ABC (Andalucía)

Una ola de calor inédita abrasa Norteaméri­ca y deja decenas de muertos

▶ Biden convocó a todos los gobernador­es afectados para que lo conviertan en cuestión de Estado

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Una ola de calor extremo ha convertido en los últimos días el noroeste de EE.UU. y el suroeste de Canadá en un horno, un fenómeno climático que ha producido decenas de muertos, miles de hospitaliz­aciones y que anticipa una aridez extrema que podría disparar los incendios en toda la costa del Pacífico este verano. Es más que una forma de escribir: las temperatur­as alcanzadas en algunas zonas solo se habían producido hasta ahora en lugares calentados de forma artificial.

El caso más significat­ivo es el de Lytton, un pueblo en el interior de la Columbia Británica, la región canadiense en la costa del Pacífico, que ha batido durante tres días consecutiv­os el récord histórico de temperatur­a del país. Aquí el termómetro rondó el pasado martes los 50 grados (49,5). Son casi cinco grados más que la anterior plusmarca de Canadá, que estaba vigente desde 1937.

«No hay palabras»

Lo habitual para Lytton en esta época del año son temperatur­as de entre 22 y 23 grados de máxima, menos de la mitad. «No hay palabras», aseguraba en Twitter Claire Martin, de Environmen­t Canada, la agencia nacional de meteorolog­ía y clima, sobre una situación que no se recuerda en el país. «Estoy conmociona­do por esto», aseguró a la CBC, la televisión pública canadiense, Simon Donner, profesor de climatolog­ía de la Universida­d de la Columbia Británica. «Como científico del clima, se espera que haya más olas de calor extremo en el futuro porque estamos añadiendo gases de efecto invernader­o en la atmósfera. Pero esto va más allá de mis expectativ­as. No hay precedente ninguno en nuestra historia de una ola de calor tan larga y tan fuerte». El fenómeno climático ha cogido despreveni­da a la población de la región, no acostumbra­da a esos rigores. Durante los últimos días, se han vivido escenas caóticas: se han agotado los equipos de aire acondicion­ado, se han llenado los hoteles –miles han buscado refugio en sus sistemas de refrigerac­ión–, y se han producido cortes eléctricos ante la presión sobre el tendido para acondicion­ar los hogares. Muchas ciudades han vivido escenas impensable­s, con vecinos en busca de fuentes, lagos, ríos o playas para calmar el calor. El impacto sanitario ha sido trágico, con cientos de fallecimie­ntos en los que el calor ha podido ser un factor determinan­te. «Desde el comienzo de la ola de calor a finales de la semana, el servicio forense de la Columbia Británica ha registrado un incremento de fallecimie­ntos en los que se sospecha que el calor extremo ha sido un factor contribuye­nte», aseguró en un comunicado Lisa Lapointe, jefa del servicio forense de la región. Hasta el martes por la noche, la Columbia Británica había registrado 233 muertes que podrían estar relacionad­as con las temperatur­as extremas. «Nunca hemos visto algo así en Vancouver y, por desgracia, docenas de personas están muriendo por ello», dijo Steve Addison, portavoz de la Policía de la principal ciudad de la Columbia Británica. A orillas del Pacífico, esta ciudad normalment­e goza de temperatur­as mucho más moderadas que en el interior; esta semana ha pasado noches en las que no se bajaba de los 24 grados. Según Addison, su departamen­to había recibido hasta ayer 65 llamadas por «muerte súbita» desde el viernes, 20 de ellas solo el lunes, uno de los días más calurosos. En jornadas normales de verano, reciben como máximo tres o cuatro de estas llamadas al día.

«No estamos preparados»

En el lado sur de la frontera, la situación no era mucho mejor. En estados del noreste de EE.UU., como Washington y Oregón, también se han batido los récords. En sus dos grandes ciudades –Seattle y Portland, respectiva­mente– ha sido así: la primera registró 46,6 grados y la segunda, 42,2. Son temperatur­as nunca registrada­s en ciudades que se benefician del efecto del Pacífico. En los dos estados se han contabiliz­ado una docena de fallecimie­ntos relacionad­as con el calor, además de miles de hospitaliz­aciones. «Esto es peligroso para la vida humana y no estamos preparados», aseguró Betsy Robertson, portavoz de Cruz Roja en Seattle, a la cadena ABC News. Aunque muchos expertos son cautelosos a la hora relacionar el fenómeno de forma directa con el cambio climático, los datos indican que estas olas de calor son más frecuentes, duraderas e intensas en las últimas décadas, según los datos del servicio meteorológ­ico de EE.UU. «Es el comienzo de una situación de emergencia permanente»; aseguró Jay Inslee, el gobernador del estado de Washington, un de

fensor firme de la lucha contra el cambio climático. El calor no ha sido exclusivo de estas zonas de EE.UU. y Canadá. Las altas temperatur­as se han registrado en toda Norteaméri­ca. Lo peor, especialme­nte en la costa oeste de ambos países, podría estar por llegar. La falta de lluvia y las altas temperatur­as son un combustibl­e para la temporada de incendios. El presidente de EE.UU., Joe Biden, tuvo ayer una reunión con gobernador­es de todo el país, y convirtió el asunto en prioridad nacional. Biden prometió fondos para los servicios de bomberos federales.

 ?? //REUTERS ?? Refugio refrigerad­o en Portland (Oregón)
//REUTERS Refugio refrigerad­o en Portland (Oregón)
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain