ABC (Andalucía)

Londres y las capitales de la UE disputan por el acuerdo irlandés

Boris Johnson lamenta que «nuestros amigos parecen no entender que el Reino Unido es un solo país» Los líderes europeos continenta­les le advierten que el Protocolo Irlandés está firmado y no es negociable

- IVANNIA SALAZAR CORRESPONS­AL EN LONDRES

El primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró ayer «He hablado con algunos de nuestros amigos aquí hoy que parecen no entender que el Reino Unido es un solo país y un solo territorio. Creo que necesitan meterse eso en la cabeza». Con estas duras palabras, Johnson aportó su propia dosis de tensión en el conflicto con la Unión Europea en relación con la aplicación del Protocolo de Irlanda del Norte, que forma parte del Acuerdo del Brexit. El primer ministro dijo que está dispuesto a activar el artículo 16 del Protocolo, que permitiría al Reino Unido detener unilateral­mente los controles de bienes importados de Gran Bretaña a Irlanda del Norte, si no se llega a un acuerdo sobre las mejoras necesarias con el grupo de los Veintisiet­e. «Creo que si el protocolo continúa aplicándos­e de esta manera, entonces obviamente no dudaremos en invocar el Artículo 16», aseguró el ‘premier’. «No olviden que la propia UE invocó el artículo 16 en enero para no aplicar el protocolo, de modo que pudieran detener el envío de vacunas de la UE al Reino Unido», añadió. El artículo 16 del protocolo es una cláusula de salvaguard­ia que permite que cualquiera de las partes tome medidas de forma unilateral si el protocolo «conduce a graves dificultad­es económicas, sociales o medioambie­ntales que pueden persistir». A costa de esto, que se suma al conflicto previo por el Brexit, las relaciones con el bloque y en particular con Francia se han enrarecido, y las risas que se vieron entre los líderes del G-7 en su encuentro en Cornwall el viernes, ya no eran tantas el sábado a costa de este asunto.

Y aunque un portavoz de Downing Street manifestó que, en todo caso, el G-7 «no es el foro» en el que necesariam­ente se busca «llegar a una solución inmediata» para este enquistado asunto, y a que Johnson, como anfitrión del evento, quería que las prioridade­s estuvieran en los grandes temas globales, lo cierto es que sus encuentros bilaterale­s con los mandatario­s de países europeos así como con los representa­ntes de la UE Bruselas dejaron en evidencia que este tema es un punto prioritari­o en la agenda de una cumbre que en principio estaría dominada por la vacunación contra el Covid-19, la recuperaci­ón económica tras la pandemia y las relaciones con China y Rusia.

Evitar la «frontera dura»

Sin embargo, a solo seis meses de haberse consumado el Brexit, era imposible que la primera cita cara a cara fuera todo alegría. Así, el presidente francés Emmanuel Macron dijo estar dispuesto a restablece­r las relaciones con Reino Unido, pero solo si Boris Johnson «cumple su palabra» sobre el Protocolo de Irlanda del Norte, pero el primer ministro británico sostiene que la UE está siendo intransige­nte en la forma en que lo aplica. Si bien Macron expresó que los dos países tienen intereses comunes, y que es necesario restablece­r la relación franco-británica, estos lazos serán posibles siempre que Johnson honre los acuerdos firmados.

Un portavoz de Downing Street dijo que en el encuentro entre ambos «el primer ministro dejó en claro su deseo de pragmatism­o y compromiso» por parte de todos los involucrad­os y sugirió que el Gobierno británico sigue dispuesto a retrasar unilateral­mente los controles aduaneros que han desatado la llamada ‘guerra de las

El Reino Unido no quiere someter a controles su exportació­n de carne ’al Ulster e invoca una cláusula de salvaguard­a

salchichas’. El Protocolo de Irlanda del Norte establece controles aduaneros sobre las mercancías que se trasladan desde Gran Bretaña a esa nación, que forma parte del Reino Unido, para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda, tal y como está contemplad­o en el Acuerdo del Viernes Santo. Pero las restriccio­nes a las carnes refrigerad­as de producción británica que entren en Irlanda del Norte deben entrar en vigor a finales de mes, lo que ha levantado ampollas, ya que Londres amenaza con negarse a introducir controles a menos que se realicen cambios en el acuerdo, bajo el argumento de las graves interrupci­ones que ha provocado en el suministro de bienes cotidianos a la región.

«El Acuerdo del Viernes Santo y la paz en la isla de Irlanda son primordial­es. Negociamos un Protocolo que lo preserva, firmado y ratificado por Reino Unido y la Unión Europea . Queremos las mejores relaciones posibles con el Reino Unido. Ambas partes deben implementa­r lo que acordamos. Hay una unidad total de la UE a este respecto», escribió en su cuenta de Twitter la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Tanto ella como el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel le indicaron a Johnson que la retórica sobre Irlanda del Norte debe enfriarse, mientras que el Reino Unido está consideran­do extender el período de gracia actual sin el consentimi­ento de Bruselas para garantizar que las salchichas y otras carnes puedan seguir transportá­ndose.

No es renegociab­le

Todo este intercambi­o de advertenci­as se produjo después de que Johnson se reuniera con Macron, la canciller alemana Angela Merkel, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. «Todos los estados miembros (de la UE) están alineados con esto, que se reiteró claramente durante la reunión», detalló un funcionari­o comunitari­o, mientras que desde Downing Street manifestar­on que Johnson está comprometi­do con «la búsqueda de soluciones prácticas dentro del marco del protocolo que protejan los objetivos del Acuerdo de Viernes Santo y minimicen el impacto en la vida diaria de los habitantes de Irlanda del Norte», y acordó con los líderes europeos la «necesidad» de que se mantenga el diálogo entre Bruselas y Londres para resolver las cuestiones pendientes. Merkel, menos beligerant­e que Macron, dejó en claro en su reunión con el primer ministro que, si bien quería encontrar soluciones pragmática­s al estancamie­nto, el acuerdo no podía renegociar­se.

La nueva escalada de tensión en plena cumbre del G-7, que acaba este domingo, provocó la reacción de la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC). La directora general de este organismo, Ngozi Okonjo-Iweala, manifestó su preocupaci­ón diciendo que espera «que no haya una guerra comercial entre la UE y el Reino Unido».

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// AFP Johnson con los presidente­s de las dos institucio­nes de la UE
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