Andalucía tendrá ‘santuarios’ de sonido naturales contra el ruido
La Junta prepara un decreto que regula la calidad acústica y que prevé peatonalizaciones, limitar los bares con terrazas cerca de viviendas y las molestias de los camiones de la basura
Dos de la mañana en pleno verano. El calor obliga a tener las ventanas abiertas y la película de la noche se pone en lo más interesante. Justo cuando la protagonista va a desvelar quién mató a su marido... el camión de la basura impide oír el diálogo. Esta escena, que es reconocible para muchos, es algo que quiere corregir el nuevo decreto que prepara la Junta y que busca regular la calidad acústica en la comunidad.
La normativa, aún en fase de borrador y, por lo tanto, abierta a modificaciones, señala al tráfico y los vehículos como algunos de los grandes generadores de ruido. Así, establece que los servicios públicos de limpieza y recogida de residuos «adoptarán las medidas necesarias para cumplir con los límites establecidos en el reglamento». Se acabó que el camión de la basura rompa el silencio de las noches con un estruendo o no deje siquierísra oír la televisión.
Además, el nuevo decreto señala que las motos deben tener especial cuidado en mantener en buenas condiciones cualquier elemento que haga ruido. Y pone especial énfasis en el silenciador del tubo de escape, un petardeo molesto que es especialmente molesto en las siestas de verano o las noches en que las ventanas están abiertas.
La nueva normativa advierte también contra la maquinaria de obras públicas y de construcción y sobre los servicios de emergencias. En este último caso especifica que las ambulancias o coches de policía deben tener un dispositivo de regulación de las sirenas. En el caso de las ambulancias, además, deberán llevar la sirena apagada en desplazamientos rutinarios o cuando regrese a la base sin pacientes a bordo.
Sonidos naturales
El nuevo decreto de calidad acústica de Andalucía plantea crear zonas «de reserva de sonido de origen natural». ¿Qué es esto? Espacios no intervenidos por el hombre donde hay ruidos o sonidos que son interesantes por su singularidad o valor. El ruido de una cascada, el canto de los pájaros, el murmullo de un río... Son sonidos que la Junta quiere preservar al crear estas zonas de especial protección.
Esta suerte de ‘santuarios sonoros’ deberán estar en «áreas de suelo no rubanizable que requieran protección acústica para presevar sus valores ambientales y donde existan sonidos de origen natural no perturbados por la actividad humana», especifica el decreto. Cada cinco años, añade el texto, deberán revisarse y deberán contar con un plan específico de conservación.
La normativa será de aplicación en toda la comunidad y para cualquier actividad que produzca ruido salvo las militares, las laborales o las domésticas, que tienen cada una de ellas un marco normativo propio —del Ejército, el Derecho del Trabajo y las ordenanzas municipales—. Pero sí será de aplicación en fábricas, transportes, ferias, bares o cualquier otra fuente de sonido.
El decreto establece zonas donde hay que tener especial cuidado en la protección sonora. Son las áreas de protección acústica especial, de situación acústica especial, las acústicamente saturadas y las tranquilas.
Para el pri
mer caso se proponen zonas donde el tráfico debe reducir su velocidad, vetar cierto tipo de vehículos más ruidos oso establecer pe ato ni lizacionesp ar a eliminar el tráfico como fuente de contaminación acústica. Además, la normativa ofrece no autorizar la puesta en marcha de actividades comerciales que provoquen más ruido así como favorecer los comercios menos contaminantes acústicamente.
En el caso de las zonas acústicamente saturadas las limitaciones son mayores. Así, la Junta permite prohibir o limitar los veladores de bares y restaurantes, prohibir el tráfico rodado, dejar de otorgar licencias de negocios de ocio nocturno y limitar horarios de los que están abiertos.
Silencio de noche
La normativa de la Junta establece además que desde las once de la noche y hasta las siete de la mañana «no se permite ningún exceso» ni de ruido ni de vibraciones con respecto a los límites fijados por el decreto. Sí que es posible, bajo algunas circunstancias, pasarse en cinco decibelios sobre esos topes. Además, la planificación territorial y urbanística deberán tener siempre presente los límites y condiciones que marca la nueva normativa, explica el decreto.