Marruecos castiga a España con nuevas restricciones a los viajes
Dos medidas el veto marroquí a que la Operación Paso del Estrecho (OPE) pase este año por dársenas españolas; y la más reciente, la actualización (el domingo por la noche) de las restricciones impuestas por parte del Ministerio de Exteriores del país magrebí. La segunda limitación supone que desde hoy, 13 de julio, los viajeros españoles, franceses y portugueses que pisen Marruecos deben guardar cuarentena o presentar antes una PCR negativa. Para acceder a Marruecos, además de la cuarentena, los viajeros procedentes de estas naciones tendrán que obtener –dice el país vecino– una «autorización especial», lo que imposibilita aún más las relaciones bilaterales. Los tres países pasan al listado de zonas de alto riesgo (de la lista A, a la B, en la que figuran los países con peor manejo de la pandemia).
La suma de los dos cercos consecutivos a España ha dañado con gravedad al tránsito de personas y mercancías a través de los puertos nacionales como Algeciras, hoy convertido en un enclave fantasma. El veto a la OPE costará a España miles de empleos, reduciendo a la nada el mayor flujo migratorio del año y cercenando una fuente de ingre
sos de muchos ceros (hasta 500 millones de euros) derivados de ese tránsito de miles de personas por nuestro país. A la contra juegan los muelles de Francia e Italia, los grandes beneficiados por esta decisión.
Pesadilla
La crisis diplomática que se desató a comienzos de junio entre Marruecos y España está representando una completa pesadilla para los muchos marroquíes que desean regresar este verano a su país de origen a pasar sus vacaciones estivales. Cinco millones, el 12% de la población del país norteafricano, viven en el extranjero. Son los llamados ‘emigrantes económicos’. El 85% de ellos residen en países de Europa. Buena parte de estos ciudadanos transitaban cada verano por los aeropuertos y carreteras españolas antes de la pandemia.
La OPE permitió en 2019, el año antes del Covid, el tránsito de 3.340.045 pasajeros y 760.215 vehículos en ambos sentidos Tanger Med, Tánger City, Nador y Al Hoceima; mientras las terminales de los puertos españoles recogían la mayoría de los inmigrantes de esta gigantesca operación de tránsito, considerada como una de las más grandes de la región y del mundo. El mayor tráfico lo acaparaban todos los años los puertos de Algeciras y Tarifa, que solo en 2019 canalizaron 2,8 millones de esos pasajeros y 585.000 automóviles por el Estrecho de Gibraltar. En 2020, la OPE quedó suspendida debido a la grave situación provocada por la pandemia y ahora vuelve a repetirse la afección, por una decisión unilateral y sin previo aviso del monarca de Marruecos, debido a la crisis diplomática con España. El país vecino ha excluido a los puertos españoles pese a que todo el dispositivo estaba listo para poner en marcha nuevamente la OPE. Marruecos ha dado al traste con él, así como con el sueño de centenares de miles de sus compatriotas.
Mohamed VI ha decidido utilizar la tradicional operación ‘Marhaba’ (Bienvenida), que se desarolla del 15 de junio al 15 de septiembre, como nuevo frente de guerra comercial, prohibiendo de facto que los marroquíes residentes en Francia y otros países europeos pasen por España, favoreciendo e invitando a sus compatriotas a desviarse a otros aeropuertos y puertos. Podrán viajar pero deberán hacerlo a través de los puertos de Sète (Francia) y Génova (Italia), así como en avión. La intención de Marruecos de utilizar el puerto portugués de Portimao ha quedado finalmente en nada.
Cumpliendo órdenes del Rey marroquí, Rabat anunció en los días pasados la concesión de varios centenares de millones de euros de ayudas directas a Royal Air Maroc (RAM) y las compañías que aseguran el transporte marítimo entre los puertos marroquíes, franceses e italianos, exigiéndoles que ofrezcan billetes a precios de ‘ganga’ absoluta, lo que ha generado otros problemas.