Biden cede y da su apoyo al gasoducto ruso Nord Stream 2
► Alemania pacta con EE.UU. la contrapartida de que Rusia mantenga el tránsito del gas a través de Ucrania ►Washington accede así a la posición de apertura con Moscú que Merkel ha defendido en sus cuatro mandatos
La diplomacia alemana se anota un tanto histórico. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, confirmó ayer que no habrá sanciones a las empresas que finalicen los trabajos del gasoducto Nord Stream 2. Desde un enfoque pragmático, justificó que la construcción del ingente sistema de tuberías ha avanzado ya demasiado como para detenerla.
Según precisó a principios de abril la gestora Nord Stream 2 AG, hasta el momento se ha construido el 95% del recorrido, 2.339 kilómetros, de un total de 2.460 kilómetros, por lo que quedan por tender solamente 121 kilómetros. «Desde nuestra perspectiva, el peor resultado posible sería tener completada la construcción del gasoducto, las relaciones con Alemania envenenadas y sin incentivos para volver a la mesa y trabajar en común sobre cómo mitigar las serias consecuencias negativas», trató de amansar las reticencias tanto demócratas como republicanas al proyecto, «los alemanes están ahora con nosotros en la mesa, estamos activamente en contacto con ellos y eso nos permitirá en el futuro manejar mejor la situación».
Inmediatamente, desde el otro lado del Atlántico, declaró el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, su compromiso con la contrapartida pactada en Washington▶ que la aprobación adicional del controvertido gasoducto depende de que Rusia continúe el tránsito de gas a través de Ucrania. «Alemania ha vinculado la continuación del proyecto a esta condición en el pasado», dijo después de una reunión en Berlín con el ministro de Exteriores de
Ucrania, Dmytro Kuleba, «y nada cambiará eso». Maas había mencionado que el acuerdo de tránsito ruso-ucraniano expira en 2024 con la intención de que se transfiera a través de Ucrania a largo plazo.
Las conversaciones entre el Gobierno de EE.UU. y el Gobierno federal continuarán esta semana, añadió Maas, cuyo objetivo es lograr «resultados muy concretos» para agosto. Aparentemente, la diplomacia alemana trabaja ahora para reiniciar las conversaciones sobre el conflicto ruso-ucraniano en el llamado formato de Normandía, en el que Alemania y Francia intentan mediar entre Rusia y Ucrania. El lunes, Maas habló de este tema por teléfono con su colega francés Jean-Yves Le Drian y con el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Presión sobre Ucrania
Blinken, además, ha comenzado a estudiar con Alemania futuras respuestas automáticas a la posibilidad de que Rusia aumente su presión sobre Ucrania por cuestiones relacionadas con el gas. «Esperamos que nuestros aliados y socios se comprometan abiertamente a emprender acciones para que no tengamos embrollos si Rusia hace algo malo», fueron sus palabras. Y aunque por ahora renuncie a las sanciones, el secretario de Estado estadounidense ha insinuado posibles acciones por parte de EE.UU. en otros aspectos.
Biden ha hecho así un importante gesto de buena voluntad antes del que será su primer encuentro como presi
Antony Blinken: «Los alemanes están ahora con nosotros en la mesa, estamos activamente en contacto con ellos»
dente con Putin, que tendrá lugar en Ginebra la próxima semana. Alemania se sale con la suya y en breve duplicará el suministro de gas natural ruso, desde los 55.000 millones hasta los 110.000 millones de metros cúbicos, necesarios especialmente después de que Merkel legislase en 2011 el abandono exprés de la energía nuclear.
Apaga además un fuego que amenazaba con empañar el primer viaje del presidente Biden a Europa y mantiene una posición de apertura con Rusia que Merkel ha defendido en las últimas cuatro legislaturas, a pesar de las incontables dificultades, y que mantendrán futuros gobiernos alemanes, según se desprende de los discursos de los principales candidatos electorales.
‘Ostpolitik’
El vicecanciller y ministro de Finanzas, además de candidato socialdemócrata (SPD), Olaf Schoz, insistió ayer durante una conversación con corresponsales en la necesidad de diálogo y cooperación entre la UE y Rusia para la seguridad en Europa, llamando a Bruselas a una nueva ‘Ostpolitik’. En cuanto al candidato de la CDU, Armin Laschet, cuyo silencio ha sido notorio en casos recientes como la detención de Navalni, hay ejemplos en la hemeroteca de su posicionamiento. La «demonización» de Vladímir Putin «no es una política, sino una coartada para la falta de tal política», criticó en 2014 tras la anexión rusa de Crimea.
«Rusia está cerca de Alemania, geográficamente y por la experiencia histórica», explica Stefan Meister, experto en Rusia de la Fundación Heinrich Böll, que recuerda que un tercio de los alemanes ven a Rusia como un socio de confianza, por delante de EE.UU. y China, según un sondeo de ARD en 2019.