Mila, el diente
‘Sálvame’ fue el vehículo perfecto para la bestia televisiva que ha sido la colaboradora
Una vez Jorge Javier Vázquez dijo a Mila Ximénez: «Tienes una decadencia viscontiana que me encanta». Hombre, Mila podía haber sido la Gemma Teller de ‘Sons of Anarchy’. Me la imagino menos como Silvana Mangano en ‘Luis II de Baviera’.
Cuando se dijo que Isabel Preysler iba a demandarla, ella soltó: «Dos fieras de una misma camada no se muerden». Y sí, fue en ‘Aquí hay tomate’, programa que presentaba Jorge Javier, donde Mila Ximénez nació televisivamente. Claro que era una persona conocida, pero fue en ese momento en que se metió con Isabel Pantoja con el «rara, siniestra, extraña, oscura» cuando nació otro personaje. Y ya empezó como colaboradora televisiva. En ‘Crónicas marcianas’ (medio millón de pesetas tres días a la semana; «éramos como cerdos metidos en el corral. Era todo insultar, a ver quién insultaba más»), en ‘TNT’, en ‘A tu lado’, en ‘El gran debate’. Pero es ‘Sálvame’ el formato y la oportunidad que le hace crecerse. Aunque se peleara con todo el mundo, pero era otra cosa. Pasó con Jorge Javier (con el que estuvo tiempo sin hablarse, o él a ella) y pasó con Terelu. Había llamado mentirosa a Carmen Borrego. «Mierda esto ya. A tomar por culo», dijo Terelu y se marchó. Mila era capaz de hacer que hasta Terelu perdiera la compostura impostada de la televisión.
Ves ahora las entrevistas que hacía en ABC y te tienes que reír. Las podía haber hecho mi abuela. Eran terribles. Por sosas. Un ejemplo del 12 de octubre de 1986: «Encarna Sánchez. Ternura a través de las ondas». Ternura. Y le preguntaba cosas como «¿Te apetece definirte?».
‘Sálvame’ ha sido un Maserati para esta bestia televisiva. Temible y divertida. Dio la nota en ‘Supervivientes’, que debió ganar, incluso cuando no levantaba la voz. Ya fuera: «No sabía qué hacer con mi vida, con mi pelo y con mi caca’ (estuvo 20 días sin ir a la letrina). Y en ‘GH VIP’ le dio un ataque de ansiedad. Quiero recordarla el día que Lydia Lozano le dijo: «Mila, el diente». Porque estaba manchado de carmín. Mila creyó que se le había caído el diente. Al ver que era por la mancha, empezaron a reír y no podían parar.