Antes de que la riada se lo lleve todo
Dancausa alza la voz contra el triunfalismo que despacha el Gobierno y su cultura del subsidio
Con Pedro Sánchez contando su propia versión de la economía española por tierras americanas, algún inversor amante del riesgo y del buitreo habrá que se lo tome en serio. También ganó unas elecciones generales. «Soy un político que cumple. Nosotros hacemos cosas», dice en inglés. Como no se ha llevado de viaje a ningún empresario, el presidente del Gobierno está a sus anchas para vender la burra contrahecha que llevaba en la baca del avión oficial. En España y a ras del suelo se ven las cosas de otra manera. Lo habitual es que los empresarios miren para otro lado y eviten la crítica directa a unos gobiernos para los que ejercen de claque y de los que esperan la comprensión bilateral que utilizan como materia prima de sus negocios, ya sea en la Cataluña del ‘procés’, hasta que el agua les llega al cuello, o en la España del reencuentro. En este ‘photocall’ de gestos rendidos, María Dolores Dancausa se mueve para no salir en la foto. La patrona de Bankinter denunció ayer la cultura del subsidio, cargó contra el triunfalismo, recordó las cifras que registra la deuda pública y alertó contra el conformismo derivado de la llegada los fondos europeos. Podría haber seguido Dancausa, pero le fue difícil continuar sin pronunciar –por contextualizar, no por nada– la palabra Gobierno o el apellido de su presidente. Se le ve muy involucrada en la empresa que está montando Sánchez.