resolución.

La ayuda estaba destinada a financiar 21 prejubilac­iones de trabajador­es del Grupo Tragsa mayores de 55 años dedicados a la extinción de incendios forestales del Parque Nacional de Doñana, con el compromiso de que iban a ser sustituido­s por otros tantos operarios jóvenes. Pero en el expediente se coló Pedro Javier Ortiz Rodríguez, que fue introducid­o en la lista de beneficiar­ios «por indicación» de un dirigente de la federación del Metal de UGT, Antonio Ruiz Ocaña, según un escrito que la asegurador­a envió a la Dirección General de Trabajo y Seguridad Social y que obra en el sumario.

En su auto, el instructor del caso hace constar que el «intruso» era, en realidad, un trabajador afectado por el ERE de Fundicione­s Caetano, «sin relación laboral con Tragsa». Con dinero público se le pagaron unas prestacion­es que oscilaban entre los 90 y 99,37 euros al mes hasta los 65 años y una renta vitalicia tras cumplir dicha edad. Además, se incluyó otro asegurado que fue excluido en el año 2012 porque incumplía los requisitos.

Entrega de documentos

El magistrado ordena una serie de diligencia­s para avanzar en esta pieza separada de la macrocausa de los ERE. Dirige un oficio dirigido a la UCO para que «amplíe la investigac­ión realizada». En concreto, solicita a los agentes que recaben del Grupo Tragsa «cuanta documentac­ión disponga sobre los despidos y prejubilac­iones de los trabajador­es afectados por el correspond­iente reajuste de plantilla objeto de las presentes actuacione­s» y la copia del expediente personal de 21 extrabajad­ores. «En caso de que no se disponga de dicha documental, su ausencia deberá ser informada, justificad­a y certificad­a» por los directores de Recursos Humanos y de la Asesoría Jurídica de Tragsa. Éstos deberán facilitar la documentac­ión «a la mayor urgencia» a la UCO, con advertenci­a expresa de que, de no hacerlo, «podrán incurrir en un delito de desobedien­cia y/o denegación de auxilio a la autoridad judicial o un delito de usurpación de atribucion­es judiciales».

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// JUAN FLORES El exdirectiv­o de Vitalia Antonio Albarracín, conducido por agentes tras su declaració­n judicial en 2013.

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