El derecho más fundamental
Por encima de la coyuntura política, tensada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, se encuentran los principios morales, base y guía de una sociedad en perpetua mudanza. En este sentido, el editorial dedicado por ABC a la consideración del aborto como derecho humano por parte de la Eurocámara ha sido muy bien acogido por nuestros lectores. «ABC es el único diario de España –escribe JOSÉ LUIS GARDÓN– en contra del aborto como derecho humano. En un mundo como el actual, un gesto así merece cuando menos la palabra ‘gracias’. Al ver esta semana el tratamiento informativo y editorial que esa Casa ha dado a la petición del Parlamento de la Unión Europea, consistente en que el aborto sea un derecho humano, he recordado las palabras de Teresa de Calcuta al recibir el Nobel de la Paz, en 1979▶ “El aborto es el mayor destructor de la paz hoy. Porque si una madre puede matar a su propio hijo –¿qué falta para que yo te mate a ti y tú me mates a mí?– no hay nada en el medio». Cada vez que ponen en las redes el vídeo de aquel discurso memorable, con todos los asistentes impactados por las palabras de la Madre Teresa (especialmente la Princesa Diana), pienso que todavía hay esperanza de volver al Bien, con mayúscula. Por cierto, antes que sobre las multas del estado de alarma, nuestro Tribunal Constitucional debería fallar sobre el recurso contra el aborto de Zapatero, pendiente desde hace once años». «Suscribo el argumento del editorial, que señala que “considerar al aborto como un derecho humano es una aberración”. Solucionar los problemas matando –comenta EVA MARTÍN– es una tragedia, como vemos en las guerras. Habrá que prevenir, educar y ayudar. Convertir el aborto en un derecho humano es una tragedia para la humanidad, un fracaso social y un atentado contra la humanidad y la naturaleza. Parece que hay un intento dictatorial en Europa que nos recuerda los tiempos del nazismo, cuando el austriaco Frank Jagerstatter se negó a luchar con los nazis y lo mataron por ello. Perdió su vida, pero no perdió la libertad de su conciencia. ¿Perderemos ahora también la vida los sanitarios que nos neguemos a provocar abortos?». de 1968 se convirtió en un «rechazo de aquella España de rosario y sacristía». «Me parece ciertamente precoz que con 13 años, don Pedro le diera ese significado a una canción en inglés. Yo tenía ocho años más, es decir 21, y no les encontraba significado político a las canciones de los Beatles, claro que yo era más bien de los Rolling Stones. Era una España de rosario y sacristía, dice, pero si no pisabas una iglesia y no rezabas el rosario, no te pasaba nada, al revés que ahora, que si vas a la capilla de la Complutense te pueden agredir los secuaces de algún exvicepresidente del Gobierno, o puedes arder como en el 36, al menos en la intención de algunos. Dice también que los curas le prohibían cualquier contacto, so pena de expulsión, con las adolescentes de los colegios de los alrededores. Eso sería en Miranda de Ebro... Yo le puedo asegurar que, en Logroño, de donde soy, no existía tal prohibición y era casi tradicional que los de los Maristas ligáramos con las del colegio de la Enseñanza de la Compañía de María. Dice que todo era pecado o estaba prohibido, menos jugar al fútbol. A mí no me lo parecía, pero bueno… Ahora puede estar contento don Pedro, porque se pueden dar golpes de Estado y no pasa nada▶ a los tres años el Gobierno te indulta».
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