Un ‘lobo solitario’ tenía más de 60 manuales, algunos para fabricar explosivos y venenos
► En noviembre cometió un error: publicó en abierto un mensaje que le puso en el foco
Tiene 49 años y un «perfil de lobo solitario de manual», según las fuentes consultadas por ABC. Pero en noviembre del año pasado cometió un error –extraño en un tipo como él obsesionado por su seguridad– al publicar en su perfil en abierto un mensaje de corte yihadista con una bandera de Daesh. Eso le puso en el radar de la Comisaría General de Información de la Policía y del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que todos estos meses se han volcado en investigarle. A las cinco de la madrugada del lunes los agentes le pusieron las esposas en su casa del barrio de San Sebastián de Santa Olalla, en Toledo. Lo que se le intervino en su ordenador demuestra que su perfil es muy, muy peligroso: tenía archivados más de 60 manuales de autocapacitación terrorista. Está en prisión desde ayer.
El arrestado había llegada a España hace más de diez años, como resultado de la reagrupación familiar solicitada por su mujer, que residía y trabajaba en nuestro país desde hacía más tiempo. No se sabe cuándo se radicalizó, ni cómo; lo que sí se conoce es que no iba a la mezquita, vestía de forma occidental –en su casa, sin embargo, tenía varias chilabas– y en la calle su comportamiento era normal.
Esa ‘normalidad’ es la que apreciaban los vecinos de Santa Olalla. Así lo cuenta a ABC el alcalde, Pedro Congosto, que afirma que «se trata de una familia más del pueblo de origen marroquí; no teníamos ningún indicio que nos hiciera sospechar de él, ha sido una sorpresa».
Cara oculta
Pero la cara oculta de este hombre, que desde hace unos meses trabajaba en la construcción dentro de una cuadrilla –«puede decirse que era un ‘ñapas’», apuntan las fuentes– y por esa razón se desplazaba los días laborables a Madrid, era mucho más dura. Primer dato: solo diez minutos antes de ser detenido estaba en contacto con un perfil de una zona de conflicto mediante una aplicación que borra inmediatamente los mensajes, por tanto perfecta para no dejar rastro. Pero además, en su ordenador, archivados en carpetas encriptadas, se han encontrado manuales de fabricación de explosivos, de cómo colocar bombas lapa, elaboración de venenos, de ‘tácticas de combate nocturnas’ y ‘de francotirador’, entre otros. Destaca otro que es la primera vez que se detecta y que habla sobre cómo comportarse tras una detención, escrito en árabe.
Además, disponía de un tutorial para la adquisición de precursores para fabricar TATP, la «madre de Satán», y disponía de cientos de vídeos de contenido violento y radical, entre los que se encontraban numerosos discursos salafistas de alabanza a los mártires de la yihad. Eso, solo en el 20 por ciento de los archivos que se han podido analizar hasta ahora, por lo que la investigación sigue abierta.
Contactos en zonas de yihad
Más datos: el yihadista tenía contacto con gente en Yemen, Irak, Siria y Turquía, todas ellas zonas de yihad, y hacía las descargas de la propaganda terrorista que luego distribuía asegurándose el anonimato directamente de repositorios de Daesh.
Las fuentes consultadas por ABC aseguran que no era un experto informático, aunque es cierto que dentro del nivel de usuario estaba bastante avanzado y utilizaba aplicaciones antiespía. Por ejemplo, a través de una aplicación se descargaba teléfonos virtuales que luego utilizaba.
En su casa no se le ha encontrado absolutamente nada que haga pensar en que estuviera planeando un ataque terrorista inminente –armas, explosivos, precursores...–, pero una de las cosas que llamó la atención de los investigadores es que una persona cuya apariencia exterior hacía pensar en que estaba occidentalizado tuviera en su habitación cinco coranes. No es ningún delito, pero es significativo.
Dado que se le ha detenido antes de que hubiese dado algún paso para cometer un atentado, la Policía lo detuvo acusado de los delitos de autoadoctrinamiento, autocapacitación y enaltecimiento terrorista. Las fuentes consultadas por ABC tienen claro que era una amenaza para la seguridad nacional, y el juez instructor también debe pensar lo mismo, ya que ordenó su ingreso en prisión. No se descartan más sorpresas en unas pesquisas que, como ya se ha dicho, están abiertas.
Diez minutos antes de ser detenido envió mensajes a un perfil de una zona de yihad con una aplicación que los borra de inmediato