La praxis del relativismo
Edmundo Bal Portavoz parlamentario de Ciudadanos
Ciudadanos hace equilibrios en el Congreso para estar dentro y fuera a la vez
Celebra mañana Benedicto XVI el setenta aniversario de su ordenación sacerdotal y no puede haber mejor manera de celebrarlo que reconociendo la vigencia de su obra, basada a efectos prácticos y pontificios en la segunda evangelización de Occidente y la denuncia del relativismo. La reciente declaración del aborto como derecho humano en la Eurocámara es suficiente para vindicar la doctrina de Ratzinger, más preocupado por la deriva moral de la UE que del exotismo altermundista que cultiva su sucesor; en cuanto a los riesgos del relativismo, basta con escuchar las palabras pronunciadas ayer por Edmundo Bal a las puertas del Congreso, monumento a la predisposición de estar en misa y repicando, al plato y a las tajadas, y a la bim, a la bam y a la bim-bom-bam, que es lo que viene siendo el centro de todas las equidistancias. Dijo así
Bal▶ «Nuestro corazón y nuestro afecto están fuera, con las asociaciones de víctimas del terrorismo. Los entendemos, y cuando termine este acto saldré a saludarles». Que no se puede estar a la vez dentro y fuera, o arriba y abajo, lo explicaba con mucha gracia Coco en ‘Barrio Sésamo’, pero fue Benedicto XVI el que dio recorrido ético y carácter inmaterial a este principio de la física. Flotar, centrado o descentrado, es otra cosa.