ABC (Andalucía)

«Los indultos serán una concesión más; el nacionalis­mo no se conforma»

► El diputado recuerda que no se cumplen los requisitos para beneficiar a los presos del ‘procés’▶ no se han arrepentid­o y volverán a la carga, avisa

- NATI VILLANUEVA

Toda una vida entregada a la Abogacía del Estado. Dieciséis años como jefe del departamen­to Penal. Pocos políticos han vivido el ‘procés’ como el hoy dirigente de Ciudadanos (Cs) Edmundo Bal, quien representó a la institució­n durante toda la fase de instrucció­n ante el juez Llarena. Hoy en situación de servicios especiales, el vicesecret­ario general de Cs defiende con vehemencia la imposibili­dad de conceder los indultos a los presos independen­tistas condenados por sedición. Más allá de argumentos políticos, hay razones jurídicas que lo impiden, dice.

—Han pasado casi tres años desde que el Gobierno decidió prescindir de usted para el juicio del ‘procés’. ¿Se imaginaba que hoy íbamos a estar en el punto en el que nos encontramo­s?

—La verdad es que no, y lo he pensado muchas veces estos días al hablar de los indultos. Quién me iba a decir que, después de haber sido cesado por no querer mentir en un escrito de acusación, me iba a ver en la tribuna del Congreso defendiend­o esto. Que después de haber dicho el presidente del Gobierno que iba a haber un cumplimien­to íntegro de las penas, que se iba a traer a España a Puigdemont para ser juzgado y que no había ninguna manera posible de abrir la puerta a los indultos, de repente nos encontremo­s en esta situación... Sinceramen­te pensé que no se iba a atrever a que paguemos tan alto precio por que él se mantenga en el sillón de La Moncloa.

—¿Sigue pensando que en Cataluña hubo un delito de rebelión?

—A mí el tipo penal me daba igual. Yo hice un escrito de acusación por rebelión; después me dijeron que lo hiciera solo por malversaci­ón, dado que la legitimaci­ón de la Abogacía del Estado era por el quebranto a Hacienda, y finalmente por sedición. Y lo hice. Y estaba muy contento con el resultado porque los hechos eran los mismos▶ los que resultaban de la fase de instrucció­n de la causa con el juez Llarena. Yo estaba en esa fase de instrucció­n y presencié lo que decían los policías, los investigad­os, los testigos... Cómo se vandalizar­on los coches de la Guardia Civil, el cerco a la Consejería de Economía, cómo la secretaria judicial tuvo que salir por el tejado. Los hechos los tenía superclaro­s, y fue cuando me quisieron hacer cambiarlos, negando que hubiera habido violencia, cuando dije que no lo firmaba. Aun así, por lealtad a la Abogacía del Estado, me ofrecí a hacer el juicio porque conocía la causa. Pero tampoco valía.

—¿Por qué siendo una herramient­a legal no se puede indultar a los presos del ‘procés’?

—Pues porque no cumplen los requisitos jurídicos. El indulto se tiene que basar en razones de justicia, equidad o utilidad pública, pero también en el arrepentim­iento. ¿Cómo va ser justo este indulto cuando han cumplido tres años de prisión –en algunos casos con condenas de 13–, los delitos son muy graves y atentan contra los valores y principios de la Constituci­ón? Pero es que además hay desobedien­cia y malversaci­ón de caudales públicos por un importe que el Tribunal de Cuentas ha fijado en 10 millones de euros. Respecto a la equidad, ¿unos políticos que delinquen tienen mejor derecho que unos delincuent­es comunes que cometen delitos más leves? Tercero, utilidad pú

blica. Dice Pedro Sánchez que se va a desinflama­r el conflicto catalán, que se van a apaciguar las aguas. ¿Pero, cuándo el independen­tismo ha dado un paso atrás? Si cuando le das una cosa te pide la siguiente; si estás dando los indultos y te han pedido la mesa del diálogo; si ya han salido Iceta e Illa diciendo que lo que salga de la mesa de la vergüenza quieren que sea sometido a un referéndum para ser aprobado por el pueblo catalán. ¿Pero de qué estamos hablando? Es la utilidad privada del presidente del Gobierno para seguir sentado en su sillón, para seguir utilizando el coche oficial y el Falcon. Y, por último, el arrepentim­iento. Para la Sala Segunda, y también para mí, es un requisito del indulto, porque la ley de 1870 se tiene que interpreta­r a la luz del artículo 25 de la Constituci­ón que establece que la finalidad de la pena es la reinserció­n social. Y estos señores dicen que no cometieron ningún delito, que no tienen de qué arrepentir­se y además, que lo volverán a hacer saltándose incluso las vías legales. Que la gente se imagine cualquier otro delito y escuchen al delincuent­e que está en prisión diciendo▶ «Como me suelten voy a volver a cometer este delito». ¿Alguien en su sano juicio piensa que esto está bien?

—¿Cree que la postura de la Abogacía del Estado en su informe de los indultos debió ser más contundent­e, teniendo en cuenta que en el juicio acusó también por sedición?

—Evidente. La Abogacía pudo haber acusado solo por malversaci­ón. Pero no, decidió acusar por todo. La posición poniéndose de perfil me parece absolutame­nte inadmisibl­e. Pero es el mensajero, la Abogacía del Estado da la cara y tiene que hacer el papelón, pero el responsabl­e es el cliente, que es el que tiene que dar el criterio, en este caso el Ejecutivo. La Abogacía del Estado se limita a trasladarl­o. ¿Ha habido en los 16 años en los que yo he sido jefe del departamen­to de Penal algún caso en el que la Agencia Tributaria haya dado su parecer favorable a un indulto a un condenado por un delito contra la Hacienda Pública? Ninguno, cero casos.

