Escupen sobre tus indultos
Sé que suena duro, pero por desgracia es lo que ya está ocurriendo
COMO todos los españoles, incluidos tus partidarios, sé que el móvil de esta felonía, que burla todas las promesas con que ganaste las elecciones de 2019, es intentar obtener una pequeña prórroga de tus socios separatistas para completar la legislatura con cierta comodidad. Como la mayoría de los españoles soy contrario a estas gracias arbitrarias (y a pesar de la acreditada eficacia de tu cañón de propaganda, no se ha publicado todavía una encuesta donde ganen el aprobado). Pero aun así, me habría confortado estar equivocado, que tuvieses razón en tu argumentación y que tras la publicación de los indultos en el BOE se percibiese que, en efecto, sirven para un giro hacia la ‘concordia’ y el respeto de la ley por parte de los dirigentes separatistas (que no de los catalanes, que son otra cosa más grande y mejor). Pero tu planteamiento era lo que parecía: un cuento de Heidi. Desgraciadamente no han pasado ni 24 horas y ya está claro que te has columpiado: escupen sobre tus indultos. Sé que suena duro, pero es exactamente lo que está ocurriendo. Han salido de la cárcel pregonando que nuestra justicia es «Guantánamo». Atribuyen los indultos no a la generosidad del Estado, sino a «su derrota» («ya no podía aguantar más»). No hay ni un atisbo de arrepentimiento, y además la partitura apunta a repetir la embestida: «Seguiremos adelante». Anticipan «una derrota de España en Europa» (y puede que acierten, pues tu desautorización del Supremo ha mellado nuestra posición). «La amnistía y la autodeterminación» son irrenunciables, por supuesto. Y todas estas amenazas las profieren siendo recibidos ante la cárcel por el presidente catalán, Aragonès, que según nuestro modelo constitucional es el máximo representante regular del Estado en Cataluña (también andaba por allí el consejero ‘trepinsky’ Giró, aquel que desde la banca del ‘seny’ nos impartía lecciones magistrales por Madrid sobre el «encaje de Cataluña en España», cuando en realidad era un cruzado encubierto de la causa independentista).
Te has equivocado, porque has instaurado una doble legalidad en España: la que nos obliga a todos y otra a la carta para los catalanes. Te has cepillado la España de ciudadanos iguales y libres. Te has equivocado, porque no se puede tomar una medida tan trascendente contraviniendo la opinión mayoritaria del pueblo español, sujeto de la soberanía nacional. Te has equivocado, porque son gestos estériles, como muestra el sarao a la puerta de la cárcel (o lo bien que te recibieron cuando fuiste al Liceo con tu ibuprofeno). Te has equivocado, porque nos has debilitado internacionalmente (¿quién nos va a apoyar fuera contra el próximo golpe cuando tú has perdonado el anterior, contraviniendo a la justicia española y viniendo a decir que fue una nimiedad?). Pero por encima de todo, te has equivocado porque no has creído en tu país. Has preferido plegarte genuflexo ante el desafío retrógrado y más bien xenófobo de unos partidos que para nada representan a todos los catalanes, pues la mayoría de ellos todavía quieren seguir en España. No has dado una, Pedriño.