EL COVID OBLIGA A JAPÓN A CELEBRAR SIN PÚBLICO LOS JUEGOS OLÍMPICOS
A solo dos semanas de la ceremonia inaugural, las autoridades niponas decretan el estado de alarma al dispararse los contagios por la variante Delta
Era una idea que planeaba por el entorno desde hacía semanas y ayer se confirmaron los peores pronósticos. Los Juegos Olímpicos de Tokio, que se tenían que haber celebrado en 2020, se llevarán a cabo este verano, eso se mantiene, pero las competiciones se desarrollaran sin público. Ya en su día, la evolución del coronavirus obligó a la organización tomar una drástica decisión y se prohibió la entrada de extranjeros en Tokio, pero ahora ni siquiera los locales podrán disfrutar del evento deportivo más especial.
El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, anunció ayer que se declarará de nuevo el estado de emergencia en Tokio ante el aumento de los casos de Covid-19 y que permanecerá en vigor durante los Juegos Olímpicos. A solamente dos semanas de la ceremonia inaugural del 23 de julio, las infecciones por coronavirus aumentan en la capital japonesa, concretamente las contaminaciones por la variante Delta. «Vamos a declarar el estado de emergencia en Tokio», dijo Suga en una reunión de gobierno dedicada a las medidas sanitarias, añadiendo que durará hasta el 22 de agosto. Los Juegos Olímpicos se celebrarán hasta el 8 y, por tanto, una de las primeras medidas ha sido la de no permitir la presencia de espectadores en las gradas.
Sin embargo, el Gobierno podrá aligerar las restricciones si los efectos de las vacunaciones provocan una mejora de la situación sanitaria, como ha asegurado el Ejecutivo nipón, pese a que solo el 15% de la población ha recibido la vacuna. Por otra parte, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, llegó ayer por la mañana a Japón, donde tiene previsto participar en una reunión sobre la cuestión de los espectadores con el comité organizador
Se podrán aligerar las restricciones si mejora la situación con las vacunas, pero solo el 15% de los nipones han sido inoculados
local, representantes del Gobierno japonés y del municipio de Tokio.
Pese a todo, en Japón las medidas de emergencia contra el coronavirus son mucho menos estrictas que los confinamientos impuestos en otras partes del mundo, e incluyen limitar la venta de alcohol y obligar los bares y restaurantes a cerrar temprano. Pero las restricciones también se dirigen a eventos culturales y deportivos, un tema clave a dos semanas de la inauguración de los Juegos. Se esperan unos 11.000 deportistas de cerca de 200 países en los Juegos de Tokio, que fueron aplazados el año pasado a causa de la pandemia.
Aunque el archipiélago asiático se vio relativamente poco afectado por la pandemia de Covid-19, con unas 14.900 muertes registradas oficialmente desde principios de 2020, su programa de vacunación avanza muy lentamente. Poco más del 15% de la población, dicho está, se ha vacunado por completo y los expertos temen que la variante Delta pueda provocar una nueva ola que sature los hospitales.
El COI publicó un comunicado conjunto con el Comité Paralímpico Internacional para apoyar «esta decisión en interés de unos Juegos seguros y sin peligro para todo el mundo», sin dejar de «lamentar profundamente que estas medidas hayan tenido que tomarse». El relevo de la llama olímpica, que fue prohibido en la vía pública en la mayor parte de Japón, será también sin público a partir del viernes en la capital, donde ceremonias muy limitadas están previstas antes de los Juegos.