Nacho Llorca El pescador que inició una cruzada para limpiar el mar
En 2015, el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Villajoyosa se unió al proyecto ‘Upcycling the Oceans’, que ha sacado ya de las aguas 700 toneladas de desperdicios
En los años ochenta, cuando el pescador Nacho Llorca salía a faenar con su padre por las costas ibicencas, a sus redes se enganchaban también cristales, latas de refrescos y de conservas. El ecologismo entonces era algo que «ni se planteaban», y todo lo que no era fruto del mar, lo devolvían al agua. Por eso, en 2015, cuando Javier Goyeneche, fundador de Ecoalf, le propuso colaborar para limpiar la basura olvidada en el fondo del Mediterráneo, no dudó en aceptarlo. «Todo el mundo va al mar a navegar, a disfrutar, pero nosotros vivimos de él. Somos los más interesados en que goce de buena salud. Si no lo cuidamos, ¿quién lo hará?», cuenta el alicantino, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Villajoyosa. Aunque en aquel momento apenas un puñado de barcos de la localidad empezaron a recoger plásticos, hoy colaboran con la iniciativa ‘Upcycling the Oceans’ 570 pesqueros españoles de Galicia, Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y Murcia. Solo el año pasado, estos 2.600 marineros recogieron 180 toneladas de desechos en nuestras costas.
Esta red ecologista se ha extendido también a Tailandia, Grecia e Italia. En total, estos pescadores, que trabajan por el medio ambiente sin recibir un euro a cambio, han sacado de las aguas 700 toneladas de residuos. «Nunca pensé que íbamos a llegar tan lejos. Parece que el mar se lo traga todo, pero hay mucha basura que no se ve», lamenta Llorca, que pertenece a la quinta generación de una familia que lleva el salitre en las venas.
«Con la pesca de arrastre vamos limpiando el fondo, donde, además de plásticos, hay hierros y cristales. Cuando trabajamos mucho tiempo en la misma zona sí se nota cierta mejora, pero cuando la dejamos descansar y volvemos, otra vez se ha ensuciado. Y cuando más cerca de la costa, peor, más basura recogemos. Normal, porque el mismo problema de contaminación lo tenemos en los ríos, a lo que hay que sumar las embarcaciones deportivas, los transatlánticos... Y no es más limpio el que más recoge, sino el que menos ensucia», añade. Lo que sacan de sus redes lo meten en unos contenedores que, cuando llegan a puerto, gestiona Ecoembes, tercera pata del proyecto. Después, Ecoalf reutiliza parte del plástico recogido como materia prima para elaborar sus prendas.
Nacho Llorca, que lleva faenando desde los 17 años –con 13 ya hacía redes–, reconoce que los jóvenes pescadores cada vez se preocupan más por ganarse la vida de una forma sostenible. «Los más veteranos vivieron una época en la que valía todo; pero ahora los chavales son los que más concienciados están», asume el patrón.
Y eso que vivir del mar cada vez es más complicado. A las jornadas maratonianas y la dureza propia del oficio se suma el problema del relevo generacional. Cada vez les cuesta más despertar nuevas vocaciones▶ «Los pescadores dicen a sus hijos que estudien porque nuestro futuro es muy incierto. La Unión Europea nos aprieta mucho con las cuotas, quieren que en 2025 no salgamos más de 120 días». Y eso, reivindica, que en las costas españolas se captura «el pata negra del mar».
Más ecologismo Aunque el sector pesquero tiene un problema de relevo generacional, los marinos jóvenes están cada vez más preocupados por la protección del medio ambiente