Italia y Alemania consuman su marcha de Afganistán antes que EE.UU.
► Berlín y Roma muestran su orgullo por los 20 años de misión, en la que tuvieron decenas de bajas, pero se muestran cautos sobre el futuro
Italia y Alemania anunciaron ayer la retirada de sus tropas de la misión aliada en Afganistán, después de dos décadas de presencia en aquel país como contención de los yihadistas. El anuncio de dos de los principales componentes del bloque coincide con el anuncio del Pentágono –principal proveedor de militares a la misión– de que en los próximos días podría concluirse también la retirada de la mayor parte de su contingente, aunque la semana pasada había dicho que la retirada se iba a ralentizar ante la ofensiva de los talibanes. Washington dejará solo un millar de militares para proteger su embajada en Kabul.
Alemania ha retirado a los últimos soldados de sus Fuerzas Armadas en Afganistán, poniendo fin a su misión en el país, según informaron fuentes militares. Los últimos soldados alemanes de la misión ‘Resolute Support’ de la OTAN salieron del campamento de Mazar-i-Sharif con la Fuerza Aérea alemana el martes, con lo que concluye la misión que comenzó hace casi 20 años. A bordo del avión se trasladaron también los soldados del Mando de Fuerzas Especiales (KSK) que habían sido trasladados al norte de Afganistán para asegurar el campamento.
Según informa Ep, la ministra de Defensa de Alemania, Annegret Kramp-Karrenbauer, informó de la conclusión de la retirada a través de una publicación en su perfil de Twitter, donde explicó que los últimos soldados han salido de Afganistán «sanos y salvos». «Después de 20 años, nuestra misión más intensa en el extranjero ha llegado a su fin. Mi gran agradecimiento a los más de 150.000 hombres y mujeres de uniforme que han servido allí desde 2001», añadió, para manifestar su «orgullo» por el compromiso de los soldados.
Kramp-Karrenbauer recordó también a aquellos que resultaron heridos o cayeron en esta misión, e incidió en que se les debe «el mayor respeto y agradecimiento».
A mediados de abril, Estados Unidos anunció su intención de retirarse de Afganistán de manera definitiva antes del 11 de septiembre, coincidiendo con el vigésimo aniversario del atentando contra las Torres Gemelas de Nueva York.
Alemania también esperaba retirar a sus soldados, antes del 4 de julio, mientras el resto de socios de la OTAN llevan a cabo el mismo proceso. Además de EE.UU. y Alemania, Turquía, Reino Unido e Italia son los otros países con mayor presencia militar en Afganistán. Los cinco tenían hasta ahora 6.000 soldados de los casi 9.600 que un total de 36 países de la OTAN, y otros socios como Ucrania aportaron.
Roma, satisfecha
Por su parte Italia terminó ayer la repatriación de sus tropas de Afganistán, después de haber sido durante 20 años una de la potencias occidentales más comprometidas en ese país en la operación de la OTAN para ayudar al Gobierno afgano en la reconstrucción de la nación y contener a los talibanes.
La misión italiana comenzó en octubre de 2001. Tras un primer periodo en la capital, Kabul, su contingente se trasladó definitivamente a Herat, donde gestionó un amplio territorio, dedicándose principalmente al entrenamiento de tropas del Ejército afgano. A lo largo de casi veinte años, unos 50.000 soldados italianos han participado en la misión –las tropas de este país presentes en territorio afgano nunca han sido más de 5.000–. Según datos del Ministerio de Defensa, 723 soldados italianos resultaron heridos y 53 perdieron la vida, casi todos ellos en atentados y ataques terroristas.
Desde hace meses se sabía que se iba a producir la retirada de las tropas italianas de Afganistán. El anuncio se hizo justo después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciara en abril su decisión de retirar todas las tropas estadounidenses antes del 11 de septiembre de este año.
El contingente de la OTAN, excluidos los soldados estadounidenses, a principios de este año contaba con aproximadamente 7.000 soldados; de ellos, 900 eran de la misión italiana en la base de Herat. Allí estuvo el pasado 8 de junio el ministro de Defensa, Lorenzo Guerini, para presidir la ceremonia, en gran parte simbólica, de arriar la bandera tricolor italiana. Guerini anunció que Italia no se desvinculará de Afganistán: «Cabe preguntarse qué habría sido de este país si no hubiéramos intervenido. Gracias a nosotros, la sociedad afgana ha progresado. Nos vamos después de haber logrado importantes resultados para la seguridad internacional y la libertad del pueblo afgano. Ha habido avances en los derechos de las mujeres, en la vida democrática, ahora se trata de ayudar a defenderlos», dijo el titular italiano de Defensa.
En plena ofensiva
Como se preveía, tras la visita de Lorenzo Guerini para comunicar a Afganistán el adiós de los 500 militares que aún había en el país, el desmantelamiento de la base ha sido muy rápido. Todos los soldados están ya en casa. Han dejado un país que teme el avance de los talibanes y donde más del 50 por 100 de su territorio está fuera de control. Ahora la atención e inquietud de Italia y de la OTAN se dirige hacia África, donde se extiende la amenaza yihadista.