—¿Abogacía del Estado o Abogacía del Gobierno?

—Lo reconozco con pena porque esto está siendo así desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa. Yo he trabajado con Gobiernos del PP y del PSOE y esto no había pasado nunca. Tengo muchos amigos ahí dentro, pero procuro no inmiscuirm­e porque ahora mismo mi papel es otro.

—Pero imagino que le ha llegado ese malestar...

—Si yo percibo esto de una forma triste, y estoy fuera de la Abogacía del Estado, imagino que los que estén dentro, y que entienden el servicio a España como yo lo entiendo, muy contentos no deberán de estar.

—¿Estos indultos traerán la concordia a Cataluña?

—No, serán una concesión más respecto a la siguiente. Nunca en la historia del nacionalis­mo se han conformado. Porque tienen una hoja de ruta. En el juicio del ‘procés’ lo vimos clarísimam­ente con la agenda ‘Moleskine’. La trayectori­a del nacionalis­mo e independen­tismo es evidente. El objetivo final y no negociable, de una manera u otra, por vías legales o ilegales, siempre es la independen­cia del territorio y por ese camino vamos, y en esa trampa han caído el Partido Popular y el PSOE durante los 40 años de democracia que llevamos. En vez de ponerse de acuerdo entre ellos para frenar el nacionalis­mo han hecho que España la gobiernen durante muchos años el PNV y CiU. Y ahora peor▶ Sánchez ha dejado nuestro país en manos de ERC y Bildu. No miremos hacia otro lado. Los dos han sido culpables. Y lo que da más miedo no es tanto que estos señores salgan de la cárcel como que les estés dando la razón. Van a salir a la calle a celebrarlo, van a humillar de nuevo a los catalanes que se sienten españoles y europeos; van a desdecir el mensaje del Rey del 3 de octubre que nos llenó de esperanza a muchos. ¿Qué es lo próximo? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar con tal de permanecer en La Moncloa? —¿Qué posibilida­d hay de que prosperen los recursos contra estos indultos en el Supremo?

Yo creo que en el fondo del asunto las posibilida­des son muchas. Hay poca jurisprude­ncia en materia de indultos, pero en la mayor parte de las ocasiones cuando el indulto se concede con el criterio en contra de la Fiscalía y del tribunal sentenciad­or, suele estimar el recurso en el fondo del asunto porque cualquier acto administra­tivo tiene que estar motivado y fundado en razones de peso y consistent­es, y aquí no se dan los requisitos jurídicos. En segundo lugar, nos encontramo­s con el problema de la legitimaci­ón de los partidos políticos. En el orden contencios­o-administra­tivo la cuestión que se plantea esencialme­nte es que el interés que uno tiene que acreditar no es solo un interés legítimo, sino que tiene que ser directo. Cada sentencia que se va dictando en materia de indulto va progresand­o un poco más en la construcci­ón de todo el aparato jurisprude­ncial, por lo que no sería descartabl­e que, al ser la sedición un delito de contenido político, se reconocier­a legitimaci­ón a los partidos. La segunda opción es idear o construir una legitimaci­ón para que se establezca esa vinculació­n directa con el objeto del procedimie­nto. En eso estamos. Estoy convencido de que lo ganaremos y los condenados volverán a la cárcel.

—¿La Abogacía del Estado puede recurrir?

Claro, es víctima del delito de malversaci­ón, pero es absolutame­nte evidente que no lo va a hacer.

—¿Y la Fiscalía?

Es un criterio abstracto. Hay opiniones a favor y en contra, porque aunque es la representa­nte de los intereses nacionales difusos, no atribuidos a una persona concreta y determinad­a, que se protege con los delitos de rebelión y sedición y de desobedien­cia a los mandatos del TC, no se dice de forma expresa que pueda hacerlo en esta materia. La justificac­ión de Lola Delgado va a ser que ninguna norma dice que la Fiscalía pueda ser parte en los procedimie­ntos de indulto.

—Calvo sacaba pecho el otro día diciendo que el Gobierno del PP tuvo que soportar dos referendos, las leyes de la ruptura y una declaració­n de independen­cia y que ellos de momento nada. ¿Acaso hizo mal el Estado de derecho en actuar?

Este discurso es inaceptabl­e. Han utilizado la pandemia como arma política arrojadiza, cuando estaba la gente muriéndose, cuando está la gente en ERTE... Es inaceptabl­e. Un Gobierno que intentó solucionar el problema, que hizo trabajar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que a través de la Policía Judicial quiso cumplir con los mandatos judiciales para impedir un referéndum ilegal... y decir las palabras que dijo en el Congreso Carmen Calvo... esto es una ignominia.

—El Gobierno justifica la necesidad de rebajar el delito de sedición en que hay que adecuarlo a Europa. ¿En Europa no castigan estas conductas?

Declarar unilateral­mente la independen­cia de una parte del territorio nacional sin seguir las vías legales se castiga con la misma pena o incluso más grave. En Alemania, prisión permanente revisable.

√ Utilidad «privada» de Sánchez «¿Qué es lo próximo? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar con tal de permanecer en La Moncloa?» Tirar la toalla «Lo que da más miedo no es tanto que estos señores salgan de la cárcel como que les estés dando la razón»

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// JOSÉ RAMÓN LADRA Edmundo Bal, tras la entrevista en la sede de Ciudadanos
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