El corro de la patata d’Economía
El Rey se queda solo ante el vacío institucional. Muchos besamanos, pero en privado, no sea que lo vieran las cámaras... de TV3
LOS empresarios catalanes, tan convergentes y concordantes ellos, han encontrado la cuadratura del círculo: el Cercle d’Economía. Los mismos galgos con nuevos collares entregados a la causa nacionalista. Eso sí, invitando al Rey para cubrir el expediente y de paso, ayer –porque hoy y mañana siguen–, a una terna de grandes compañías –Telefónica, Banco Santander e Inditex– para que parezca un círculo lo que no es más que el corro de la patata. Porque, digo yo: ¿no habría sido oportuno que alguien hubiera salido en defensa de Don Felipe tras los ataques a su majestad por parte de ERC, la CUP o Junts?
Eso lo mismo debió quedar para la cena privada, lejos de las cámaras. Lo habitual: luces y taquígrafos para al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès –y, por supuesto, frente a la prensa, aunque esta de total convidada de piedra, para variar, con opción de preguntar ‘cero patatero’, como en el gran evento planetario del presidente Sánchez ante el Ibex 35 para presentar el plan 2050, ¿recuerdan?– y golpes de pecho constitucionales a puerta cerrada, no fuera a ser que se enfadaran los que en las inmediaciones quemaban fotos del Monarca y banderas de España. La pela es la pela.
Y mientras el Cercle ‘corro de la patata’ d’Economía sale en defensa de los indultos nuestros grandes hombres y mujeres de Estado, empresarios de postín, presentes en el acto callaban y otorgaban situándose exactamente donde querían estar: en ese confortable espacio entre la ignominia y la nada. «Es que, oiga, yo vengo a hablar de mi libro...». Pues no, mire no. Hay momentos en la vida en los que uno o una, con una considerable y reconocida posición de fuerza, de poder y/o de responsabilidad para con la sociedad, no puede guardar simplemente la equidistancia. Toca mojarse. Si no, ¿para qué estar en un evento así? Mejor no ir. Y si vas, te levantas y te vas. ¿O da igual asistir a una pantomima contra el Estado de Derecho y el Jefe de nuestro Estado? El caso es que al Rey le exigen que sea el Rey de todos, y el Gobierno, solo el de unos cuantos. ¿Y las empresas? ¿Están ahí para todos o solo para unos cuantos y dependiendo de la región y de quién gobierne?
Créanme, lo tenían, con perdón, ‘a huevo’. Recibieron todos la misma cuestión por parte de Marc Puig, vicepresidente del Cercle d’Economia: «¿qué fortalezas ven en España?». Respuesta correcta, no escuchada: «La unión hace la fuerza, y para ello, los españoles nos debemos apoyar en el Rey, garante de nuestra Constitución, por su compromiso con España y con nuestro futuro. Es hora de que España, con su Rey al frente, se quiera a sí misma». Y luego ya... «España crecerá más de lo previsto», «España se sale del mapa», «Las estimaciones se quedarán cortas»... Pero no, no fue así. Es lo que tienen los círculos, los círculos viciosos.