Dos de cada tres titulados trabajan a los 4 años de acabar su carrera
► La tasa de ocupación de los que estudiaron Medicina es del 90,4% y los de Enfermería llegan al 86,4% ► Un año después de licenciarse, casi el 25% de los universitarios tenía un contrato de empleo indefinido
Estudiar una carrera universitaria trae cuenta. El esfuerzo intelectual tiene su recompensa laboral. En 2020, dos de cada tres titulados universitarios trabajaban después de haber acabado hacía cuatro años sus estudios. Así lo pone de manifiesto un estudio muy detallado dado a conocer ayer por la Consejería de Industria, que también se hace cargo de Universidades.
Por concretar más, la promoción de licenciados más reciente para la que se dispone de datos completos, la correspondiente al curso 2015-2016, presenta una tasa de inserción laboral, a los cuatro años del egreso, del 66,6%. Esto se traduce en que dos de cada tres universitarios se encuentra trabajando en el tercer trimestre del año 2020. Y eso que estamos hablando de un año fuertemente marcado por el Covid.
Es interesante señalar también que cada una de las promociones estudiadas presenta tasas de inserción laboral que mejoran conforme pasa el tiempo desde la graduación. De hecho, si se considera el conjunto de titulados de todas las promociones, se observa que la tasa de inserción laboral conjunta aumenta de media 8,4 puntos porcentuales por cada año extra que pasa desde que se acaba la carrera. Ahora bien, esta curva no es siempre ascendente y empieza a caer con el tiempo. Esta desaceleración del crecimiento interanual de la tasa de inserción es más acusada en las promociones cuyo periodo de seguimiento incluye el tercer trimestre de 2020, lo cual es atribuible, de nuevo, a la crisis sanitaria de la pandemia como determinante principal.
Y la pregunta que se hacen todos los que tienen que elegir ahora su futuro, ¿qué carreras tienen más salidas laborales? Según la última promoción estudiada, la que se licenció en 2016, el área con mejor nivel de empleabilidad al cuarto año de la finalización de la universidad, es para quienes eligieron Ciencias de la Salud y Servicios, con un porcentaje del 81,9%. Dentro de este bloque, esa cifra se eleva hasta el 90,4% en el caso de la titulación de Medicina o hasta el 86,4% para los graduados en Enfermería.
El siguiente ámbito con más oportunidades para encontrar empleo es el que abarca Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), con un 79,2%. En estas disciplinas relacionadas con las nuevas tecnologías, el Desarrollo y Análisis de Aplicaciones y de Software presenta un porcentaje del 82,5%. A continuación, se sitúan las Ingenierías relacionadas con la mecánica, la electrónica, industria y construcción, que arrojan un índice del 71,7%; y las titulaciones relacionadas con la Agricultura, Ganadería, Pesca, Silvicultura y Veterinaria (71%).
Los peores de la lista
En el extremo contrario, los que cosecharon peor nivel de inserción al cuarto año de la licenciatura fueron Artes, Humanidades y Lenguas (53,2%); Ciencias Sociales, Periodismo y Documentación (59,4%) y Negocios, Administración y Derecho (60,7%). Se sitúan en niveles medios Educación (67,7%) y Ciencias Naturales, Químicas, Físicas y Matemáticas (63,3%).
Otro dato —aunque obvio no puede pasar desapercibido— es que, cuantos más estudios, mayores oportunidades de encontrar empleo. Según el tipo de enseñanza (ciclos, grados, másteres y doctorados), de las estadísticas se desprende que
conforme mayor es el nivel académico de los estudios cursados, mayor también es la tasa de inserción un año después de egresar. Tomando como ejemplo el curso que finalizó los estudios en 2017-2018, los titulados de grados obtuvieron un año después de salir de la universidad un porcentaje del 49,9% frente al 52,9% de los másteres y el 55,8% de los doctorados. Para la promoción 2018-2019, el primer año de experiencia laboral, en 2020, los graduados obtuvieron un 46,4%, los titulados de másteres un 51,6% y los doctorados un 60%.
Si atendemos a la diferencia de género a la hora de encontrar empleo, se observa en esta promoción 2018-2019 analizada, desigualdades entre hombres y mujeres. Hay una posición de desventaja de estas últimas con respecto a los hombres en cuanto a la relación con la actividad económica al año de la licenciatura. En tanto que la inserción laboral entre los hombres se da en un 51,3%, las mujeres con título tienen una tasa de inserción al año de finalización de los estudios del 49,0%; a su vez, la situación de paro registrado en Andalucía es más frecuente entre las mujeres (el 20,0% de las tituladas están paradas en Andalucía al finalizar el tercer trimestre de 2020), que entre los hombres (15,9%).
