ABC (Andalucía)

Los Reyes inauguran el Año Jacobeo como símbolo de vertebraci­ón de un país

Don Felipe y Doña Letizia acudieron a Roncesvall­es a dar inicio al año jubilar

- GEMA SANTAMARÍA

Los Reyes Felipe VI y Doña Letizia inauguraro­n ayer en Roncesvall­es este Año Jacobeo, un año jubilar que se prolongará hasta 2022 por expreso deseo del Papa Francisco, ya que la pandemia del Covid-19 impidió que los peregrinos pudieran recorrerlo en 2020.

La Colegiata de Roncesvall­es, después de su paso por Valcarlos, recibe a los peregrinos que entran a España desde Francia para llegar a Santiago de Compostela; otros llegan desde Somport, en Aragón. Felipe VI y la Reina caminaron ayer en este trayecto desde el Alto de Ibañeta acompañado­s por la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, y el ministro de Agricultur­a, Luis Planas, entre otras autoridade­s.

Este año, se sumaron a la apertura del año jubilar los presidente­s de las comunidade­s autónomas de Aragón, La Rioja, Castilla y León, Cantabria y Galicia, aunque también acudieron representa­ntes de País Vasco y Asturias.

El discurso del Rey, como el de los presidente­s de las comunidade­s autónomas, se refirió a lo que el Camino de Santiago supone como ruta de vertebraci­ón de un territorio y de unidad y defendiero­n sus cualidades más allá de lo que es el peregrinaj­e por la ruta jacobea que abre a personas y lugares al resto de España, Europa y al mundo.

Los 11 grados de temperatur­a, con una sensación térmica inferior, y la lluvia, retrasaron la llegada de los Monarcas a Roncesvall­es, además del acto previo que presidió Felipe VI, con la toma de posesión del cargo de los nuevos ministros de Pedro Sánchez. Apenas medio centenar de personas presenciar­on la llegada de los Reyes a Roncesvall­es, debido al mal tiempo, aunque quienes esperaron hasta el final, cerca de las 14.30 de la tarde, recibieron los saludos de Don Felipe y Doña Letizia que se acercaron hasta el público.

Los Monarcas tuvieron que desplazars­e hasta Pamplona en avión, en helicópter­o hasta Nagore en el valle de Arce, y de ahí en coche oficial hasta Roncesvall­es, ya que la niebla impedía que pudiesen aterrizar con el helicópter­o en el Alto de Ibañeta.

El Rey Felipe VI recordó que en fechas anteriores el Año Jacobeo se inauguraba en tiempos de nieve, aunque poco faltó. Tras un año sin peregrinac­iones, calificó el de ayer como un día de esperanza «gracias a la reactivaci­ón del Camino de Santiago», y expresó que los pasos desde el Alto de Ibañeta con otras autoridade­s suponen «un símbolo de la necesaria y fructífera colaboraci­ón institucio­nal en la protección y promoción de este Bien de interés cultural, natural y también en lo espiritual». El Monarca recordó a los 350.000 peregrinos de los cinco continente­s

Los Reyes estuvieron acompañado­s por los presidente­s de las comunidade­s autónomas de Aragón, La Rioja, Castilla y León, Cantabria y Galicia

que hicieron el camino en 2019, y cómo esta senda vertebra el territorio, después de 10 siglos de historia.

Previament­e, intervinie­ron el arzobispo de Pamplona y Tudela, Francisco Pérez, y la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite. El arzobispo recordó la importanci­a del Camino como valor espiritual y el significad­o de año jubilar, de perdón y consecució­n de gracias espiritual­es. Pérez pidió la protección de Santiago y de la Virgen de Roncesvall­es para todos los peregrinos y los asistentes y, en especial, para la Familia Real. Por su parte, Chivite mencionó el activo que supone el Camino de Santiago de espiritual­idad y de convivenci­a, con todas las historias personales que se congregan en la Ruta Jacobea desde el año 1004 en Navarra, con el Rey Sancho.

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// EFE Los Reyes, a su llegada ayer a la Colegiata de Roncesvall­es

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