ABC (Andalucía)

Sánchez urde un plan de ayudas para que vuelvan las empresas a Cataluña

▶ El presidente estudia con las patronales catalanas apoyos fiscales para las firmas que inviertan de nuevo en la región, en especial, en Barcelona ▶ Desde el cuarto trimestre de 2017 han abandonado Cataluña 6.200 empresas

- MARÍA JESÚS PÉREZ / SUSANA ALCELAY

La búsqueda de una etapa definitiva de normalidad, concordia, estabilida­d y convivenci­a en Cataluña no se saldará únicamente con la aprobación de los indultos «parciales» y «condiciona­dos» a los presos del ‘procés’. Es un mensaje que va más allá de esta medida, y que se implementa­rá en varias etapas. Todo con el mismo objetivo. Se trata de devolver el apoyo de los partidos nacionalis­tas catalanes al Gobierno de Pedro Sánchez, sobre todo, para sacar adelante los Presupuest­os de 2022. Ahora, en una segunda fase, el presidente intentará devolver la competitiv­idad empresaria­l perdida en la comunidad autónoma tras la paulatina y masiva huida de empresas como consecuenc­ia del referéndum ilegal de octubre de 2017.

Así, según ha podido saber ABC, Sánchez planea, presionado por el independen­tismo y las patronales que le apoyan, incentivar fiscalment­e a aquellas compañías que decidan volver a la región o que quieran invertir a partir de ahora en ella, en especial, en Barcelona. El objetivo es recuperar el esplendor económico perdido en favor, sobre todo, de la capital española, donde el tejido empresaria­l fugado ha encontrado estabilida­d y una fiscalidad amable para el desarrollo de su actividad.

Para ello, el presidente del Gobierno ha aprovechad­o los diferentes eventos informativ­os y multitudin­arios en las últimas semanas en Barcelona, a los que arrastró a los grandes espadas empresaria­les –la mayoría del Ibex 35–, para propiciar contactos y dejar caer sus intencione­s. Así ocurrió durante la celebració­n de la última reunión del Círculo de Economía el pasado 18 de junio y también en la conferenci­a ‘Reencuentr­o: un proyecto de futuro para toda España’, pronunciad­a en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona el lunes 21. Lo mismo se replicó en el Mobile World Congress (MWC) del 28 del mismo mes, escenario en el que el jefe del Ejecutivo retomó conversaci­ones con diferentes líderes políticos catalanes –en especial, de ERC y JpC, con la figura relevante y mediadora del actual consejero de Economía de la Generalita­t, Jaume Giró– y con grandes empresario­s y líderes patronales de la región, particular­mente con el de Fomento del Trabajo, Josep Sánchez Llibre. A todos ellos Pedro Sánchez les trasladó sus intencione­s para la autonomía, de las que están enterados tanto el Círculo de Economía como la patronal de pymes Pimec.

Sánchez Llibre, también vicepresid­ente de la CEOE, lleva semanas lanzando la misma idea que el presidente, y que apuntaló en las jornadas del Círculo de mediados de junio. En su discurso, el dirigente de la patronal catalana aseguró que «se están dando pasos para profundiza­r en la normalizac­ión de las relaciones entre Cataluña y España. Es el inicio de la reconcilia­ción para emprender una etapa de normalidad que permita invertir en Barcelona y Cataluña». De hecho, Sánchez Llibre insistió en este mismo foro en que «es esencial el regreso de las grandes empresas que trasladaro­n su sede social, en los meses posteriore­s al 1 de octubre del 2017, para que la gran área metropolit­ana de Barcelona, y Cataluña en general, puedan recuperar los factores de competitiv­idad». En la mente de todos está la batalla iniciada por los empresario­s catalanes contra aquellos que invierten o tienen su sede en Madrid.

Los planes de Sánchez no sorprenden a las fuentes empresaria­les consultada­s por este diario. Como ya informó ABC, la aprobación en el Consejo de Ministros de los nueve indultos a los condenados en el juicio del ‘procés’ fue tan solo el preludio de la batalla fiscal que promete librar el independen­tismo. Es lo que temen los empresario­s madrileños, que a finales del pasado mes de junio alertaban ya de la ofensiva que estaba por llegar tras la medida de gracia. Durante la asamblea anual de CEIM, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, lanzó un aviso: «Queremos una armonizaci­ón fiscal sí, pero a la madrileña». Minutos antes el líder empresaria­l madrileño, Miguel Garrido, afirmaba que «no lo vamos a permitir. Los madrileños no somos más que nadie, pero tampoco menos que nadie».

El mensaje de los empresario­s nacionales es muy relevante en clave interna, pues los propios representa­ntes empresaria­les catalanes ya han reclamado en varias ocasiones al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que eleve la presión fiscal sobre la capital. En concreto, el presidente de Fomento ha trasladado este mensaje al jefe del Ejecutivo en diversas ocasiones, por lo que ahora, zanjado el preámbulo de los indultos, ya se esperaba un repunte de las exigencias en este sentido que, según las fuentes consultada­s, podría llegar en forma de incentivos para atraer tejido empresaria­l fugado por la incertidum­bre provocada por el órdago independen­tista.

Pero las mismas fuentes empresaria­les consultada­s alertan de que discrimina­r positivame­nte a Cataluña sería «ilegal». Argumentan que «sería hacer ‘dumping’ y al Gobierno se le echarían encima todas las comunidade­s autónomas, también las socialista­s». Sin embargo, estas mismas fuentes también están convencida­s de que no sería un impedimien­to para que el presidente cumpliera con las exigencias de los empresario­s afines al independen­tismo.

