ABC (Andalucía)

Los hoteles andaluces pierden 40 millones a la semana por la ausencia de turistas británicos

La Costa del Sol, destino tradiciona­l de este mercado, sufre las pérdidas más importante­s por las restriccio­nes antiCovid dictadas por Boris Johnson

- J. J. MADUEÑO

Las restriccio­nes a los británicos que viajen a España este verano están generando un agujero importante en la economía del destino. Según la Confederac­ión de Empresario­s de Andalucía (CEA), los hoteles de la comunidad pierden 40 millones a la semana durante el tiempo que se exija cuarentena a los viajeros de Reino Unido al regresar, es decir, mientras que el semáforo que instaló el primer ministro Boris Johnson para catalogar a los países con alto riesgo de contagio siga en ámbar y no pase a verde. «No me cabe duda que se hace para que se queden allí este verano y poder reactivar su economía con el gasto de sus propios turistas», señala Miguel Sánchez, presidente del Consejo de Turismo de CEA, quien apunta que donde más pérdidas se va a generar por estas restriccio­nes es en la Costa del Sol.

Málaga es tradiciona­lmente, y antes de la pandemia, el lugar donde recalaban el 70 por ciento de los turistas de Gran Bretaña que veraneaban en Andalucía. Dentro del destino su presencia suponía hasta el 30 por ciento del global de viajeros durante todo el año. Así, la patronal hotelera de la Costa del Sol ya anunció que en Málaga se iban a perder hasta 25 millones de euros a la semana por las restriccio­nes a estos turistas. El propio presidente de la Asociación de Empresario­s Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), José Luque, catalogó la situación de «crítica». «Provoca unas pérdidas a la semana de alrededor de 185.000 pernoctaci­ones», afirmó Luque.

De este modo, José Luque se sumó también a la denuncia que días atrás hizo el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, y que expuso una posible maniobra de Boris Johnson para favorecer su economía doméstica. «Entendemos que las decisiones adoptadas por el Reino

Unido obedecen a criterios políticos de estímulo del mercado doméstico, y no tanto responden a criterios científico­s sanitarios, tal y como ocurre en otros países de la Unión Europea», abundó José Luque.

Ansiosos por venir

Aun así, desde Turismo Costa del Sol se asegura que los británicos están ansiosos por venir a Andalucía, como demuestran los incremento­s de la búsqueda del destino en internet. «Una cosa es lo que pretende el Gobierno británico y otra lo que vayan a hacer sus ciudadanos», asegura Miguel Sánchez, quien revela que se están detectando en Andalucía súbditos de Isabel II que no han entrado por aeropuerto­s españoles.

Mientras Reino Unido mantenga el ‘semáforo Covid’ para España en ámbar y no lo mueva a verde, como zona de baja incidencia, todos los británicos que vuelen a Andalucía tendrán que guardar cuarentena al volver, además de hacerse una PCR. Pasada la mitad del confinamie­nto obligatori­o, deberán hacerse una segunda prueba para ver si es negativa. Sólo entonces podrán hacer vida normal en su país. Unas exigencias que podrían relajarse pronto, pues el Gobierno británico podría permitir eliminar el requisito de la cuarentena a quienes hayan recibido la pauta de vacunación completa. Pero mientras, la picaresca ‘brit’. muchos han volado a Gibraltar y, desde ahí, en coche, han pasado hasta las costas de Andalucía», desvela Sánchez, quien dice que estos turistas también «tienen la necesidad de volver a la normalidad y están deseando salir de las islas británicas».

Las agencias de viajes también están notando este agujero económico, pero en menor medida. Para ellas el cliente británico no es el que más les preocupa, puesto que no es el que más demanda sus servicios a la hora de volar a Andalucía. «No suele viajar en grupo. Ellos vienen a su hotel habitual, a su segunda residencia o a un apartament­o barato, porque es un

Los empresario­s andaluces creen que el Gobierno británico trata de favorecer su economía doméstica impidiendo viajar

cliente muy ‘low-cost’ que busca alquileres a precios bajos», afirma Sergio García, presidente de las Agencias de Viajes Asociadas de Andalucía, que dice que los británicos en grupos suelen llegan en otoño.

De este modo, este sector turístico explica que la pérdida de este 30 por ciento de clientes británicos en verano, durante los dos últimos períodos vacacional­es, puede servir para ocupar ese vacío con otras nacionalid­ades que hagan un mayor gasto por persona al día. «Hay mucha demanda de Francia, Alemania y Holanda, que pueden paliar la pérdida de este cliente», asevera García, quien reseña que la solución no pasa por atraer el mismo turismo que había y que generó problemas en el destino, sino por elevar la calidad de los turistas que vengan.

Para las agencias de viajes el destino debe apostar por traer turistas con mayor poder adquisitiv­o que la gran masa de británicos ‘low-cost’ que llegaba cada verano antes de la pandemia. «Lo mismo la solución no está en volver a tener 36 millones de turistas al año con un porcentaje muy alto de viajeros que buscan los precios más bajos, si no tener 30 millones visitantes que generen los mismos ingresos porque pagan precios más elevados», afirma el presidente de las agencias, quien dice que esta disminució­n de llegadas ayudaría a paliar problemas como la ‘turismofob­ia’ o la masificaci­ón de algunas zonas costeras.

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// EP Turistas saliendo del buque crucero Mein Shiff 2, que hizo su primera escala en el Puerto de Málaga el pasado martes
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