La facturación de la industria auxiliar de automoción cayó un 15,7% en 2020
El sector destruyó 13.000 empleos el año pasado y retrasa su recuperación a 2022
El coronavirus ha dejado un gran agujero en las cuentas de los proveedores de automoción. Las más de mil empresas del sector facturaron 30.200 millones de euros en 2020, un 15,7% menos. La reducción, aunque inferior a la prevista inicialmente, «supone un retroceso a cifras previas a 2015», según José Portilla, director general de la asociación Sernauto. La caída fue, no obstante, menor a la registrada por la producción de vehículos en España (que cayó un 19,6%) gracias a la internacionalización del sector, que vendió fuera de nuestras fronteras por valor de 17.900 millones (-13,8% menos)
La inversión en I+D+i se mantuvo en el 3,6% de la facturación, porcentaje que triplica la media del sector industrial. En cuanto al empleo, el sector cerró 2020 con 212.500 empleos directos, un 5,7% menos, lo que se tradujo en la destrucción de más de 12.900 puestos de trabajo.
«Los fondos europeos van a ser de vital importancia para fortalecer la cadena de valor», afirmó Portilla en un encuentro con periodistas junto a la presidenta de la asociación, María Helena Antolín. Para este año Sernauto espera un crecimiento de la facturación del 10%. Se seguirán sin recuperar los niveles previos a la pandemia «hasta bien entrado 2022», según Portilla.
A la crisis del coronavirus se suman ahora retos como la escasez de semiconductores y el alza de las materias primas. El pasado viernes, la asociación ya advirtió de que por estos motivos se han dejado de producir 231.679 vehículos en España. «No hay una fecha clara de cuándo podría volver la normalidad», señaló María Helena Antolín, que advirtió que la consecuencia es que «se están retrasando vehículos y proyectos de forma general».
Dudas ante los eurofondos
La presidenta de Sernauto afirmó también que se está trabajando para que el proyecto europeo o Perte del sector para optar a los fondos europeos «se presente al Consejo de Ministros a finales de junio o principios de julio», aunque lamentó que en este momento «no hay una fórmula clara de cómo los fondos van a llegar a las empresas».
Antolín incidió en la necesidad de que haya una o varias fábricas de baterías en España. Aunque como advirtió José Portilla, «lo único que justifica la implantación de una fábrica de baterías es que haya mercado para ella». Portilla recordó que ya hay más de cien asociados a Sernauto que trabajan en proyectos relacionados con la electrificación. «Tenemos asociados que son competitivos en la fabricación de ‘battery pack’ (la jaula que protege las baterías). De ello podría haber dos o tres factorías más pequeñas», detalló.
La asociación reclamó un nuevo Plan Renove, que invierta el proceso de envejecimiento de la flota automovilística en España. «No podemos demonizar tecnologías que son necesarias, como el diésel, que además son cada vez más limpias», manifestó Portilla. «Lo que planteamos es una transición progresiva. Una empresa que fabrica cigüeñales, con los ingresos por las ventas actuales puede cambiar cada dos años dos prensas para fabricar componentes para eléctricos. Ese es el modelo de transición positivo que defendemos para el sector. Pero no debemos asfixiarlo», dijo.