Portazo de las víctimas de ETA al homenaje del Congreso
Las asociaciones protestan por la política del Gobierno de coqueteo con Bildu y el acercamiento de presos
Sin gran parte de las víctimas, pero una vez más, con Bildu. El contexto de acercamiento de presos etarras al País Vasco y la relación del Gobierno de Pedro Sánchez con la formación de Arnaldo Otegui marcaron ayer el Día de las Víctimas del Terrorismo en el Congreso de los Diputados, un acto institucional dividido y tremendamente polarizado al que no acudieron las grandes asociaciones –Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Dignidad y Justicia y el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite)– por, precisamente, la presencia de los «herederos de ETA». El homenaje oficioso se desarrolló en la calle, frente a los leones, a instancias de la AVT y con el apoyo de PP, Vox y Ciudadanos como únicas fuerzas parlamentarias.
La realidad es que las numerosas ausencias evidenciaron la ruptura política y la distancia abismal que en este momento existe entre el Ejecutivo y los afectados por el terrorismo. Algo, sea lo que sea, no está en su sitio o ha perdido la perspectiva. Esta, de hecho, fue una de las reflexiones de la voz de las víctimas en el hemiciclo, la del presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Tomás Caballero. «¿Qué está sucediendo que genera estas ausencias en este día tan señalado?», preguntó de forma retórica durante su intervención, con un tono más conciliador que el que se manifestaba fuera.
La respuesta, realmente, la dio el propio Caballero acto seguido, cuando pidió a sus señorías que hicieran todo lo posible para acabar con los denominados ‘Ongi Etorri’, los homenajes a los presos etarras que salen de la cárcel y en los que Bildu participa activamente y defiende. Tanto es así, que el paso mes de marzo este partido se posicionó en contra de rechazar estos actos por considerarlos «muestras de cariño» en varios ayuntamientos.
«Señorías, pongan cuanto esté en sus manos para que nuestro ordenamiento jurídico, de forma incontestable, impida que se sigan cometiendo los ultrajes a las víctimas que constituyen los homenajes a los terroristas», dijo el presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, que sin mencionar a Bildu también pidió la plena colaboración para esclarecer los cientos de asesinatos de ETA que aún siguen sin resolverse. «Es esencial garantizar un relato veraz a aquellos que no tuvieron una vivencia directa de lo que sucedió. De no hacerlo, privaremos a nuestros jóvenes de una poderosa herramienta para enfrentarse a posibles conflictos futuros: conocer lo que paso y quienes lo causaron», añadió.
Quien sí dejó claro cuál es su sitio fue la presidenta de la AVT, Maite Araluce, que leyó un discurso frente al Congreso para expresar su malestar por la política penitenciaria del Gobierno. «O se está con las víctimas o se está con los verdugos; en esto no caben medias tintas», dijo tras criticar que se «ha blanqueado al brazo político de ETA»: «No todo vale por garantizarse la permanencia en La Moncloa».
Política penitenciaria
El acercamiento de presos fue uno de los puntos fundamentales de su intervención, dedicada especialmente a uno de los miembros de la escueta representación del Gobierno ayer en el Congreso: el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que estuvo acompañado por la vicepresidenta Carmen Calvo y su homólogo de Justicia, Juan Carlos Campo. «Son más que un simple cambio de prisión, son la antesala de las progresiones de grado, los permisos penitenciarios, la libertad condicional o incluso indultos. Para los que nos acusan de vengativos por criticarlos, les digo que no es venganza, es justicia», añadió Araluce, acompañada por cerca de un centenar de personas que exigían la dimisión de Sánchez y Marlaska y lamentaban tener que expresarse en la calle.