Los datos disponibles sobre características del empleo conseguido por los titulados que residían en Andalucía son más detallados, lógicamente, en el caso de los que trabajan también en nuestra región. Para este colectivo, en lo que respecta a la promoción de egresados del curso 2018-2019, se observa que, según su situación profesional al año de obtener el título que le habilita para ejercer su trabajo, un 7,3% lo hace por cuenta propia o autónomo y un 92,7% de trabajadores por cuenta ajena o asalariados. Es muy significativa la enorme diferencia entre las dos modalidades.
La proporción de trabajadores por cuenta propia entre los universitarios licenciados residentes que trabajan en Andalucía al año de terminar se ha reducido paulatinamente conforme se han ido sucediendo las promociones. Su capacidad de emprendimiento ha decaído promoción tras promoción, desde el máximo de 10,5% de autónomos al año del egreso alcanzado en el curso 2012-2013, hasta el 6,4% de la promoción de 2017-2018; siendo el último curso 2018-2019 la excepción en esta tendencia al producirse un repunte que alcanza el 7,3%. Con respecto a esta última promoción, el peso de la iniciativa empresarial en Andalucía al año de estar licenciado difiere según la rama de enseñanza de los estudios cursados, variando entre el 8,8% en el caso de los titulados en la rama de Ciencias de la Salud y el 4,0% de los de la rama de Ciencias. Los segundos que más buscan trabajar por cuenta propia, un 8,6%, son los de Artes y Humanidades.
Competencia profesional
La adecuación de la cualificación al puesto de trabajo mide el grado de ajuste entre la categoría profesional de la ocupación desempeñada y la competencia profesional del trabajador (expresada en términos de su nivel de capacitación académica por los estudios realizados). En el caso de los estudiantes universitarios de la promoción 20182019 que residían en Andalucía al inicio de ese curso y un año después de licenciarse trabajan en Andalucía por cuenta ajena, se observa que su tasa de adecuación competencial al puesto de trabajo es del 51,2%. Es decir, que algo más de la mitad encuentran un trabajo acorde con lo que han estudiado.
Si se clasifican las titulaciones logradas según su ámbito de estudio se observa que licenciados en las carreras relacionadas con el ámbito de Salud y Servicios Sociales sacan la mejor tasa de adecuación, que alcanza un 85,1%. Además de este ámbito, superan una adecuación del 50% la Agricultura, Ganadería, Pesca, Silvicultura y Veterinaria; Mecánica, Electrónica y otra formación técnica, Industria y Construcción; Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC); y Ciencias Naturales, Químicas, Físicas y Matemáticas. Por su parte, los que obtuvieron un título en las áreas de Negocios, Administración y Derecho son los que tienen la tasa de adecuación más baja. Cabe señalar que el abanico de oportunidades de las ramas de especialización de estas licenciaturas es enorme.
No obstante, y en relación con lo anterior, a medida que pasa el tiempo desde el año de licenciarse, progresan las tasas de adecuación de la cualificación al puesto de trabajo. De las promociones para las que se dispone del periodo de seguimiento completo, la del curso 2015-2016, es la que presenta el mejor perfil de incremento en la tasa de adecuación, al pasar de forma prácticamente lineal del 49,7% un año después del egreso a 61,9% a los cuatro años, siendo este último el valor más alto de adecuación alcanzado por una promoción en cualquier periodo de observación.
Algunas características del empleo conseguido por los egresados universitarios que residían en Andalucía al inicio de su curso y ahora trabajan en la comunidad por cuenta ajena, también pueden ser analizadas tomando en consideración el tipo de contrato y la jornada laboral del puesto de trabajo. Si se considera el empleo obtenido al año de licenciarse por los representantes en la promoción 2018-2019, se observa que el 24,6% de ellos se encontraba trabajando a 30 de septiembre de 2020 con un contrato de carácter indefinido. Por el contrario, con trabajo temporal se encontraban el 68,7%. Esta cifra cercana al 25% de fijos no es nada desdeñable si se tiene en cuenta la precariedad laboral de los jóvenes en general. Sin embargo, también en este apartado salen perdiendo las mujeres: el 72,2% de las tituladas universitarias trabajaba con un contrato temporal, frente al 63,6% de los hombres licenciados.
El informe completo se puede consultar en la siguiente dirección: http://www.juntadeandalucia.es/institutodeestadisticaycartografia/insercionlaboral/
Las mujeres obtienen peor clasificación que los hombres por el tipo de contrato y la adecuación de su trabajo con lo estudiado