ABC (Andalucía)

Oda a Simón

Le dimos auge cuando todo era negrura. Ahora que escampa han huido sus poetas. Menos yo. Aquí en pie me tiene

- ÁNGEL ANTONIO HERRERA

ENTRE Irene Montero y José Luis Moreno, se nos va quedando traspapela­do Fernando Simón, que fue un figurón del momento, y ahora casi ni asoma de figuración en las noticias de barullo de internet. Acabará de foto de crucigrama, si se descuida, entre glorias del tardodesta­pe y Bertín Osborne. O quizá ni eso. No estamos haciendo justicia a este hombre de exotismo, porque le dimos mucho auge, cuando la pandemia era un tifón, y ahora no se le dedica ni un meme de despiste.

No somos justos con él, no, porque sostuvo el tipo cuando las portadas eran un censo de féretros, pero lo difícil es mantener el tipo ahora, cuando la incidencia del virus se entibia, y crece como el verdor la vacuna. De modo que tiene poco o nada que decir, Fernando Simón, pero ahí está, como si se hubiera sentado, a diario, a ver una pandemia desde lejos, que por otra parte es lo que ha hecho desde siempre. Él sigue fijo en su vocación de creador verbal, que no garantiza nada, salvo el desconcier­to. La última alhaja, a propósito del macrobrote de jóvenes en Mallorca, nos lo devuelve a sus tardes mejores▶ «Es posible que alguno fallezca». Resulta difícil decir tanto sin decir nada. Él le cambia el ralentí al titubeo, y así acierta siempre. Ha venido siendo como el hombre del tiempo del mal, y logró un telediario propio dentro de los telediario­s de Matías Prats, y en los otros.

El hombre del tiempo propiament­e dicho nos daba el boletín de las lluvias, y Simon nos ponía el pronóstico de la gravedad del Covid, que era mucha gravedad y poca sin salirse de un mismo párrafo. Entre Moreno, que ha salido ventrílocu­o de tesorerías, y Montero, que ha salido ‘ventrílocu­e’ de gramática, se nos va orillando demasiado Fernando Simón, el pobre, que es un ventrílocu­o de acertar siempre no dando ni una. La mascarilla, en un momento, le pareció una tontuna, y ahora conviene no jubilarla del todo. «Es posible que alguno fallezca», arriesga sin arriesgar nada, mirando a Mallorca. Le dimos auge cuando todo era negrura. Ahora que escampa han huido sus poetas. Menos yo. Aquí en pie me tiene.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain