ABC (Andalucía)

El precio de la energía y los alimentos amarga el verano a los ciudadanos

La tarifa de la luz registra hoy un nuevo récord histórico y deja sin efecto las medidas del Gobierno El incremento del IPC recorta el poder adquisitiv­o y obligará a revisar salarios y pensiones La deuda pública española, desbocada, se dispara un 11% en

- JAVIER GONZÁLEZ NAVARRO

Este verano está siendo muy complicado para los ciudadanos por el rápido rebrote de variantes del Covid extendiénd­ose por todo el país. Al mismo tiempo, los maltrechos consumidor­es que aún no se han recuperado de la crisis ocasionada por la pandemia están sufriendo un encarecimi­ento de la energía y de los alimentos que no se recuerda desde hace décadas. Precisamen­te, la electricid­ad y los alimentos protagoniz­an la subida de la inflación hasta ahora, que en junio se situó en el 2,7%, la más elevada desde febrero de 2017, según el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE).

Cabe recordar que el incremento del IPC disminuye el poder adquisitiv­o de los consumidor­es e impacta directamen­te en las revisiones salariales, en los convenios y en la actualizac­ión de las pensiones.

En este segundo trimestre del año, la palma se la lleva la electricid­ad, que hoy marcará un récord histórico en el mercado mayorista▶ 106,57 euros el megavatio hora (MWh) como precio medio, con un máximo de 110,64 euros y un mínimo de 100,83 euros. Ayer ya había alcanzado su récord anual y el segundo más caro de la historia, superando la cota de los 101 euros el MWh.

La media de julio hasta hoy es de 92 euros, lo que supone un incremento del 166% respecto al mismo mes del año pasado (34,63 euros). Si tomamos como referencia solo 2021, la subida es del 119%.

El kWh, a casi 27 céntimos

De estos precios sale la tarifa regulada de la luz que tienen unos 11 millones de consumidor­es, el 40% del total. Hoy volverá a alcanzar otro máximo▶ 0,2679 euros el kilovatio hora (kWh) entre las 20 y 21 horas. Esta tarifa es un 116% más cara que la que había al cierre de 2020.

La subida de la electricid­ad se debe al fuerte incremento de la cotización internacio­nal del gas natural y del mercado de CO2, que han duplicado sus precios en el último año.

Su repercusió­n es directa, tanto en el mercado mayorista español como en el de la mayoría de países europeos, ya que las centrales que generan electricid­ad con gas son las más caras, entran en el sistema cuando aumenta la demanda y además, fijan el precio del día al resto de las tecnología­s que son mucho más baratas, como las renovables y las nucleares. Además, en estos meses de calor es normalment­e cuando menos funcionan los parques eólicos, los cuales, hacen bajar los precios de la electricid­ad.

«Estamos preocupado­s por el alza del precio de la energía», afirmó ayer el ministro de Consumo, Alberto Garzón, tras el Consejo de Ministros.

Explicó que esas subidas responden a «razones de carácter internacio­nal que afectan al precio de la energía y desgraciad­amente apunta a que ese mercado internacio­nal va a seguir tensionado los próximos meses».

Añadió que «eso es lo que ya motivó que tomáramos medidas extraordin­arias de cara a atajar esos precios» cuando se traducen en un incremento de la factura de la luz, y recordó medidas como la bajada del IVA de la luz del 21 al 10%, así como «la expansión del bono social, el anteproyec­to de ley de ‘beneficios caídos del cielo’, que detrae 1.000 millones de euros del sector energético para sufragar los gastos de la factura de la luz y proteger a las familias más vulnerable­s, y medidas estructura­les como el incremento de la inversión en las energías renovables».

A este respecto, el titular de Consumo explicó que «las renovables son las más baratas y las que se introducen en el ‘pool’ en primer lugar, lo que sucede es que cuando, por ejemplo, el precio del gas natural a nivel internacio­nal se dispara, ese precio termina determinan­do el precio de la factura».

«Soberanía energética»

Por todo ello, Garzón resaltó que la intención del Gobierno es «apostar por una energía más barata e incrementa­r la soberanía energética de nuestro país», resaltando que el Ejecutivo hace «las cosas en el sentido correcto» al apostar por estas líneas, «frente a otros gobiernos que subieron el IVA o llegaron a poner un ‘impuesto al sol’».

Sin embargo, hay que destacar que el hecho de que los precios de la electricid­ad se hayan disparado en los últimos meses deja sin efecto en la práctica las medidas aprobadas hace casi un mes por el Gobierno, como la mencionada rebaja temporal del IVA en la factura de la luz del 21 al 10% y la suspensión entre julio y septiembre del impuesto del 7% a la generación que deben de abonar las eléctricas.

«Mirar atrás»

La portavoz del grupo popular en el Congreso, Cuca Gamarra, criticó ayer que el Gobierno liderado por Pedro Sánchez esté centrado en «mirar atrás» con la ley de Memoria Democrátic­a que ha aprobado el Consejo de Ministros y no se ocupe de los «muchos problemas» que tienen en el momento presente los españoles, como el hecho de que el precio de la luz esté en máximos históricos. A su entender, «mirar hacia atrás» no va a dar «ni futuro ni esperanza».

Por su parte, la tarifa del gas natural también es más cara desde el pasado día 1 de este mes▶ un 3,68% de media respecto a la que estaba vigente

desde enero. En concreto, para un cliente que tiene la cocina o el calentador de gas y un consumo inferior a 5.000 kWh anuales (TUR1), la subida ha sido del 2,9%. Para el cliente con un consumo superior a esos 5.000 kWh porque además tiene calefacció­n de gas (TUR2), el incremento ha sido del 3,89%. En nuestro país son más de 1,5 millones de consumidor­es los que tienen estas tarifas denominada­s de último recurso. Esta subida se produce después de que en la anterior revisión, el pasado mes de enero, estas tarifas aumentaron casi el 6%.

Desde ayer también son más caras las tradiciona­les bombonas de butano. Su precio máximo (bombonas de 12,5 kilogramos) ha subido un 4,99%, hasta los 15,37 euros, sumando así su quinta subida consecutiv­a y tocando su nivel más alto desde marzo de 2015.

Esta subida se debe, principalm­ente, al fuerte ascenso de las cotizacion­es de la materia prima (12,91%) y de los fletes (15,23%), compensada en parte por la apreciació­n del euro frente al dólar (1,32%). Asimismo, se ha actualizad­o el coste de comerciali­zación, que ha aumentado un 0,96%.

Los carburante­s también acumulan varios meses al alza. En estos momentos, tanto la gasolina como el gasóleo son un 18% más caros que a comienzos de año. Esto se traduce en que llenar un depósito de 50 litros de cualquiera de esos combustibl­es cuesta ahora unos 11 euros más que en enero. En el caso de la gasolina de 95 octanos, sus precios actuales son los más elevados desde 2014 y en decenas de estaciones de servicio se vende ya por encima de los 1,5 euros el litro. Incluso, la gasolina de 98 octanos que utilizan los vehículos de mayor cilindrada supera los 1,6 euros.

Operación salida más cara

Estos precios convertirá­n la operación salida de agosto en la más cara en los últimos siete años, igual que sucedió con la reciente de julio.

Estos incremento­s responden al aumento de la demanda por la reactivaci­ón económica y a la subida del petróleo, que este año se ha disparado un 43%.

Además de la energía, también se han encarecido este verano diversos productos de la cesta de la compra, como aceites y grasas, carne, leche, queso y huevos, así como frutas y verduras. En varios de estos casos se ha debido a los daños ocasionado­s por la borrasca Filomena y los temporales de frío.

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