Un merecido homenaje a la excelencia en la sala
La segunda edición del galardón de ABC y GURMÉ con el patrocinio de la Consejería de Turismo respalda el buen servicio en hostelería
En los últimos años los profesionales de la cocina han experimentado un enorme reconocimiento social mientras que la sala seguía relegada en un segundo plano. Con el fin de equilibrar esa percepción, los Premios Entremesas llegan por segundo consecutivo dispuestos a dar a los profesionales de la atención al público el homenaje que merecen.
Los galardones cuentan con el patrocinio de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía y celebraron ayer su segunda edición en Archidona, hasta donde llegaron los candidatos de las cinco categorías con que cuentan estos premios. Hasta el Hotel Escuela Convento Santo Domingo de esta localidad malagueña, ubicado en el corazón geográfico de la región, se desplazaron profesionales de sala de diversos puntos de Andalucía, todos ellos protagonistas de esta cita por su buen hacer diario en sus respectivos establecimientos.
Álvaro Rodríguez Guitart, director general de ABC en Andalucía; Fernando del Valle Lorenci, director de ABC edición Andalucía y Antonio Jesús Reina, director del Hotel Escuela Convento Santo Domingo de Archidona, ejercieron como anfitriones de una gala que estuvo presidida por Juan Marín, vicepresidente y consejero de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía.
Los premiados
Entremesas se compone de cinco categorías y cada una de ellas ha contado con tres finalistas, todos ellos merecedores de nuestra admiración y reconocimiento aunque solo uno quedó como ganador tras las votaciones del jurado, integrado por Carlos Mateos, editor de GURMÉ Málaga; Miguel Salinero y Enrique Pérez, editor de GURMÉ Cádiz.
El Premio a «Mejor servicio de sala clásica» ha contado en esta edición con finalistas como Messina (Marbella), Ruta del Veleta (Granada) y Abantal (Sevilla), siendo el ganador el restaurante Messina.
La categoría de «Mejor servicio en sala moderna» ha tenido los siguientes finalistas: Cañabota (Sevilla), Kaleja (Málaga) y Terra Olea (Córdoba), resultando ganador Cañabota.
Además de la sala, la barra es uno de los elementos primordiales en la restauración andaluza y por eso estos premios no han querido dejársela atrás. «Los finalistas a Mejor atención en barra» han sido Eslava (Sevilla), El Campero (Barbate) y La Tabernilla de José (Jaén). El premiado resultó El Campero.
Además de reconocer a establecimientos, Entremesas va más allá y pone el acento
sobre los profesionales que destacan por su buena labor. Así, en la categoría de «Mejor jefe de sala» han sido finalistas Marcos Granda (Skina, Marbella); Jorge Ponce (Aponiente, El Puerto de Santa María) y Marco Trujillo (Bardal, Ronda), siendo el elegido por el jurado Jorge Ponce, de Aponiente.
Y finalmente los candidatos a «Mejor sumiller» han sido Robert Tetas (Sobretablas, Sevilla); Antonio José Cristófani (Cantina La Estación, Úbeda) y Francisco Manuel Freniche (La Costa, El Ejido), siendo el ganador Robert Tetas, de Sobretablas.
«Región con estilo»
La gala, que estuvo conducida por la periodista Reyes Medina, contó con la intervención virtual de Carlos García Mayoralas, director general del restaurante Saddle, en Madrid, quien considera que España es uno de los países con mejor servicio en restauración. García Mayorales también tuvo palabras para Andalucía, región que «tiene cada vez más estilo a la hora de atender al cliente y que tiene su propio modo de enfatizar con el público».
Estos aspectos, asegura el experto en sala, hace que crezca la gastronomía de una zona y seamos cada día un poco mejores. «Hay grandes profesionales que saben hacer disfrutar a su clientela con un servicio profesional y de calidad», matizó durante su intervención.
El director general de Saddle lamentó que este año los profesionales de la sala no han podido ejercer como les habría gustado pero ahora se abre una nueva etapa para reforzar más si cabe la importancia que tiene un buen servicio. «Ya no se puede entender un buen restaurante sin un servicio de calidad que lo respalde», subrayó. «La emoción del directo, la vibración de funcionar todos a una, como un reloj, de trabajar rodeado de gente profesionalizada... todo eso es fundamental para que el público vuelva a disfrutar de lo que ocurre en un restaurante, algo que va mucho más allá de comer».
En ese sentido, Carlos García Mayorales reivindicó la importancia de iniciativas como Entremesas para ayudar a crecer a la hostelería de calidad. «Si este tipo de eventos son importantes, más lo son este año después de lo mal que lo hemos pasado los que nos dedicamos a la gastronomía», señaló el director general de Saddle.
«Premios necesarios»
Carlos Mateos, editor de GURMÉ Málaga y presidente del jurado de los Premios Entremesas, reincidió en la relevancia de estos galardones, a los que consideró no solo «merecidos», también «necesarios». Para Mateos, «que la sala y el servicio de los vinos de un restaurante son parte esencial del mismo resulta una obviedad aunque durante demasiado tiempo hayan quedado eclipsados por el prestigio y la notoriedad que las cocinas andaluzas han alcanzado en los últimos años». De ahí que ahora sea prioritario reconocer a los restaurantes que prestan una especial atención al servicio de sus clientes y a los profesionales que lo llevan a cabo. «Se lo debemos por el escaso valor que durante años se les ha otorgado», matizó el experto gastronómico, para quien un profesional de la
«Hay grandes profesionales que saben hacer disfrutar a su clientela con un servicio de calidad»
«Es una parte esencial de la restauración aunque ha estado eclipsada por la cocina»
«El servicio es fundamental para que el público vuelva a disfrutar de lo que ocurre en el restaurante»
«No cualquiera puede ser camarero, al menos un buen camarero»
«Es una profesión que merece ser dignificada»
sala o de la bodega «requiere formación y conocimiento, psicología para tratar con el cliente y el cocinero, destreza a la hora de servir, además de discreción y empatía».
El editor de GURMÉ Málaga Carlos Mateos concluyó su intervención recordando que «no cualquiera puede ser camarero, al menos un buen camarero. Son profesiones — concluyó— que merecen ser dignificadas y valoradas como tales».