Espadas, otro sanchista
Su sanchismo está a prueba de preguntas con intención. Ya lo superó en las primarias cuando habló de los indultos
spadas es sanchista. No tiene más remedio. Si no lo fuera no va a desmentirlo. El objetivo que tiene a partir de ahora es lograr que no se evidencie, que no se note demasiado. Espadas le debe en parte a Sánchez su futuro. Va a llegar a la Secretaría General del PSOE andaluz con el impulso de Ferraz por la vía rápida de unas primarias sin oposición tras un debate de «guante blanco», según dijo ante los suyos el líder federal de los socialistas.
EHay tanta prisa en el PSOE por acelerar su metamorfosis andaluza y frenar la hemorragia de la curva de adhesiones que indican las encuestas que el líder supremo bajó al sur este sábado para bendecir la era de Espadas incluso antes de su proclamación el próximo viernes como sucesor de Susana Díaz, otra sanchista que se dio cuenta de que lo era muy a destiempo.
El sanchismo de Espadas está a prueba de preguntas con intención. Superó una importante en las primeras primarias en las que se ganó su designación como futuro candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía. Entonces los periodistas le preguntaban continuamente qué le parecía lo de los indultos a los presos del procés y, como Jaimito en el chiste del amoniaco, dijo eso de «pues a mi me gusta» sin que se le notara la cara de asco. Dicen que eso es un síntoma de inteligencia política, esa inteligencia que garantiza la supervivencia pero que desgasta la credibilidad.
Puedo dar fe de que Espadas va a defender públicamente objetivos irrenunciables de Andalucía que rebasan los límites de las previsiones que tiene para nuestra tierra un PSOE sometido por los nacionalismos norteños. Lo hizo ante María Jesús Montero cuando la ministra participó en un foro en Sevilla. Allí le recordó su compromiso de lograr un modelo justo de financiación autonómica. Y lo repitió este sábado ante Sánchez. Después, el presidente le contestó con la promesa de invertir diez mil millones de euros para hacer frente al reto demográfico, que es como cuando preguntas la hora y te responden▶ «cielos despejados». Vayan acostumbrándose a estos diálogos del tipo ‘No me chilles que no te veo’ porque van a proliferar entre las distintas personalidades socialistas. Juan Espadas saldrá airoso si demuestra ser un buen sanchista capaz de decir una cosa y la contraria cuando haga falta.
A Espadas se le están sumando bolas al reto de su consumado equilibrismo▶ el ser o no ser de la Alcaldía, la falsa unidad del partido, la condescendencia con el populismo y la sumisión a los independentistas; el ecologismo de chuletón y el feminismo de Rociíto… pero la más pesada, la que le puede descompensar hacia la incoherencia, va a ser ésta de ser sanchista sin parecerlo.
JUAN JOSÉ BORRERO
Va a defender objetivos que rebasan los límites de las previsiones que tiene para nuestra tierra un PSOE sometido por los nacionalistas