Iceta se encomienda a Hacienda para el «impulso» que necesita la cultura
Es España un país donde asumir la cartera de Cultura, más que un premio, parece un castigo, y seguramente el primer sorprendido de la decisión de Sánchez fuera el propio Miquel Iceta, llamado a asumir responsabilidades de mayor entidad política en esta crisis de Gobierno. Pasado el trago, Iceta hizo de la necesidad virtud y, tras recibir ayer la cartera de Cultura de manos de su predecesor, José Manuel Rodríguez Uribes, aprovechó la presencia de la ministra de Hacienda para pedirle apoyo ante el «renovado impulso» que le pretende dar a la acción programática del Ministerio.
«La cultura es una industria, aunque nos cueste verlo como un sector económico de proyección y de poder muy relevante», subrayó el cuarto ministro de Cultura de Sánchez en tres años. El sector aporta un 3 por ciento al PIB nacional e Iceta dijo que el impulso que necesita un sector muy dañado por la crisis del coronavirus «debe convocarnos a todos».
Unidad política
Además de dinero, Iceta reclamó unidad política. Si bien piensa ser un ministro que haga gala de su «federalismo cultural», estando «muy orgulloso de la diversidad», lo hará desde la unidad: «Somos fuertes en nuestra unidad, porque la combinación de esos elementos nos hará imbatibles». A él, dijo, no le cuesta reivindicar el escudo de España, «inclusivo, integrador, diverso y potente». El nuevo ministro de Cultura prometió que diálogo, negociación y pacto serán las líneas maestras de su mandato.
En cuanto a la tarea que le queda por delante, Iceta remarcó el plan iniciado por Uribes para convertir a España en una potencia en el ‘hub’ audiovisual» e hizo referencia al Estatuto del Artista, a la transposición de la directiva europea en materia de derechos de autor, la digitalización, la ley del mecenazgo, la innovación o el apoyo a los creadores. «Me va a tocar culminar el trabajo de Uribes en estos terrenos», afirmó, aunque en realidad varios de estos proyectos están en una fase más que primitiva, como ha venido denunciando los partidos de la oposición, y apenas quedan dos años de legislatura.
El ministro saliente, José Manuel Rodríguez Uribes, presumió en su discurso de despedida de haber sido capaz de «levantar la bandera de la cultura y el deporte seguros» en un año «dificilísimo para todos».