El independentismo catalán exaltará la próxima Diada para presionar en la mesa de diálogo
La manifestación del 11-S se vinculará al 1-O, días antes de la reunión entre gobiernos en Barcelona
La Assemblea Nacional Catalana (ANC) prepara una manifestación para la Diada, el próximo 11 de septiembre, con una gran carga política y la vinculará al referéndum ilegal del 1-O de 2017. Tras la sentencia del ‘procés’ en el Tribunal Supremo (2019) –con los hechos violentos de Urquinaona como punto álgido de las protestas a las condenas– y por la pandemia (2020 y medio año de 2021), las movilizaciones independentistas, desde entonces, apenas congregan a un puñado de simpatizantes. Esta semana, el lunes, por ejemplo, solo una decena de personas –convocadas por la ANC– protestó por la presencia del Rey en la inauguración del Mobile World Congress en Barcelona.
Sin embargo, la celebración de la llamada mesa de diálogo, en Barcelona, la semana del 13 de septiembre, solo dos días después de la Diada, entre el Gobierno de España y el de la Generalitat de Cataluña, controlado por ERC y Junts y dependiente de la CUP, será la nueva excusa para movilizar al independentismo callejero. El mejor motivo para reactivar las protestas. Una declaración de fuerza que, desde el punto de vista del secesionismo, por un lado, evitará que Pere Aragonès rebaje las expectativas de los independentistas en la mesa de diálogo y, por otro, le sirva de ‘chantaje’ para negociar con Pedro Sánchez.
La ANC dará todos los detalles de la convocatoria del acto con motivo de la Diada el próximo lunes, pero fuentes de la asociación confirmaron ayer a ABC que el evento tendrá una gran carga política porque se vinculará al 1-O, para recordar el referéndum de 2017, al que la asociación le da toda la validez legal, y los que fueron condenados por convocar la consulta. Por su parte, Òmnium Cultural, que en la Diada convoca su propio acto por la mañana del 11 de septiembre, se sumará, como todos los años, a la oferta que presente la ANC.
«Ir con esta fuerza a la mesa»
No solo las entidades independentistas que impulsaron y protagonizaron el ‘procés’ subirán unos grados la temperatura política de cara a la Diada. El presidente de la Generalitat anunció, ayer, que durante los dos próximos meses de verano se centrará en impulsar el llamado Acuerdo Nacional por la Amnistía y la Autodeterminación, una iniciativa que prometió durante su investidura en el Parlamento de Cataluña, y con la que confía llegar a la mesa de diálogo para negociar con el Gobierno. Aragonès lo ha dicho en múltiples ocasiones: «A la mesa de diálogo llevaremos la amnistía y la autodeterminación». También lo reiteró el martes, tras su reunión con Sánchez.
En una entrevista para Catalunya Ràdio, este miércoles, Aragonès concretó: «Hemos de conseguir un gran consenso y un gran acuerdo en Cataluña para que lo que defendamos en esta mesa no sea solo la propuesta del Govern catalán sino una propuesta de país, que vaya más allá. Un gran acuerdo que debe ser el Acuerdo Nacional por la Amnistía y la Autodeterminación, ya que estos son los dos grandes consensos asumidos por la sociedad catalana, así o con otras palabras».
Con esta idea, el presidente autonómico catalán aseguró que, a partir de ahora, durante los meses de julio y de agosto, se centrará en agrupar a partidos políticos (ERC, Junts y la CUP los da por seguros), personalidades públicas, instituciones y entidades de la sociedad civil con el fin de presionar al Gobierno en la mesa de diálogo. Objetivo▶
«Llegar a principios de septiembre con este Acuerdo Nacional por la Amnistía y la Autodeterminación consolidado e ir con esta fuerza a la mesa de negociación». Así, el 11 de septiembre, sábado, y la convocatoria de la ANC para reivindicar ese día el 1-O y la independencia de Cataluña jugarán un papel importante para tensar, más o menos, la situación política de cara a la reunión entre Gobiernos solo unos días después en Barcelona.
Por la puerta de atrás
Aragonès se centrará durante los meses de julio y de agosto en sumar fuerzas políticas, institucionales y de la sociedad civil
En la citada entrevista radiofónica, a la misma hora que Sánchez comparecía en el Congreso para justificar los indultos a los presos condenados por el ‘procés’, Aragonès respondía tras la negativa del presidente del Gobierno a permitir un referéndum, pues ni el PSOE lo aceptaría ni la Constitución lo permite. «Hay caminos que no pasan por la modificación de la Constitución española para conseguir hacer un referéndum en el que se posicione la ciudadanía de Cataluña sobre la independencia», aseguró.
Por su parte, el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró (Junts), no se tomó con la misma filosofía que Aragonès las palabras de Sánchez en el Congreso, y le acusó de haber «comenzado a destruir» la mesa de diálogo. Las posiciones de los dos gobiernos son antagónicas y no hay un punto medio en lo relativo al referéndum.