Arrestado el posible autor intelectual del asesinato de Moïse
Norteamericano de origen haitiano, Sanon contrató a los mercenarios en Miami
Las fuerzas de seguridad de Haití han detenido al presunto líder intelectual del cruento asesinato del presidente Jovenel Moïse, ataque en el que resultó herida la primera dama Martine Moïse. Se trata de Christian Emmanuel Sanon, residente en Florida (Estados Unidos) que ejerce como médico y con nacionalidad haitiano-estadounidense. La Policía sospecha de otros autores integrados en la organización del segundo magnicidio en la historia haitiana. Léon Charles, director general de la Policía Nacional de Haití, ha dado a conocer el verdadero motivo del asesinato. Parece que el fundamento trás la tortura y muerte de Moïse tiene un claro cariz político.
El arresto de Sanon se produjo gracias a las pistas dadas por los 26 colombianos detenidos integrantes del comando que allanó la vivienda privada del presidente. Nada más comenzar la operación, uno de los exmilitares del grupo se puso en contacto con Christian Sanon, llamada que puso sobre la pista a la policía.
En un primer momento Sanon entró a Haití desde Estados Unidos con parte de los sicarios sudamericanos.
Hasta ese momento sólo estaban encargados de trabajar para garantizar su seguridad y la de su negocio. Posteriormente, a uno de los colombianos se le mostró una orden de arresto contra el presidente de la República haitiana y «la misión cambió», según ha declarado el jefe de Policía.
Otra de las pistas que implican al médico estadounidense ha sido el hallazgo de material militar con inscripciones de la DEA, la Administración de Control de Drogas que funciona como agencia asociada del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Mediante megáfonos, la banda de paramilitares se presentó como parte de esa organización para entrar en la residencia de Jovenel Moïse.
Colaboración internacional
El asedio al presidente fue encargado por Sanon a través de una empresa venezolana de seguridad emplazada en Estados Unidos. La nomenclatura de la misma no ha sido facilitada por Haití ante el avance secreto de la investigación. No obstante, a través de esa agencia de seguridad seguramente integrada en el, aunque parezca increíble, lícito negocio de la guerra, fue contratado el comando de exsoldados colombianos. Además, dos haitiano-estadounidenses, que tenían la labor de traductores, fueron detenidos junto al grupo. Parece que estos dos últimos también allanaron la casa, pero no se esperaban encontrar al presidente muerto sino que preveían una renuncia de su cargo ante la presión.
Hasta cuatro empresas asociadas a la seguridad han sido interceptadas como encargadas de reclutar al comando. Gran parte viajó a la Republica Dominica, país vecino que comparte la isla La Española con Haití, mientras un destacamento menos numeroso partió desde Panamá. Estas pesquisas se consiguieron gracias a un destacamento de la Policía y los servicios de inteligencia de Colombia en sintonía con la Interpol, que trabajan en este momento desde suelo haitiano. Estados Unidos también ha enviado una delegación del FBI para que ayude en las averiguaciones.
La única empresa que se sabe a ciencia cierta que está implicada en la contratación de la banda colombiana es CTU Security. El dueño de origen venezolano, Enmanuel Intriago Valera, corrió con los gastos de los billetes de avión de cada integrante y les remuneró con tres mil dólares mensuales a cada uno por los servicios de seguridad VIP.
Cinco colombianos continúan huidos de la justicia y otros tres fueron abatidos. Los huidos podrían estar escondidos en las montañas que rodean Puerto Príncipe, escenario de las persecuciones de la Policía haitiana a los sicarios colombianos.