La Delta, al otro lado de la ‘raia’
Portugal vive días difíciles, con un alud de cancelaciones de reservas de españoles porque no logran controlar la explosión de casos
La propagación de la variante Delta del coronavirus alcanza tal dimensión en Portugal que los planes de desconfinamiento han saltado por los aires y el Gobierno socialista de António Costa va dando pasos atrás en su intento desesperado por cortar el repunte. Aunque los casos se han multiplicado, la incidencia del virus afecta sobre todo a los tramos más jóvenes de la población, por lo que la expansión del virus no se traduce en una mayor presión hospitalaria ni en un mayor número de fallecidos.
Solo los archipiélagos de Azores y de Madeira se mantienen al margen de la situación del Portugal continental, que ha visto cómo los contagios crecían en la región de Lisboa, en las cercanías de Oporto y en la franja del Algarve. Así las cosas, a nadie puede extrañarle que el Ministerio de Sanidad luso haya decidido recuperar algunas restricciones como el toque de queda, el cierre de los restaurantes a las 15.30 horas los fines de semana o la prohibición de salir y entrar del área metropolitana de Lisboa los viernes desde las 15.00 horas, y también los sábados y los domingos. A este paquete de medidas hay que sumar, además, la vuelta al ‘estado de calamidad’, un síntoma de que la ansiada normalidad no termina de llegar.
Desde el pasado 1 de mayo, las fronteras terrestres entre Portugal y España (la raya española, o la ‘raia’ lusa) han recobrado la libertad que tanto echaban en falta y, en la actualidad, no existe ninguna condición previa para saltar de uno a otro lado, es decir, no se exige PCR. Sí la piden, en cambio, por vía aérea o, en su defecto, el certificado de vacunación.
Nada que ver, por tanto, con las cortapisas en vigor para los pasajeros de Francia o Reino Unido, que recomiendan a sus ciudadanos no trasladarse a Portugal como medida de precaución, algo que no sentó nada bien al Ministerio de Asuntos Exteriores. Se da la circunstancia de que la ciudad de Albufeira, el centro vacacional del Algarve, vive una situación epidemiológica difícil debido a la extensión de la cepa Delta. La incidencia del virus se ha disparado hasta los 823 casos por 100.000 habitantes, una tasa desorbitada.
Fuera de control
Estas cifras motivaron que la ministra de Presidencia, Mariana Vieira da Silva, sentenciara a inicios de esta semana▶ «La situación epidemiológica está fuera de control». El aumento de los contagios obligó a las autoridades sanitarias del Algarve a suspender las actividades escolares en el tramo final del curso. Por carretera, el sentido de reciprocidad está vigente en toda regla y no se exige ningún documento de exención sanitaria para entrar en España desde Portugal. Por el contrario, el certificado oficial se requiere a bordo de un avión.