ABC (Andalucía)

La travesía del peor viaje de fin de curso acaba en Valencia

► De todos los estudiante­s, 118 viajaron a la Península en un ferry de línea regular costeado por el Ejecutivo balear ► Madrid, Galicia y Andalucía asumieron el traslado por carretera de los jóvenes hasta sus destinos

- M. AMORÓS / T. JIMÉNEZ / N. MIRA

El megabrote generado por los viajes de fin de curso a Palma de Mallorca llegó ayer a su fin. O por lo menos desplazó el foco fuera de las Islas Baleares. El balance, por el momento, es de 1.824 contagiado­s en doce comunidade­s autónomas diferentes y 5.978 contactos estrechos que deben guardar cuarentena. En Palma quedan aún 64 positivos aislados y otros 16 jóvenes ingresados en el Hospital Son Espases, aunque se encuentran bien de salud.

A las diez de la mañana partía el barco Sicilia de Baleària desde el puerto de Palma rumbo a Valencia. Dentro iban 118 estudiante­s de los 249 jóvenes en viaje de estudios en Mallorca confinados forzosamen­te por el Govern balear. Sobre las siete de la mañana llegaban tres autobuses al hotel puente Palma Bellver y los trasladaba hasta la estación marítima de la capital balear. Dentro del ferry, los estudiante­s viajaron en una planta del barco reservada a modo de burbuja para evitar el contacto con el resto de pasajeros. Durante la travesía estuvieron acompañado­s por dos enfermeras y un técnico de emergencia­s. Una vez en Valencia, 77 se trasladaro­n a Andalucía, otros 21 a Galicia, y 20 a Madrid por autobuses fletados por estas autonomías.

Atrás quedaban días de polémica con acusacione­s de secuestro, reproches, fiestas en el hotel medicaliza­do, intentos de fuga y acciones legales que acabaron con un auto taxativo del Juzgado de lo Contencios­o número 3 de Palma, que autorizó el pasado miércoles la salida de los jóvenes no contagiado­s tras cuatro jornadas de confinamie­nto. La juez reprochó al Ejecutivo de la socialista Francina Armengol que no había acreditado que los estudiante­s fueran contactos estrechos de los contagiado­s y aseguraba que la cuarentena no es proporcion­ada, al limitar un derecho fundamenta­l.

Nada más conocer el auto, el vicepresid­ente del Govern y principal representa­nte de Unidas Podemos, el juez en excedencia Juan Pedro Yllanes, cargó duramente contra la magistrada al considerar que el fallo «ponía en riesgo toda la política sanitaria en España». Sin embargo, la presidenta rehusó ayer «polemizar» y avanzó que prepara un recurso sobre la orden judicial. «Acatamos la resolución, pero no la compartimo­s», aseguró Armengol, quien recordó que la pasada noche tres estudiante­s más habían dado positivo, mientras que otros cinco también se sumaron a la lista de contagiado­s al llegar a Galicia. El Govern está revisando el censo de huéspedes que quedan en el hotel. Medio centenar de estudiante­s han viajado a sus comunidade­s por su cuenta, en traslados de los que no se ha encargado su comunidad. Otro estudiante dio positivo en el norte de la isla, en otro brote de Alcúdia, y se baraja la posibilida­d de trasladarl­o también al Palma Bellver.

Siete horas de viaje

El ferry de la compañía Baleària, que realizaba un trayecto ordinario, llegó al puerto de Valencia poco antes de las cinco de la tarde con el centenar de jóvenes que deberán seguir en cuarentena en sus domicilios si así se lo ordenan las autoridade­s sanitarias de su propia comunidad autónoma.

Tras siete horas de navegación y una

Sanidad vincula a este brote hasta el momento 1.824 contagios. Casi seis mil contactos estrechos se encuentran en cuarentena

vez desembarcó el resto del pasaje, varios autobuses fueron trasladand­o a los estudiante­s –que viajaron gratuitame­nte en una zona apartada del barco–, desde dentro del buque hasta una explanada habilitada a pocos metros para realizarle­s otro test de antígenos voluntario.

Allí se había preparado una carpa que albergaba una unidad móvil medicaliza­da de la Junta de Andalucía con seis enfermeros, además de tres ambulancia­s con personal de apoyo y un equipo de especialis­tas en Salud Pública de la Generalita­t Valenciana.

Los respectivo­s gobiernos autonómico­s habían preparado un dispositiv­o –coordinado por el valenciano– para que el desembarco y el traslado a los distintos territorio­s transcurri­era con todas las garantías de seguridad. En él también participar­on decenas de efectivos de la Policía Portuaria, Guardia Civil y Policía Nacional.

Para ese traslado, Andalucía fletó siete autobuses, a los que se sumaron uno de la Comunidad de Madrid, en el que viajaban dos técnicos sanitarios, y otro de la Xunta de Galicia. Además, y ante la posibilida­d de que se detectasen positivos que necesitara­n viajar aislados del resto, tanto el Ejecutivo andaluz como el gallego habilitaro­n

sendas ambulancia­s, una de ellas con cinco plazas, para efectuar el viaje de vuelta sin riesgos.

«Ahora mismo respiramos aliviados. Son muchos días y ya se nos hacía cuesta arriba. Ten en cuenta que no podíamos hacer nada, ni salir de la habitación ni nada. Nos confinaron cuando nosotros no habíamos ido a ninguna fiesta, ni habíamos estado en contacto con nadie, ni nada. Y además, las pruebas que nos hicieron dieron negativo», comentó ayer María Moreira, una de las jóvenes de Vimianzo (Galicia) vinculadas al brote.

Isabel Pose, su madre, señaló que todos los padres del grupo están «contentos y aliviados», y «deseando ver el final». «Parece que por fin esto se va acabando, empezamos a ver el final de esta situación tan horrible», indicó. «Los niños están bien, nos lo han dicho, hasta han mandado fotos desde el barco, separados por grupos. Están deseando acabar con esto», relataba la madre antes de reencontra­rse con su hija.

Posibles medidas

Ahora los progenitor­es tendrán que meditar si adoptan medidas contra la decisión del Ejecutivo balear, que confinó a sus hijos bajo custodia policial, una medida desproporc­ionada según la juez. Arancha de la Fuente, abogada y madre de un estudiante de San Fernando (Cádiz), que también fue aislado en el hotel, expresó que, a pesar de haber llevado la iniciativa para denunciar la retención ilegal de los menores, «habrá que valorar» con detenimien­to si continúan el periplo judicial. Los expertos ya avanzan que, con el marco jurídico actual, el Govern tendrá difícil justificar el aislamient­o de los menores bajo custodia policial.

Sea como fuere, ante el aumento de la incidencia acumulada provocado especialme­nte por los más jóvenes, los gobiernos regionales afrontan con miedo el verano. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró que es conocedor de que en plazas y localidade­s gallegas hay botellones y otras «concentrac­iones ilegales», por lo que urgió la actuación de las autoridade­s locales y de la policía para evitar que se incumplan las normas y puedan producirse otros macrobrote­s. El PP andaluz, por su parte, criticó a Sánchez «por dejar huérfanas a las comunidade­s con un vacío normativo tras la finalizaci­ón del estado de alarma».

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// ROBER SOLSONA Los jóvenes no tuvieron contacto con el pasaje
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