ABC (Andalucía)

El Barça se mantiene firme en su apuesta por la Superliga

▶ Laporta defiende la competició­n y evita someterla a la votación del socio

- SERGI FONT

La última decisión de Josep Maria Bartomeu antes de dimitir en octubre fue adherirse a la creación de la polémica Superliga, propuesta que recogió Joan Laporta aunque se incluyó una cláusula por la que la asamblea de compromisa­rios debía ratificar la iniciativa de desvincula­rse de la UEFA para crear una competició­n propia. El presidente azulgrana descartó la votación del ‘soci’ tras explicar los motivos por los que el club catalán debía permanecer en la pugna por establecer la Superliga. Se amparó en que el torneo no existía aún y recibió el inesperado apoyo de Joan Gaspart, asistente al acto, que también desafió al organismo europeo. «Dijimos que someteríam­os el formato de competició­n a la voluntad de nuestros socios en la siguiente asamblea de compromisa­rios. Hoy no puedo someter a votación el formato de competició­n porque no existe, pero el proyecto está vivo. Esta condición nos eximía de la indemnizac­ión que debían pagar los clubs que se salían del proyecto de la Superliga», apuntó Laporta.

El presidente realizó una cronología de los hechos y se mantuvo firme ante las amenazas de la UEFA, un organismo «beligerant­e y demagogo». Aprovechó su ponencia para cargar contra clubes como el Manchester City o el PSG, aunque no les nombró, por «alterar las normas del fútbol». Tras explicar que disputar la Superliga reportaría unos ingresos fijos de 700 millones de euros anuales más variables, aseguró su intención de proseguir con la iniciativa. «Seguimos adelante. La UEFA ha reculado y ha retirado el expediente disciplina­rio permitiend­o que juguemos la Champions; tenemos la razón», insistió. Y añadió «La UEFA reaccionó mal, no quiso reunirse ni hablar del tema y no nos quedó más remedio que hablar con los tribunales y hay uno que señala que si la UEFA ejerce acciones contra esta Superliga se consolida un monopolio de facto. Un tribunal suizo le comunicó a la UEFA que no podía sancionar a los clubs. A nosotros, que defendemos los intereses del Barça, unos funcionari­os chafaron nuestras ilusiones. Por pensar u organizar una competició­n no tenemos que pedir perdón y menos por querer ser amos de nuestro destino en el mundo del fútbol. Y no pagaremos sanciones si tenemos la razón según la justicia». Laporta insistió en su intención de seguir trabajando por la creación de la Superliga y se avino a una votación telemática en el futuro.

Al margen de la espinosa cuestión de la novedosa competició­n, la asamblea fue plácida para Laporta, al que le aprobaron todos los puntos propuestos. Más incómoda fue para Jordi Moix, vicepresid­ente de la junta de Bartomeu, en el que delegó el expresiden­te para que justificar­a la liquidació­n del ejercicio 2019-20 y el presupuest­o del siguiente. Recibió pitos y recriminac­iones de la grada. Laporta aseguró que se depurarían responsabi­lidades ante la nefasta gestión que hereda, pero dejó en el aire una acción de responsabi­lidad.

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// EFE Joan Laporta y su junta, ayer durante la asamblea

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