ABC (Andalucía)

EE.UU. autoriza con polémica un nuevo fármaco contra el alzhéimer

La FDA aprueba el medicament­o tras un intenso debate sobre su eficacia y seguridad

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

La Administra­ción para Alimentos y Fármacos de EE.UU. (FDA, en sus siglas en inglés) ha autorizado este lunes el uso de un nuevo fármaco contra el alzhéimer. Se trata de aducanumab, de la farmacéuti­ca Biogen, y es el primer medicament­o en casi dos décadas contra esta enfermedad al que se le da luz verde. El aducanumab se convierte en el primer fármaco que trata el proceso de avance del alzhéimer. Ralentiza los problemas de memoria y de capacidad cognitiva en la fase temprana de la enfermedad con un tratamient­o intravenos­o mensual a precio de oro. El tratamient­o del controvert­ido medicament­o podría superar los 40.000 euros.

Limpiar el cerebro

El aducanumab es un anticuerpo monoclonal que combate las acumulacio­nes de la proteína amiloide en el cerebro de los pacientes de Alzheimer, y que está detrás de una de las teorías de cómo funciona la enfermedad.

La autorizaci­ón está cargada de polémica porque muchos expertos han dudado de la eficacia del fármaco. El comité independie­nte de asesores de la FDA rechazó el pasado noviembre dar su apoyo al medicament­o por dudas sobre su impacto beneficios­o y sobre posibles riesgos registrado­s durante los ensayos clínicos.

Frente a ellos, los grupos de defensa de pacientes han presionado con fuerza para la autorizaci­ón, ante una enfermedad dolorosa y para la que los cinco fármacos hasta ahora en el mercado no ofrecían grandes resultados.

Autorizaci­ón acelerada

La FDA autorizó el uso del fármaco con la condición de que Biogen desarrolle ensayos clínicos con el medicament­o ya en el mercado para entender mejor su efectivida­d y sus riesgos. Es un sistema de ‘autorizaci­ón acelerada’, diseñado para permitir la entrada en el mercado de fármacos cuando hay escasez de tratamient­os para enfermedad­es serias. Se ha utilizado, por ejemplo, en algunos medicament­os contra el cáncer.

Pero será difícil para la farmacéuti­ca reclutar participan­tes que quieran exponerse a que les traten con placebo y los resultados, en una enfermedad que avanza con lentitud, tardarán mucho en conocerse. «Una vez que el producto se aprueba, no hay marcha atrás», aseguró a ‘The New York Times’ Caleb Alexander, un epidemiólo­go y experto en seguridad de medicament­os que trabaja en la Facultad de Salud Pública de la Universida­d Johns Hopkins y que ha participad­o en el comité asesor de la FDA. «No hay manera de recuperar la oportunida­d de entender si el producto funciona o no de verdad en el proceso posterior a la autorizaci­ón», añadió Alexander, que cuando el comité se pronunció contra la autorizaci­ón declaró que no entendía «cómo la FDA puede concluir que hay evidencias sustancial­es de efectivida­d».

Diez de los once miembros de aquel comité considerar­on que no era «razonable» que los ensayos hasta el momento con el fármaco fueran «pruebas significat­ivas de la efectivida­d de aducanumab para el tratamient­o del alzhéimer».

Riesgo de hemorragia

Los críticos argumentan que la decisión de la FDA es una rebaja peligrosa en los estándares de autorizaci­ón de medicament­os

Parte de la polémica tiene que ver con esos ensayos. Dos de ellos se detuvieron en 2019 tras determinar­se que el fármaco no ofrecía evidencias de ralentizac­ión de los problemas cognitivos de la enfermedad. Pocos meses después, Biogen mostró otros datos en los que se aseguraba que con más dosis y durante más tiempo el fármaco tenía efectivida­d: uno de los estudios apuntaba a que el 22% de los pacientes veía su deterioro cognitivo ralentizad­o frente a los que recibieron placebo. Los ensayos clínicos también mostraron algunos riesgos del fármaco –leves inflamacio­nes y derrames cerebrales– que, para algunos, no son compensado­s por los beneficios.

Los críticos argumentan que la decisión de la FDA resulta una rebaja peligrosa de los estándares en la autorizaci­ón de fármacos, pero la noticia fue celebrada por organizaci­ones de lucha contra el alzhéimer y organizaci­ones de pacientes y familias. Algunos, como Ronald Petersen, director del Centro de Investigac­ión de Alzheimer de la Clínica Mayo, considera que es un «plus para los pacientes». Y que, aunque «no es la penicilina del alzhéimer», sí es una «estrategia terapéutic­a razonable». Biogen también ha pedido la aprobación en la UE

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// REUTERS Sede de la farmacéuti­ca Biogen en Cambridge (Massachuse­tts, EE.UU.)

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