La `muerte dulce'
Como si de una partida de mus se tratase, los secesionistas catalanes han renunciado a ganar por la vía rápida tras perder el órdago en octubre de 2017. Entonces fue el Rey la carta decisiva. Ahora quieren sumar puntos sin arriesgar, algo que en el mus llaman jugar al trantrán. El bloque constitucionalista está roto y el Gobierno, tan necesitado de apoyo, forma pareja con el independentismo, de manera que, tal como ocurre en el juego, comparten sus cartas. Ambos cuentan con los indultos y con la rebaja del delito de secesión, lo que supondrá la revocación `de facto' de la sentencia del Supremo y sin duda causará perplejidad en Europa. Además asumen que todos los catalanes son nacionalistas. De hecho, a esa mesa baja sólo se sentarán los separatistas, ignorando a más del 50% de catalanes. Sostienen que exigir el cumplimiento de la ley es propio de inmovilistas y vengativos mientras llaman «buscar la concordia» a negociar la soberanía nacional con sediciosos que quieren volver a delinquir. Hoy disponemos de la Constitución y la monarquía, sin duda las mejores cartas, pero ya no se cuenta con la del poder ejecutivo, ahora hipotecado. Más vale que el constitucionalismo las emplee bien, porque nos exponemos a que, punto tras punto, esos maestros del engaño acaben por ganar la partida a la vez que acaban con el Estado mediante lo que, también en el mus, se conoce como la `muerte dulce'.
MANUEL SIERRA PAMPLONA