Segundo semestre
Termina junio y el balance desde el punto de vista de los mercados es bastante positivo. Subidas de las bolsas sin prácticamente ningún susto de la mano de una recuperación económica de la que hoy ya no tenemos la menor duda, todo lo contrario. Ciclo cogiendo tracción de la mano de la reapertura económica con la gasolina de bancos centrales y políticas fiscales nunca vistas. El experimento ha sido todo un éxito y los mercados así lo reflejan.
Y en la segunda parte del año lo que podemos esperar probablemente sea más de lo mismo con algún cambio en los protagonistas. Estados Unidos probablemente ceda el testigo en lo que a crecimiento económico se refiere a Europa y países emergentes sin que cambie mucho la trama de la película. Recuperación más fuerte de lo esperada y en un período de tiempo récord. La atención la van a seguir acaparando los bancos centrales y cualquier señal que se pueda interpretar como un eventual cambio de tranco en la política monetaria actual. Aquí no parece que se vayan a apartar mucho del guion previsto porque básicamente no han llegado hasta aquí para luego pifiarla.
Los resultados empresariales también van a seguir sorprendiendo ya que cualquier parecido con ciclos anteriores es pura casualidad. Los mercados de capitales a pleno rendimiento deberían actuar como acelerador de los movimientos de fondo. En un entorno en el que desde hace un tiempo, el mercado va por detrás de los acontecimientos y se tiene que topar con las cosas para ponerlo en precio.
Aunque el debate sobre la velocidad a la que van las cosas puede hacer tentador empezar a pensar en segundas y terceras derivadas, queda todavía mucha tela que cortar en lo que se refiere a poner en precio esta recuperación. Por muy Tapia que vaya las dinámicas –y más en Europa que va claramente por detrás– no deberían ser muy distintas de las de los últimos meses.