Pedro Sánchez en el Liceo
¿Va el resto de los españoles a perdonarle que se haya rendido a quienes tan descaradamente han violado la Constitución?
PARA presentar el indulto de los líderes nacionalistas catalanes condenados por el intento de golpe del 1-O, se ha elegido el más selecto de los escenarios. Nada más y nada menos que el Liceo, donde la ‘crème de la crème’ catalana se da cita cada temporada para dar fe de que aún existe. Allí, donde en 1893 un anarquista lanzó desde lo alto dos bombas sobre el patio de butacas, causando veinte muertos, advirtiendo a aquella burguesía que ellos también contaban, expondrá esta tarde Pedro Sánchez el plan de gracia que su equipo ha trazado para la reconciliación y convivencia entre España y Cataluña. Algo que ya había hecho en los más altos foros de la industria y el comercio con general aplauso, pero faltaba este broche para realzar su significado. Demostrando de paso que nuestro presidente es un ‘snob’, un ‘parvenu’, un nuevo rico del poder, que gusta lucir sus éxitos. Y que su audiencia está encantada con él. Menudo salto tener como aliados a la alta burguesía en vez del proletariado.
Se lo han trabajado. Conscientes de que son muchos cuarteles los que están contra esos indultos, han procurado cubrir todos los flancos. Que se dediquen treinta folios a cada uno de los nueve condenados, indica el trabajo invertido y la atención que se ha puesto. Comienza advirtiéndose que han visto el asunto desde el ángulo político más que desde el judicial, como temiendo entrar en conflicto con el Tribunal Supremo, recalcan que lo que se busca es encontrar una salida a la crisis catalana que solivianta y divide aquella sociedad. Que los reos no hayan mostrado arrepentimiento y algunos hayan dicho que volverían a hacerlo se disimula tras los ‘gestos’ que algunos han hecho, como la carta de Junqueras en la que renuncia a la ‘unilateralidad’, y al respaldo ciudadano que tienen. Se subraya también que se perdona la pena de prisión que les queda, pero la de inhabilitación para cargos públicos queda condicionada a que no reincidan. De hacerlo, vuelven a la cárcel.
De hecho, ya están fuera de ellas, como muestra que han recibido permiso para salir por la festividad de San Juan. Quien realmente está preso es Pedro Sánchez y su gobierno. ¿Cómo lo va a recibir el pueblo español? Que no lo haya sometido a referendo indica que no esperaba ganarlo. Lo que espera es que con el fuera mascarillas y con las alegrías veraniegas se olvide. Pero quedan dos grandes incógnitas: ¿van los secesionistas a olvidar el referéndum de autodeterminación? Y ¿van el resto de los españoles a perdonarle que se haya rendido a quienes tan descaradamente han violado la Constitución? Mi respuesta a ambas es que no. Y aún queda otra de mayor calibre: ¿Cómo va a proteger a los catalanes que se sienten también españoles?