Hombres embarazados
Las feministas quieren arrebatar a las mujeres el privilegio de la maternidad
Siempre que recuerdo al zapatero de mi barrio, sonrío. Se llamaba Enrique, pero él nos pedía que le llamásemos Enrica. Se sentía mujer. Lo era. Sin complejos. Hace más de treinta años. Y cuando hablaba de sí, solía cambiar el género de las palabras con una naturalidad que a los niños nos entusiasmaba. Por ejemplo, Enrica no decía ‘yo’, decía ‘yoa’. Siempre pensé que aquello era un juego, pero todo cambió cuando un cáncer le enseñó la vereda de la muerte y una mañana, al volver del hospital en una ambulancia, le preguntamos cómo se encontraba. Nos miró con los ojos del adiós y suspiró: «Un poquito peora». Aquel día entendí que jugaba en serio. Murió unas semanas después sin saber que todos los chavales del barrio normalizamos gracias a su ejemplo la condición sexual de cada uno. Enrica era libre y nos ayudó a los demás a ser más libres. Va a venir ahora Irene Montero con el «todos y todes».
El truco de esta izquierda huera es emborracharnos de sofismas baratos. Si te opones a esta ‘ley Trans’ eres directamente homófobo. Ellos dan los carnés. O aceptas su bodrio, que enerva el ordenamiento jurídico –no se puede trabajar antes de los 16, el Estado tiene la tutela de los menores huérfanos...–, o eres un facha. Y no digo ya nada si opinas que este engendro atenta contra las mujeres reduciéndolas a ‘progenitores gestantes’ –en género masculino, por cierto– porque, según la secretaria de Estado Noelia Vera, «hay hombres que se quedan embarazados». Reconozco que me pierdo con la nueva tabla clasificatoria de la sexualidad, que es más difícil que la periódica : no binario, cisgénero, queer, pangénero, género fluido... Pero viva siempre la libertad. Lo que pasa es que lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Con 14 años, que era mi edad cuando Enrica murió, ni se tiene ningún convencimiento ni es bueno tenerlo. Y la zapatera de mi barrio exclamaría : «¡Tíos preñados!». La igualdad social se nos ha quedado chica, así que ahora vamos a por la animal. Y encima son las feministas las que quieren arrebatar a las mujeres el extraordinario privilegio de la gestación, Enrica.