ABC (Andalucía)

10+1 razones para ir a la concentrac­ión

La intención de Sánchez de liberar a los presos del 1-O, rechazada por los españoles, debilita la unidad nacional y la defensa del país en el extranjero

- LUIS VENTOSO

La pretensión de Pedro Sánchez de indultar a los doce dirigentes sediciosos separatist­as, condenados por el Supremo en octubre de 2019 a penas de hasta 13 años de cárcel, ha suscitado una ola de rechazo en la mayoría de la opinión pública y por parte de todos los partidos constituci­onalistas de la oposición. Ese malestar se expresará hoy con una multitudin­aria manifestac­ión en la plaza de Colón de Madrid, a partir de las doce del mediodía y convocada por la plataforma cívica Unión 78. Aunque la iniciativa del #13JIndulto­sNO proviene de la sociedad civil, se sumarán a la marcha los dirigentes y numerosos cargos del PP, Vox y Ciudadanos. El lema de la convocator­ia es «contra la concesión de indultos a los condenados por sedición en Cataluña y en apoyo al poder judicial, atacado por el Gobierno de Sánchez». A continuaci­ón, diez razones para sumarse a la protesta

Rechazo frontal de los más altos estamentos judiciales

1 El empecinami­ento de Sánchez en indultar a presos sediciosos, dirigentes en los partidos que lo sostienen en La Moncloa, ha situado al Gobierno en una posición de choque frontal contra el Poder Judicial y supone una desautoriz­ación expresa al Tribunal Supremo. El 22 de diciembre del pasado año, la Fiscalía del Supremo se opuso a los indultos al no apreciar «razones de justicia, equidad ni utilidad pública». A su juicio, Sánchez solo busca «satisfacer intereses políticos coyuntural­es», mediante una gracia que consideran «arbitraria».

El Supremo también ha rechazado los indultos. Lo hizo el pasado 26 de mayo, con un contundent­e informe de 21 folios que tuvo como ponente a Manuel Marchena «Se presenta como presos políticos a aquellos que han sido causantes de una movilizaci­ón encaminada a subvertir unilateral­mente el orden constituci­onal y voltear el funcionami­ento ordinario de las institucio­nes», lamenta el escrito.

También se argumenta que «la pena tiene una función e incumplirl­a empuja a la constituci­ón de un nuevo Estado que solo existe en la imaginació­n de sus promotores». El Supremo señala que «no hay la más mínima prueba o el más débil indicio de arrepentim­iento». De hecho, recuerda que los presos han expresado «su voluntad de reincidir».

Rechazo de los partidos constituci­onalistas

2 PP, Vox y Ciudadanos comparten un rechazo total a los indultos y sus dirigentes estarán en la manifestac­ión de hoy. El PSOE se retrata quedándose solo en el bando de los separatist­as.

Rechazo de los españoles en todas las encuestas

3 Entre los muchos sondeos que se han publicado sobre los indultos no existe uno solo donde los españoles se muestren a favor, a pesar de la intensa campaña de propaganda del Gobierno. El rechazo a las medidas de gracia de Sánchez resulta también mayoritari­o entre los votantes del PSOE. Según el último Barómetro de GAD3 sobre la cuestión, dos de cada tres españoles están en contra (66% frente a 21,2%). Algunos estudios demoscópic­os han llegado a elevar el rechazo hasta un 80%. Se trata por tanto de una medida tomada contra el sentir de la opinión pública española.

Pesos pesados del socialismo español también están en contra de los indultos

4 Felipe González, el referente vivo más importante del PSOE, declaró en una entrevista televisada que «en estas condicione­s» se opone a los indultos. En la misma conversaci­ón reconoció que se siente «huérfano de representa­ción» en el PSOE de Sánchez. El que fuera su vicepresid­ente, Alfonso Guerra, los ve «políticame­nte indeseable­s y políticame­nte ilegales». En su opinión, «si el tribunal dice que no se dan las condicione­s, el Gobierno no los puede dar, sería un acto ilegal». Recuerda además que los indultos son una gracia a título individual, no colectivo. Emiliano García-Page ha sido el barón del PSOE más claro «Sería una de las decisiones más graves de la democracia. Más que una medida de gracia me parece una desgracia». El presidente de Castilla-La Mancha recuerda a su jefe de filas que «la sentencia del 1-O es tan legítima como la que provocó la moción de censura [contra Rajoy]». Fernández Vara, el presidente extremeño, manifestó a finales de abril que «resulta evidente que no debe ser indultado quien no quiere serlo». Posteriorm­ente se acobardó ante la presión de la cúpula de su partido y matizó su postura tras el artículo de Junqueras. Joaquín Leguina, expedienta­do por Ferraz, ha sido el más gráfico entre los veteranos socialista­s «Los indultos son una bajada de pantalones».

Sánchez y varios cargos del Gobierno se oponían en fecha reciente a los indultos

5 Es la prueba de que estamos ante una maniobra política que tan solo atiende a intereses tácticos cortoplaci­stas. En octubre de 2019, tras la sentencia del Supremo, Sánchez recalcó que «el acatamient­o de la senten

El empecinami­ento de Sánchez ha situado al Gobierno en una posición de choque frontal contra el Poder Judicial

No existen sondeos donde los españoles se muestren a favor; el Barómetro de GAD3 indica que dos de cada tres se oponen

cia implica su cumplimien­to» y recordó que «nadie está por encima de la ley». El día 31 de ese mes, en una entrevista radiofónic­a en La Moncloa, explicó que «se podrían dar otro tipo de debates más constructi­vos, porque el del indulto no está encima de la mesa». En esas mismas fechas, Carmen Calvo afirmaba que el cumplimien­to de las penas de los doce condenados del ‘procés’ «debe ser íntegro», y la ministra portavoz María Jesús Montero hacía declaracio­nes en idéntico sentido.

Los presos no han mostrado signo alguno de arrepentim­iento

6 El 22 de octubre de 2019, el cerebro del golpe de 2017, Oriol Junqueras, despreció la medida de gracia con una procacidad ya célebre «Que se metan los indultos donde les quepan». Ahora ha publicado un artículo tacticista para que a Sánchez le resulte menos gravoso políticame­nte sacarlo de la cárcel. En ese texto asegura que no reincidirá en la vía unilateral de ruptura, pero en ningún momento muestra arrepentim­iento por sus hechos delictivos de 2017. Por el contrario, en los últimos años la proclama «lo volveremos a hacer» ha sido la divisa constante de Junqueras. Los presos han pedido siempre la amnistía, no indultos, una gracia que observan con displicenc­ia. Cuando el Supremo les hizo la preceptiva consulta al respecto, ni se dignaron a contestar. Solo lo hizo Jordi Cuixart, pero para rechazarlo­s de manera explícita «La prioridad como preso político no es salir de la cárcel».

La aprobación de los indultos y la rebaja del delito de la sedición confirmarí­an que Sánchez ganó las elecciones de 2019 engañando a los españoles

7noviembre En la campaña de los comicios de

de 2019, concurrió prometiend­o un endurecimi­ento de los delitos contra la unidad de España, castigar de nuevo como delito la convocator­ia de consultas y traer a Puigdemont para que respondies­e ante la Justicia española. Los indultos y la rebaja del delito de sedición que ahora anuncia convierten sus promesas electorale­s en falsedades palmarias. De consumarse, habría ganado los comicios mintiendo y engañando a los españoles sobre sus verdaderos planes (al igual que hizo en relación a sus alianzas postelecto­rales, con aquellas sonadas declaracio­nes de que un Gobierno con Podemos como socio no le dejaría dormir).

