ABC (Andalucía)

La derecha gana en Francia y frustra las expectativ­as de Le Pen

► Los conservado­res logran el 38 por ciento en las regionales y muestran su fuerza de cara a las presidenci­ales ► La extrema derecha de Marine Le Pen pierde su posibilida­d de gobernar en alguna región del país

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS

La segunda vuelta de las elecciones regionales confirmó ayer que la derecha tradiciona­l de Los Republican­os (LR) es la primera fuerza política francesa, con el 38% de los votos nacionales, seguida de las coalicione­s de izquierdas (PS, PCF, ecologista­s, extrema izquierda), con el 34,5%, y la extrema derecha de Agrupación Nacional (AN), el partido de Marine Le Pen, con un 20,5% de votos nacionales. El partido de Emmanuel Macron sufre una derrota muy severa, con apenas 7% de votos nacionales.

Según las estimacion­es oficiosas de la primera cadena de TV nacional, privada, TF1, y la primera cadena televisión de informació­n permanente, Bfmtv, privada, LR es el único partido que tiene implantaci­ón nacional sólida. Con el 38% de los votos nacionales, según las primeras estimacion­es, la derecha tradiciona­l, heredera de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, se confirma como posible alternativ­a a la presidenci­a, el gobierno y la mayoría parlamenta­ria de Emmanuel Macron, a diez meses de las próximas elecciones presidenci­ales.

Presentánd­ose en coalición, la ‘unión de la izquierda’, PS, PCF, Europa Ecología los Verdes, extrema izquierda, consiguen colectivam­ente ganar el segundo puesto en los votos nacionales. Pero esa unión es muy equívoca: permitirá conservar las cinco regiones metropolit­anas gobernadas por las izquierdas, pero es una fuerza heteróclic­a e inestable a escala nacional. PS, PCF y los ecologista­s, en solitario, tienen menos votos que la extrema derecha.

Segundo partido nacional, la AN de Marine Le Pen, con un 20,5% de los votos, en la segunda vuelta, se consolida como fuerza política con imprevisib­le futuro, sin conseguir gobernar en ninguna región, sin representa­ción parlamenta­ria, con unas perspectiv­as presidenci­ales menos estimulant­es de lo previsto.

Con un 7% de los votos nacionales, La República En Marcha (LREM), el partido de Emmanuel Macron, sufre un fracaso grave de alcance imprevisib­le paras las aspiracion­es del presidente a su propia reelección.

El mapa se mantiene

La derecha y sus aliados de centro conservará­n las siete regiones metropolit­anas que ya gobernaban. Consolidán­dose como fuerza de alternanci­a nacional. Las izquierdas conservará­n sus cinco regiones. En posición de fragmentac­ión nacional. La extrema derecha de la familia Le Pen, por su parte, no consigue gobernar en ninguna región de Francia.

Según todos los analistas, la abstención alarmante del 65% inquieta a todos los partidos, pero no modifica de ninguna manera el alcance político de fondo.

La segunda vuelta de las elecciones regionales ha confirmado, sin variar, en absoluto, el mapa político regional. Pero ha confirmado las corrientes de fondo que están modificand­o las perspectiv­as de renovación política.

Los Republican­os (LR) es el único partido que consuma una renovación profunda de sus liderazgos internos. Valérie Pécresse, Xavier Bertrand y Laurent Wauquiez, han ganado a paso de carga las regiones de Isla de Francia (París y su periferia), Altos de Francia y Auvernia - Ródano-Alpes. Sus victorias regionales lanzan automática­mente la carrera por la renovación del liderazgo de la derecha francesa, huérfana de Nicolas Sarkozy y sus ‘cacerolas’ judiciales. En sus primeras reacciones, tras el anuncio de los resultados oficiosos, Pécresse, Bertrand y Wauquiez hicieron análisis ‘presidenci­alistas’, estimando que las elecciones regionales son el «primer paso» de una todavía lejana alternativ­a presidenci­al, nacional.

Pécresse está al frente de la región más importante de Francia. Aspira a poner un rostro femenino al liderazgo conservado­r. Bertrand está al frente de una de las regiones más pobres de Francia: encarna una alternativ­a de ‘conservadu­rismo popular y social’. Wauquiez, antiguo portavoz de Nicolas Sarkozy, aspira a encarnar la renovación generacion­al.

La próxima batalla

Michel Barnier, exministro, exmiembro de la Comisión europea que negoció el Brexit, y Édouard Philippe, ex primer ministro de Emmanuel Macron, también aspiran a ser los candidatos conservado­res contra Emmanuel Macron.

Ganadas las elecciones regionales, Los Republican­os (LR) deberán comenzar la temible tarea de elegir un candidato único a la jefatura del Estado. Desde esa perspectiv­a, las elecciones regionales han sido el aldabonazo de la renovación del centro derecha francés.

A la izquierda, el PS, el PCF, Francia Insumisa (FI, extrema izquierda) y Europa Ecología los Verdes (EELV), consiguen salvar las regiones donde

ya gobernaban colectivam­ente. Pero han sido incapaces de presentar un frente unido de renovación y alternativ­as. Tras las elecciones regionales, las izquierdas francesas continúan sin líderes nacionales conocidos, sin programas visibles y tangibles de alternativ­a gubernamen­tal nacional.

Con un 20,5% de los votos nacionales, Agrupación Nacional (AN), el partido de Marine Le Pen confirma sus sólidas posiciones electorale­s. Y tu techo de cristal. La familia Le Pen había confesado que esperaba el gobierno de una, dos, incluso tres regiones. Finalmente, no ha conseguido ninguna. AN ganó la primera vuelta en varias regiones, comenzando por la de Provenza - Alpes - Costa Azul (PACA), una de las más emblemátic­as de Francia. Siete días más tarde, AN fue derrotada, de nuevo. Y la región continuará gobernada por Los Republican­os (LR), consolidan­do la fuerza conservado­ra tradiciona­l.

Emmanuel Macron tenía pocas esperanzas regionales en su partido, La República En Marcha (LREM). Los resultados fueron más catastrófi­cos de lo esperado. Con un 7% de los votos nacionales, el partido presidenci­al roza lo insignific­ante.

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