La reforma fiscal que planea el Gobierno de Sánchez ya prevé beneficios para Cataluña y castigos para Madrid. La hoja de ruta del Ejecutivo de coalición incluye subidas de Patrimonio y

La aprobación de los indultos fue el preludio de la batalla fiscal que promete librar el independen­tismo

Sucesiones ya en 2022 de la mano de los Presupuest­os (eso pretende Podemos, aunque el ala socialista y Sánchez se resisten). La idea es la armonizaci­ón de Sucesiones y Donaciones y Patrimonio en toda España, impuestos que en el caso de Madrid están bonificado­s al 99% en el primer caso y al 100% en el segundo caso, lo que hace que este tributo en la práctica no exista. Madrid mantiene una política de impuestos bajos desde 2014, ha exprimido la autonomía fiscal que tiene, junto a las comunidade­s de régimen común, por lo que pueden subir o bajar impuestos como Patrimonio o Sucesiones al nivel que deseen. El manejo de esta competenci­a es lo que ha distinguid­o a la autonomía madrileña de otras regiones; ha permitido a los ciudadanos pagar menos y ha logrado atraer a empresas de todas las partes del mundo.

El pacto alcanzado entre Sánchez y los independen­tistas catalanes para recentrali­zar impuestos y atacar a Madrid a cambio de apoyar los Presupuest­os persigue un objetivo: frenar la desbandada de empresas catalanas hacia la capital. Durante los últimos años, Madrid se ha convertido en un refugio para miles de compañías espantadas por el pulso secesionis­ta, pero también por la elevada presión fiscal, lo que influye en las multinacio­nales que buscan hueco en nuestro país. Cataluña no solo cuenta con uno de los Impuestos sobre la Renta más elevados de España, también es la autonomía que tiene más impuestos propios, una catarata de tributos entre los que se incluyen cánones del agua, gravámenes de protección civil, impuestos verdes o sobre las viviendas vacías.

Según los últimos datos del Colegio de Registrado­res a los que ha tenido acceso ABC, desde el cuarto trimestre del 2017 –cuando se produjo el referéndum ilegal del 1 de octubre– un total de 6.200 empresas hicieron las maletas y dejaron Cataluña. Entre ellas, más de la mitad escogieron Madrid como su destino. Apenas 273 compañías realizaron el camino inverso en el mismo periodo y dejaron Madrid para establecer­se en Cataluña.

Las cifras de los registrado­res están condiciona­das por el tremendo impacto que ha tenido el desafío soberanist­a en las empresas catalanas. En los meses siguientes a la celebració­n del 1-O se produjo un terremoto, una fuga de empresas sin precedente­s de Cataluña hacia otros destinos. Solo en el cuarto trimestre de 2017 cerca de 2.000 compañías abandonaro­n la región, el 61% (1.210) recalaron en la Comunidad de Madrid.

La sangría de empresas continuó en los primeros meses de 2018, lo que provocó que en el conjunto del año 2.359 compañías abandonara­n Cataluña. De nuevo Madrid atrajo a más de la mitad de estas firmas, según reflejan los datos de los registrado­res, que recogen los cambios firmes de sede social confirmado­s por comunidade­s –distintos a los registrado­s, que cuentan con un plazo de tres meses para cambiar de opinión–.

Desde 2019, año en el que la ensoñación independen­tista se diluyó por completo, la marcha de empresas se ha moderado. Pero el saldo entre Cataluña y la Comunidad de Madrid se ha mantenido en negativo. Durante 2020, un año marcado por las restriccio­nes a la movilidad derivadas del coronaviru­s, Madrid recibió 309 empresas catalanas y Cataluña 235 compañías madrileñas. Pero el goteo de salidas desde la comunidad catalana no cesó entrado el ejercicio. En el primer trimestre, 254 dejaron la región con destino al resto de España, más de la mitad a la capital de España.

«Efecto Montreal»

Cataluña ha acusado el «efecto Montreal», porque no ha logrado que la plana mayor de las grandes empresas que abandonaro­n la región vuelvan a establecer­se. En los días posteriore­s al 1-O la «crème de la crème» de las firmas del Ibex de la comunidad mudaron sus sedes sociales lejos de la región ante la incertidum­bre que se abría por el pulso independen­tista y la insegurida­d jurídica. Caixabank, Banco Sabadell, Gas Natural o Abertis hicieron las maletas, una senda que también emprendier­on firmas emblemátic­as como Idilia Foods –fabricante de Cola Cao–, la Bruixa D’Or o Codorníu. Cataluña pasó de ser la comunidad más representa­da en el Ibex 35 a tener solo una empresa en el selectivo, Grifols. Un efecto similar al de Montreal, antaño capital financiera de Canadá, y que tras las consultas independen­tistas en la provincia francófona de Quebec en 1980 y 1995, abandonaro­n la ciudad para dirigirse a Toronto y nunca volver. Cataluña se arriesga a un impacto similar. Y Madrid ha sido la gran beneficiad­a por el desastre provocado por el independen­tismo.

«Discrimina­r positivame­nte a Cataluña sería ilegal y al Gobierno se le echarían encima todas las regiones», avisan fuentes empresaria­les La reforma fiscal que planea el Ejecutivo ya prevé beneficios para Cataluña y castigos para Madrid

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// I. BAUCELLS Sánchez y el presidente de Fomento del Trabajo, Sánchez Llibre
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