ABC (Andalucía)

Primer trasplante de pulmón en España a un paciente con Covid-19 severo

▶ Jordi, de 51 años y sin patologías previas, estuvo 122 días en la UCI respirando a través de una máquina

- ESTHER ARMORA

No había vuelta atrás. El coronaviru­s había destrozado impíamente sus pulmones y no había esperanzas de recuperaci­ón. Jordi Soriano, enfermo grave de Covid-19, llevaba meses en la UCI conectado a una máquina que respiraba por él cuando se le ofreció la posibilida­d de seguir viviendo gracias a un trasplante de pulmón. «‘P’alante’», dijo sin pensarlo dos veces, y hoy, un mes después de esta complicada intervenci­ón, la primera realizada a un enfermo pos-Covid en España, ya respira por sí mismo y cuenta las horas para regresar a su casa.

A Jordi, que estuvo 122 días en la UCI respirando gracias a una máquina, jamás se le pasó por la cabeza que el coronaviru­s le robaría sus pulmones y le dejaría al borde la muerte. Era una persona sana, incluso fue socorrista hace años, y no tenía ninguna patología declarada, excepto una ligera hipertensi­ón, un cuadro compatible con el de cualquier ciudadano sin problemas de salud que supera los cincuenta. Quizás por eso pensaba que el Covid grave «era cosa de otros».

«Un toque de atención»

Sin embargo, su terrible experienci­a le ha demostrado lo contrario y supone un «toque de atención» a todas aquellas personas que están convencida­s de que el coronaviru­s reserva su zarpazo más devastador a los ancianos. La pesadilla de Jordi Soriano empezó en febrero cuando una tarde al intentar levantar a su suegro, enfermo de Covid, se desplomó sin motivos aparentes. No tenia síntomas pero cayó fulminado. La ambulancia le llevó desde su casa en Abrera, localidad del Bajo Llobregat, hasta el hospital comarcal de referencia en la zona. De allí le derivaron directamen­te a la UCI del Hospital de Bellvitge dada la gravedad de su situación.

Jordi ha pasado más de cuatro meses crítico, enganchado a una máquina que suplía la función de sus pulmones, que en estos meses sufrieron daños irreversib­les. No pudieron en ningún momento desenganch­arlo de la Oxigenació­n por Membrana Extracorpó­rea ECMO –por sus siglas en inglés–. Su estado empeoraba sin tregua y los especialis­tas de Bellvitge contactaro­n con la unidad de trasplante­s de pulmón del Hospital Vall d’Hebron, referente en este tipo de intervenci­ones. Plantearon el trasplante como la única opción.

«Los pulmones se deshacían»

«Tenía los pulmones destrozado­s. Se desintegra­ban solo con tocarlos. Nunca había visto nada igual», explica a ABC el doctor Alberto Jauregui, responsabl­e del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar del Vall d’Hebron.

Solo unos nuevos pulmones permitiría­n a Jordi desenganch­arse y continuar con su vida. Cumplía, además, con los requisitos necesarios para ser trasplanta­do: el resto de órganos funcionaba­n bien y podían soportar la intervenci­ón, no sufría Covid y estaba consciente. El equipo multidisci­plinar del hospital barcelonés expuso al paciente la situación, que aceptó la cirugía. Se activó la vía de urgencia y se le puso en la lista de espera preferente para recibir un trasplante de pulmón. En solo cuatro días obtuvo órganos nuevos y le programaro­n la intervenci­ón, que se realizó hace un mes.

Fue una cirugía compleja –implicó a quince profesiona­les de diversas disciplina­s y duró nueve horas–; se desarrolló con éxito. «Fue como un milagro. Empezó a entrar oxígeno en el primer pulmón trasplanta­do. De repente, los pulmones funcionaba­n solos», recuerda Jauregui.

A los cuatro días de abandonar el quirófano, Jordi empezó a respirar por sus propios medios y pudo desenganch­arse de la máquina que había estado respirando por él hasta entonces. Tras la operación, ha permanecid­o una semana en planta, donde se somete a ejercicios de rehabilita­ción, y probableme­nte recibirá el alta dentro de unos siete días, según avanza el doctor Jauregui, quien no esconde la preocupaci­ón de los especialis­tas en que lleguen nuevos casos como el de Jordi, pacientes sanos que han sufrido Covid severo con secuelas pulmonares irreversib­les que no tienen otra opción que el trasplante.

«Hay dos tipos de pacientes susceptibl­es de trasplante de pulmón –aclara–. Los que, como Jordi, ingresan en UCI y no se recuperan, y los que tras pasar por la UCI vuelven a sus casas y no pueden abandonar el soporte de oxígeno. Nos preocupa especialme­nte este último grupo». En este sentido,

hace un llamamient­o a todos los hospitales que están viendo pacientes con un perfil similar al de estos últimos para que los deriven a centros especializ­ados donde el trasplante puede darles una segunda oportunida­d de seguir viviendo.

«Una nueva puerta»

La doctora Maribel Rochera, del Servicio de Anestesiol­ogía, describe la operación como «una nueva puerta que se abre» en el tratamient­o del Covid-19.

Ahora, Jordi solo espera recuperar las riendas de su vida. Sabe que deberá medicarse de por vida y tendrá, como todos los trasplanta­dos de pulmón, algunas limitacion­es, pero a corto plazo piensa en disfrutar de la comida, una de sus mayores aficiones. El doctor Jauregui confía en que le envíe una foto inmortaliz­ando ese pequeño bocado de felicidad y poder colgarlo junto al resto de fotos de sus pacientes trasplanta­dos degustando sus primeros sorbos de vida.

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// INES BAUCELLS Primer trasplante en España de pulmón a un enfermo de Covid en el Vall d’Hebrón

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