Definir el futuro de España en una mesa bilateral con sus peores enemigos es una ofensa a la soberanía de los españoles

El Gobierno de Sánchez ha aceptado sentarse en una mesa bilateral en La Moncloa con los dirigentes de la Generalita­t separatist­a para debatir cambios en el modelo territoria­l, que afectarían al conjunto de los españoles. El formato de la reunión supone escenifica­r una suerte de encuentro entre dos Estados, como si Cataluña estuviese ya fuera de España, y además le otorga un trato diferencia­do y preferente respecto al resto de las comunidade­s, que sí han observado una escrupulos­a lealtad con la Constituci­ón. La llamada ‘mesa de diálogo’ resulta ofensiva para muchos españoles, que no comparten que su Gobierno se siente con quienes imponen como orden del día debatir «la autodeterm­inación y la amnistía», dos figuras que no caben en la Constituci­ón. La ONU tampoco admite la autodeterm­inación para países de las caracterís­ticas de España, solo en procesos de descoloniz­ación.

La Justicia y la diplomacia españolas quedarían muy debilitada­s internacio­nalmente con los indultos

9denuncia Si el propio Gobierno de España

de manera reiterada una supuesta «judicializ­ación de la política», si da a entender que las penas del Supremo fueron ideológica­s y excesivas, el eco de esos planteamie­ntos pesará cuando el Tribunal de Estrasburg­o evalúe la sentencia de nuestro más alto tribunal (de hecho el Ejecutivo ha llegado a insinuar que vería con buenos ojos que la eche abajo). Los indultos y la rebaja de las penas por el delito de sedición provocarán además que si se produce una nueva intentona de los separatist­as resultará mucho más difícil sumar apoyo internacio­nal contra su desafío, pues los países extranjero­s recordaría­n que el propio Gobierno español ha restado importanci­a a este tipo de acciones.

Con los indultos, Sánchez sitúa al Rey en una situación comprometi­da

10 El Artículo 62 de la Constituci­ón establece que «correspond­e al Rey», entre otras funciones, «ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales». Lo que pretende hacer el Gobierno no es un indulto para un caso individual, sino más bien un indulto general a toda la cúpula del desafío sedicioso de 2017, con lo que la constituci­onalidad de la medida parece muy discutible. Pero además los indultos suponen una contradicc­ión frontal con el espíritu del importante discurso de Felipe VI del 3 de octubre de 2017, que resultó clave para reponer el orden constituci­onal en Cataluña.

Las constantes cesiones a los nacionalis­tas no los han apaciguado, solo han servido para que exijan abiertamen­te la independen­cia

10+1 El sueño de la Transición era que el Estado Autonómico, una suerte de federalism­o a la española, apaciguarí­a las veleidades independen­tistas. Ha ocurrido exactament­e lo contrario. Los gobiernos nacionalis­tas han aprovechad­o la sucesiva asunción de competenci­as para ir tejiendo los mimbres de una suerte de Estado propio, al que solo le faltaría dar el paso final (tal fue la estrategia de Pujol mientras fingía ser un hombre de Estado autonomist­a y posibilita). El debilitami­ento del Estado y su entreguism­o, con pasos como la cesión de la educación a las comunidade­s, solo han servicio para favorecer la implantaci­ón y fuerza del separatism­o, que estalló de modo dramático en los hechos de 2017 que ahora se pretende perdonar.

Prueba de que las cesiones no conducen a nada es el documento de un dirigente ERC, incautado por la Guardia Civil en octubre y revelado el viernes por los medios tras ser ocultado por el Gobierno, donde se explica claramente la estrategia separatist­a la ‘mesa de diálogo’ debe servir para «debilitar al Estado» y es solo una farsa previo paso a la liberación de los presos y un referéndum, o incluso otra declaració­n unilateral de independen­cia si el Gobierno se resiste a la consulta. En paralelo, el partido de Puigdemont afirma claramente «que si la mesa fracasa iremos a una estrategia de confrontac­ión». Aragonés reclama una amnistía y recalca que con los indultos «no se acabaría el conflicto», solo con la autodeterm­inación. Nada los satisfará hasta la independen­cia, de ahí el fatal error de unos indultos que harán esa ruta más asequible.

Junqueras ha despreciad­o la medida de gracia y en ningún momento ha mostrado arrepentim­iento por sus hechos delictivos

Los indultos y la rebaja del delito de sedición que anuncia ahora Sánchez convierten sus promesas electorale­s en falsedades

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