Iberdrola demanda a ACS por competencia desleal
► Reclama por una filtración perjudicial que atribuye a la constructora
Iberdrola ha demandado a ACS en los juzgados de lo Mercantil de Madrid por competencia desleal mediante actos de denigración en relación a una filtración relativa al caso Villarejo que los servicios jurídicos de la energética consideran malintencionada y que atribuyen directamente a la constructora que preside Florentino Pérez.
Este capítulo, uno más en la guerra que enfrenta desde hace años a estos dos gigantes del Ibex, trae cuenta del primer aviso que ya presentó Iberdrola ante el Juzgado de lo Mercantil número 4 de Madrid, cuyo titular acordó en marzo citar a los responsables de ACS para que diesen explicaciones sobre el posible origen de aquella filtración. La constructora recurrió por entender que preguntar a los suyos sobre el origen de la información era dar por hecho que salía de la compañía y entrar así, en el fondo del asunto. Algo que, procesalmente, debe ocurrir con la demanda sobre la mesa. El juez les dio la razón y la demanda ha llegado.
En el texto, al que tuvo acceso este diario, la compañía que preside Ignacio S. Galán solicita que ACS sea condenada a reconocer que filtró a ‘El Confidencial’ el pasado mes de febrero, a dos días de la presentación de resultados, que emprendería acciones jurídicas por importe millonario contra Iberdrola si la eléctrica, como mercantil, era imputada en el caso Villarejo.
La demanda reclama que la constructora asuma que aquello fue un «acto de denigración» y sea obligada a «cesar en todo acto que pueda suponer un perjuicio a la reputación de Iberdrola», que sigue sin estar imputada en esa causa, a diferencia de su presidente y varios de sus directivos. «El acto denigratorio de un competidor supone otorgar al mercado una información que altera la libre y leal concurrencia entre dos competidores, por tanto, cuando ACS difunde la noticia objeto de esta demanda está realizando un acto contrario a la previsión legal», sostiene.
Reclamación económica
Para Iberdrola, la publicación causó un «daño directo, derivado de la necesidad de ejecutar acciones correctivas para explicar la situación a los agentes del mercado» y otro «indirecto, al afectar el valor de la compañía» con un perjuicio económico «que puede materializarse en la pérdida de proyectos beneficiosos, dificultades para acceder a capital o un endurecimiento de las condiciones financieras».
No hay, sin embargo, a lo largo de 45 páginas de demanda, petición de resarcimiento económico, aunque Iberdrola se reserva el derecho de emprender un segundo pleito instando ya indemnización. Conforme argumenta, «no se puede cuantificar la indemnización a día de hoy» porque «la demandada no ha cesado en su conducta desleal» y, así, «resulta imposible determinar el alcance del daño que está ocasionando». En este sentido, entienden que el comunicado que difundió ACS cuando Iberdrola dio el primer paso para la presentación de esta misma demanda por la filtración «ni desmiente esa noticia, ni califica la misma de falsa, ni la rectifica», y además, «se desconoce» si ahora que está presentada incidirá en esta postura. «No se ha cerrado definitivamente, ni mediante una declaración de ACS, ni mediante una resolución judicial», añade.
La compañía, habida cuenta de que se trata de «una acción de competencia desleal que no versa exclusivamente sobre una reclamación de cantidad», espera que el asunto se admita y siga las reglas del juicio ordinario.